#11

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Canciones:
>Selena Gómez - People You know
> Salem Ilese - Mad at Disney

Manjiro Sano
-Mikey

Tenerla entre mis brazos, aferrarme a su cuerpo... Ser su apoyo en ese momento me hacia sentir bien, por un momento me pareció totalmente irreal... Pero al ver su rostro lo note... Esto era real, ella tenía miedo, estaba en total pánico, y yo deseaba arrancarle aquella emoción y hacerla desaparecer, deseaba verla bien...


Mi hermano no era capaz de herir a nadie, el era una buena persona, el era mejor que yo, el es incapaz de lastimar a una mujer, en especial a una mujer como lo es Takemichi... No, lo que ella debe sufrir se debe a lo que a vivido con su abuelo, por como Emma y ese anciano la trataron... Si, Sinichiro es... Era incapaz de herirla... A diferencia de mi, el no la tocaría.

—No me dejes...— Susurro, una vez más, apretando sus manos sobre mi —Por favor...—

—Micchi...— hable en voz baja, acariciando su cabello habiendo que alzara la cabeza para que pudiera mirarme a los ojos, y ver aquellos ojos azules llenos de miedo, carentes de otra emoción que no tuviera que ver con el pánico me destrozó.

—No, por favor no me dejes— sus manos parecieron obtener más fuerza que antes para aferrarse a mi y esconder su rostro en mi pecho una vez más.

—No te dejaré... Te lo juro, pero micchi, necesito hacer algo y después nos iremos a casa, vamos a ir a casa y te ayudaré a cocinar lo que tu quieras— no sabía con exactitud si lo que decía la ayudaría a calmarse pero no tenía más cartas bajo la manga, no sabía mucho de ella, más que era bonita, organizada, me encantaba cocinar, ver series de TV de hace años que incluso ya pasaron de moda y que parecía un robot programado para obedecer... Pero en el estado en el que estaba parecía que acababa de sacar su lado más frágil.

—Dejame... Dejame ir contigo— Susurro, y sabía que era una mala idea pero no quería dejarla sola.

—Micchi no puedes... — trate una vez más de calmarla y ella trago en seco, comenzando a soltarse de mi —Mirame... Micchi yo hoy a cuidarte, nadie te va a lastimar, ni a tocar... Todo va a estar bien— no dijo nada, pero siguió aferrada a mi, sujetando se, no con la misma fuerza de antes pero siguiendo aferrada.

Mire de reojo el rostro de Sanzu en la puerta, pidiendo permiso para entrar y yo solo pude asentir pero haciéndole una pequeña mueca para que no hiciera tanto ruido.

—Mikey... Taiju esta aquí— eso es lo que menos deseaba escuchar en ese momento, pero tuve que inhalar profundo y ponerme de pie, sujetando a Takemichi, alzando la conmigo.

—Takemichi... Sanzu te llevará a donde le pidas, y yo te alcancare en breve... Te lo juro— sus ojos... Brillaban de dolor, conocía más no era un experto respecto a esa sensación, miedo... Yo provocaba miedo, yo hacia que las personas se sintieran tan insignificantes apea que tuvieran miedo de ser pisadas por mi en cualquier momento... Sin embargo, ver ese sentimiento en Takemichi... Me hacia sentir una total basura.

—Yo no quiero irme... Dejame esperarte...— Susurro, en voz baja, en un hilo de voz, colocando ambas manos en mi mejilla —Por favor... No quiero estar sola— mi mandíbula se tenso y escuche carrasperar a él pelirosa haciendo que mi mirada se posara en el.

—Si me lo permite...— comenzó a hablar, haciendo que micchi lo mirara, avergonzada e tratando de limpiarse las lágrimas tan rápido como pudo —Yo cuidare a la señora Sano, lo esperaremos aquí... Puedo llevar a la señora Sano a mi oficina, para evitar cualquier problema, cuando termine su reunión puede ir por la señora y yo los llevaré a su hogar—

Dulces MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora