11 | dedícame un gol y lo veremos

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Creo que cometí un error.

(....)

—¡Jeongin! ¡Jeongin! ¡Jeongin! —Repetia el rubio haciendo que la paciencia del nombrado comience agotarse. Sin embargo no quedó allí Hyunjin llevó sus manos a la cabellera del menor revolviendo su cabello haciendo que la paciencia de este se agote por completo.

—¡DIOS YA CÁLLATE! ERES INSOPORTABLE —Se quejó y Hyunjin bufó.

—¿Yo? Pero si eres tú quien no me da atención —Se quejó.

Jeongin alzo la ceja y observó al mayor —¿Te mueres si no te dan atención?

—Exacto, veo que lo comprendes —Exclamó y jeongin rodó los ojos —Oye innie...

—¿Innie?

—Si, innie. En tres días no me has dejado darte un beso...

—¿Por qué me darías un beso? —Se quejó el menor mientras acomodaba las cosas para el ensayo.

—¿Como qué por qué? Tenemos conexión —Dijo en un tono coqueto haciendo que el menor alce la ceja.

—Pues, yo tengo conexión con Felix y no me ando besuqueando con el a cada cinco minutos —Se quejó.

Hyunjin gruño y rodó sus ojos —¿Que debo hacer para que me des un beso?.

—Nada, que te dijera que no te rindieras no significa que te la iba dejar fácil, sigues pareciendome irritante, molesto, algo narcisista, y con mucha autoestima sin mencionar que no eres tan guapo como todos creen —Habló y Hyunjin bufó —No te molestes es la verdad.

—¿Entonces que clase de oportunidad es está? —Se quejó —QUIERO UN BESOOO, DAME UN BESO.

—¡Maldito lascivo! No te voy a dar un beso... Pero si me dedicas un gol la cosa cambia —Mintio y Hyunjin sonrió.

—Eso es fácil.

—Como si fueras hacerlo —Bramó jeongin.

—¿Es un reto?

—Tomalo como quieras. Solo que no has anotado un gol en mucho tiempo...

—Pero con motivación es diferente —Sonrió— ya se, si logro anotar un gol en el partido del sábado te lo voy a dedicar y tendrás que darme un beso delante de...

—Oyeeeee, velocista no tan rápido. No te voy a dar un beso delante de todo el mundo.

—¿Por qué no? —Investigó —¿Acaso te doy vergüenza ajena?

—Exacto y no me gustas —Hyunjin bufó.

—Si no te gustará no me hubieras dado esos otros besos, ¿Acaso ya se te olvidó? —Investigó haciendo que las mejillas de jeongin se sonrojen —Oh te sonrojaste.

—¡Cállate! —Ordeno —Comencemos el ensayo.

(....)

Jeongin llegó a casa esa tarde, el cielo pintado de tonos anaranjados y rosas que parecían reflejar su propio cabello. Al abrir la puerta, lo primero que encontró fue la mirada severa de su madre, una tormenta en sus ojos que presagiaba una conversación difícil.

Mierda.

—Debes dejar de pasar tiempo con ese Hyunjin —dijo su madre con firmeza, cruzándose de brazos. —Recuerda lo que su madre nos hizo. No quiero que su sombra caiga sobre nuestra familia.

Jeongin, suspiró. —Mamá, solo estoy con él por la obra de teatro. No hay nada más allá de eso. Además, Hyunjin no es responsable de los errores de sus padres...

Pero su madre era inquebrantable. —No quiero excusas. No quiero que lo trates más.

Con un nudo en la garganta, jeongin la ignoró y subió a su habitación. A pesar de sus palabras, una sombra de culpa se cernía sobre él, pesada como una manta húmeda.

La noche cayó, y tras una ducha que no logró lavar sus preocupaciones, jeongin se envolvió en una toalla y se detuvo al escuchar pequeños gritos que llamaron su atención. Curioso, se asomó por la ventana y allí, bajo la luz de la luna, estaba Hyunjin, con una sonrisa de oreja a. Oreja.

El corazón del pelirosa se aceleró, y no pudo evitar sonreír a cambio. Hyunjin estaba allí, y a pesar de las palabras de su madre, no podía negar la alegría que le traía verlo.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Jeongin, abriendo la ventana.

—Oh Julieta, deja caer tu cabello —Bromeo y jeongin alzo la ceja.

—Creo que te equivocaste de cuento idiota, Julieta no tiene cabellera larga, esa es Rapunzel —Carcajeo y el rubio sonrió —Oh Romeo ¿a qué debo tu visita?

—Vine a verte —respondió Hyunjin, su voz era un susurro que llevaba promesas de aventuras nocturnas.

—¿Ah sí?¿Para qué?

—Veamos una película juntos...

—¿Por qué haría eso? —Investigó —Aunque Debo admitir que tienes agallas, digo mi mamá podría venir con palo y golpearte en la cabeza —Bromeo.

—Ja ja, muy gracioso.

—Ya enserio, vete a tu casa shu shu —dijo mientras sacudía sus manos —Hyunjin... Nos meteras en problemas...

—no se tiene por qué enterar...

—¿Qué no dijiste que no querías meterme en problemas?

—Ambos sabíamos que era mentira —Carcajeo.

El pelirosa mordió su labio inferior y luego señaló hacia el suelo —Hay una escalera por ahí, búscala —Hyunjin sonrió

Hyunjin entró sigilosamente a la habitación de Innie con la ayuda de este y aquella escalera. Una vez dentro, ambos se dejaron caer en la cama exhaustos. El rubio observó al contrario quien sonrió

—¿Voy a dedicarte el gol mañana? — preguntó Hyunjin con una sonrisa pícara. —No importa si tengo que besarte en público

El pelirosa sintió una oleada de emociones correr por su cuerpo. No sabía si estaba listo para algo tan público, pero antes de que pudiera decir algo, decidió abordar un tema más serio, no estaba seguro si Hyunjin lo sabía pero algo le decia que no.

—Oye Hwang, ¿Sabes lo que hizo tu mamá? — preguntó, nervioso.

Hyunjin frunció el ceño, confundido. —¿Qué hizo? —

Pero jeongin no tuvo el valor suficiente para decirle la verdad. ante aquella reacción sabía que Hyunjin no lo sabía, ahora con más razón habia notado que lo odiaba por razones las cuáles el ni siquiera tenia la culpa. No quiso continuar el tema. En cambio, decidió bromear al respecto. —¡Es una broma! — respondió rápidamente.

Hyunjin asintió, tomándolo de la cintura y acercándolo a él. Sin perder tiempo, le dio un beso apasionado que hizo que jeongin correspondiera sin dudarlo. Sus labios se encontraban unidos y sus cuerpos muy cerca.

—Hasta mañana— murmuró el rubio antes de separarse y salir de la habitación, dejando a jeongin con una sonrisa tonta en el rostro.

¿Qué pasaría cuando Hyunjin se enterara que su madre fue la causante de que su padre se fuera? Y que ambos tenían la culpa del odio por parte de su madre, Hyunjin no tenía nada que ver, sin embargo la idea de verlo molestó, triste o enojado se le hacía bastante mal. Rápidamente tomó su teléfono y marco el número de Felix.

—¿hola? —Responde al instante el Pecoso a lo que e pelirosa sonrió

—Cre- creo que me gusta Hyunjin —Admitió.

O quizás solo era un sentimiento pasajero, aún no estaba seguro, pero estaría dispuesto averiguarlo.

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Romeo y...¿Jeongin? | HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora