#10

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Canciones:
>Save tour tears - The Weeknd
>The family jewels - Marina
>Angel by the Wings - Sia
>Just like Fire - Pink

Takemichi Hanagaki

Camine felizmente, estaba dando pequeños saltitos, me sentía especial, incluso me sentía totalmente unica, me sentía intocable, hacia tanto tiempo que no me sentía así que simplemente parecía irreal.

Haruchiyo Akashi, o mejor conocido como Sanzu se había quedado conmigo desde que Mikey-kun lo Ordenó y yo agradecía eso, ya que últimamente aparecían noticias cada vez más violentas y aunque no lo admito en voz alta comenzaba a preocuparme, y el aunque no era un gran conversador era de ayuda... Los primeros días si soy sincera no sabía que hacer con el, no quería entrar a la casa, solo se quedo en la puerta de el departamento con ese cubrebocas negro y esa mirada que incluso la vecina de el departamento de enfrente se asustó y le pidió al portero que lo sacara de él edificio así que por obvias razones al 3er día se vio obligado a entrar ya que llamaron a la policía por que el muy educada mente los mando a la mierda diciendo que el se quedaría en la puerta de mi departamento.... Y bueno ya dentro de la casa me ayudaba a limpiar, aunque no era mucho, a decir verdad me servía bastante como ayudante en la cocina, era muy ágil y activo... Sin contar que soportaba mi música de señora dolida que a soportado 9 infidelidades, 5 divorcios y 8 hijos mal agradecidos, a todo volumen incluso podía aportar que mire como tarareaba atra vez de ese cubrebocas.

En este momento caminaba detrás de mi cargando 3 cajas llenas de diferentes comidas ya echas y cada caja portaba con 65 toppers con comida y misma comida tenía su botella de agua, estábamos en el edificio principal, solo me faltaban 2 pisos para llegar con Mikey-kun , y yo comencé a repartir le comida a cada trabajador aunque me daba la sensación de que me faltarían al final...

—¡Señora Sano!— escuchar esa voz me hizo disgutarme qué a pesar de querer disimularlo no pude.

—Señorita Senju...— susurre y Haruchiyo rodeo con los ojos.

—Si me lo permite, me gustaría adelantarme... Entregaré a los empleados que faltan mi señora—

—Ah... Si claro, por favor dígale a Mikey-kun que iré enseguida— el asintió pero antes de irse se acercó a mi —No confíe en ella, y mantenga su distancia... Cuide mucho lo que dice— parpadee algo confundida pero solo asentí con la cabeza, levemente y tratando de que no se notará.

—¿Puedo ayudarla en algo señorita Senju?—

—Ja... No... Claro que no— Susurro pero al parecer se sonrojo por decir eso... O tal vez por que la escuche.

—Entonces me retiro— quise darme la vuelta para irme pero ella se puso enfrente de mi.

–¡Quiero disculparme!— grito y agachó la cabeza —Lo que dije... Cuando sucedido aquella terrible tragedia referente a Matsuno... —

—No fue una tragedia... Fue una acción echa con rencor hacia una leal empleada de mi esposo— trate de estar firme, no de titubear... En este poco tiempo y lo poco que había investigado es que Manjiro Sano era alguien con quien deberías tener cuidado... Y incluso una de aquellas páginas que hablaban de nuestra boda privada... Decía que yo debería ser alguien digna... Y yo me sentía... "nada" ante el... Aunque quería mejorar... Pero no sabía como... Así que solo me coloque una máscara... Una máscara más.

—¿Leal? Me disculpo pero creo que se a confundido de empleada... La que fue herida fue una traidora... Una vulgar cualquiera que solo sabía moverse bien en la cama y que por eso tenia un puesto tan alto—

—Le prohíbo que hable así de mi amiga— hable, apretando mis puños, tratando de controlar mis nervios... Mi miedo.

—Usted no es nadie para prohibirme nada— fue imposible que cierto recuerdo no apareciera en mi cabeza —Yo soy la novia de Keisuke Baji, uno de los principales accionistas de la Empresa, el pronto me pedirá matrimonio y yo me convertiré en accionista de este lugar, tendré tanto poder como su esposo— la sonrisa que apareció en su rostro me hizo molestarme, disgutarme y aunque quise controlarme, aunque apreté mis puños con tanta fuerza que incluso mis uñas se clavaron en mi piel comenzando a sacar pequeñas gotas de sangre... Fue en vano, y hize algo de lo que nunca me sentí capaz... Hasta que lo hice, hasta que vi su rostro de lado, mi mano marcada en su mejilla y aquella sonrisa borrada.

Dulces MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora