Luz en mi oscuridad 🕯 |Twilight Sparkle X Rey sombra | 🕯

Capitulo 5

El Rey Sombra caminaba por los pasillos del castillo con una expresión pensativa en el rostro. Sus pensamientos giraban en torno a su plan maestro: fingir que estaba cambiando, ganarse la confianza de Twilight y sus amigas, y luego, cuando menos lo esperaran, revelar su verdadera naturaleza y reclamar su dominio sobre Equestria. Sabía que sería un proceso largo y arduo, pero estaba decidido a seguir adelante con su plan, sin importar los obstáculos que se interpusieran en su camino.

Mientras se sumergía en sus pensamientos, el Rey Sombra decidió darse una ducha para refrescarse. Se dirigió a su habitación y entró al baño, dejando que el agua caliente calmara su mente inquieta. Mientras se enjabonaba, no pudo evitar pensar en la ironía de la situación: él, el Rey Sombra, un ser destinado a reinar sobre la oscuridad, ahora se encontraba sumergido en el calor reconfortante del agua, tratando de ocultar sus verdaderas intenciones bajo una máscara de cambio.

Mientras tanto, en otra parte del castillo, Twilight Sparkle comenzaba a preocuparse por la ausencia repentina del Rey Sombra. Había estado ocupada con sus deberes reales y había perdido de vista al Rey Sombra por un tiempo. Comenzó a temer lo peor: ¿habría escapado el Rey Sombra en un intento desesperado por retomar su antiguo camino? La sola idea la llenó de pánico y se apresuró a buscarlo por todo el castillo.

Finalmente, llegó a la puerta de la habitación del Rey Sombra y, con el corazón latiendo con fuerza en el pecho, entró rápidamente. Sin embargo, cuando cruzó el umbral, lo que vio la dejó completamente anonadada y avergonzada.

El Rey Sombra, completamente ajeno a la presencia de Twilight, estaba de pie frente al espejo, secándose el cabello con una toalla. Sus músculos tensos y bien formados goteaban con gotas de agua, y la luz suave del baño destacaba los contornos de su cuerpo. En un instante, Twilight se encontró mirándolo fijamente, incapaz de apartar la mirada.

El Rey Sombra finalmente se dio cuenta de la presencia de Twilight y se giró hacia ella, sorprendido por su repentina aparición.

—Twilight, ¿qué estás haciendo aquí? —preguntó él, con una mezcla de confusión y preocupación en su voz.

Twilight, incapaz de articular una respuesta coherente, simplemente balbuceó algunas palabras incompletas antes de darse la vuelta y salir corriendo de la habitación, con las mejillas ardiendo de vergüenza. Se sintió completamente avergonzada por haber interrumpido la privacidad del Rey Sombra de esa manera, y no podía creer la situación en la que se había encontrado.

Mientras tanto, el Rey Sombra se quedó en el baño, perplejo por lo que acababa de suceder. No podía entender por qué Twilight había entrado en su habitación de esa manera, y la expresión de sorpresa en su rostro le dejó preguntándose qué estaba pasando por su mente.

Después de unos momentos de silencio incómodo, el Rey Sombra decidió terminar su ducha y salir del baño. Se secó rápidamente y se vistió con ropa limpia, mientras trataba de procesar lo que acababa de suceder. Aunque estaba desconcertado por la reacción de Twilight, no pudo evitar sentir una punzada de curiosidad por lo que podría significar su inesperada visita.

Mientras tanto, en su habitación, Twilight se sentó en la cama, con el corazón aún latiendo con fuerza en el pecho. No podía dejar de pensar en la imagen del Rey Sombra desnudo frente a ella, y se preguntaba cómo iba a enfrentarlo después de lo que acababa de suceder. Se sentía completamente avergonzada y mortificada por su comportamiento, y no sabía cómo podría mirarlo a los ojos después de lo que había presenciado.

Con el rostro ardiendo de vergüenza, Twilight decidió tomarse un momento para recobrar la compostura antes de enfrentarse al Rey Sombra. Sabía que tendría que disculparse por su intrusión y tratar de explicar lo que había sucedido, pero no sabía cómo empezar a hacerlo.

Mientras tanto, el Rey Sombra salió del baño y se detuvo frente a la puerta de su habitación, contemplando los eventos que acababan de transcurrir. Aunque estaba desconcertado por la reacción de Twilight, no pudo evitar sentir una extraña sensación de satisfacción al darse cuenta de que ella había estado preocupada por él.

Con un suspiro resignado, el Rey Sombra decidió esperar a que Twilight estuviera lista para hablar antes de abordar el incidente. Sabía que tendrían que aclarar las cosas y afrontar lo que había sucedido, pero por ahora, solo quería tomar un momento para reflexionar sobre la extraña y embarazosa situación en la que se encontraban.

—Twilight, espera —dijo el Rey Sombra, encontrándola en el pasillo—. Necesitamos hablar.

—Lo siento mucho, Rey Sombra. No sé qué me pasó. No debería haber entrado así en tu habitación —respondió Twilight, con la voz temblorosa.

—No tienes por qué disculparte. Fui yo quien no cerró con llave la puerta del baño. Pero necesito explicarte algo —dijo él, con seriedad en su tono.

—¿Qué es? —preguntó Twilight, sintiendo un nudo en el estómago.

—Estoy empezando a dudar de mis propias intenciones desde que estoy aquí contigo y tus amigas. No estoy seguro de si quiero seguir adelante con lo que había planeado —confesó el Rey Sombra, mirando a Twilight a los ojos.

—¿En serio? —preguntó Twilight, sorprendida.

—Sí. Estar aquí contigo me ha hecho reconsiderar muchas cosas. Tal vez... tal vez pueda encontrar otro camino, uno que no esté marcado por la oscuridad y el poder —respondió él, con una sinceridad que sorprendió a Twilight.

—Creo que es un gran paso, Rey Sombra. Y estoy aquí para ayudarte en lo que necesites —dijo Twilight, con una sonrisa reconfortante.

Mientras hablaban, ambos se sintieron un poco más cerca el uno del otro. Habían compartido un momento de vulnerabilidad y comprensión mutua, y eso había fortalecido su vínculo de una manera que ninguno de los dos había anticipado.

—Gracias, Twilight. Significa mucho para mí saber que tienes fe en mí, a pesar de mi pasado oscuro —dijo el Rey Sombra, con gratitud en su voz.

—Eres más que tu pasado, Rey Sombra. Todos merecen una segunda oportunidad, y yo estoy dispuesta a dártela —respondió Twilight, con determinación en su voz.

Con eso, los dos se miraron el uno al otro, sabiendo que habían dado un paso importante en su viaje hacia la redención y la amistad. Aunque el camino por delante aún estaba lleno de desafíos y dificultades, sabían que podían enfrentarlos juntos, como amigos verdaderos, aunque en el fondo , el rey sombra sabia que sus intenciones no eran esa