Capítulo III. La bienvenida al Hotel Hazbin

2K 205 151
                                    

CAPÍTULO III
La bienvenida al Hotel Hazbin

CAPÍTULO IIILa bienvenida al Hotel Hazbin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La comunicación se cortó. Adán se llevó las manos a la cara, se levantó del asiento y caminó hacia la salida de la oficina.

—Jodida mierda, ¡¿por qué carajos nadie me escucha cuando digo cosas importantes?! —gritó, dándole una patada a la puerta.

Tenía suerte de que esa ala del palacio Celestial estuviera vacía, porque definitivamente las miradas curiosas y con reproche no hubieran tardado en llegar. Ahora eso a Adán le vale tres héctares de mierda, de hecho que todos los putos se vayan al carajo. La hija de su amante es una chiquilla loca y desquiciada que va a medio matar a su propio padre, ¿cómo es que todo esto se salio de las manos? No puede imaginar al pobre de Lucifer tratando de salvar su vida (en realidad sí lo hace, la situación le parece divertida pero su instinto le señala que no puede dejar a su hijo sin un padre y dos, el infierno necesita de ese idiota). Ahora no solo está muy embarazado, está histerico.

—Señor, trate de respirar. Recuerde todos los nacimientos que hemos presenciado, un solo imperfecto puede llevarlo a la muerte inminente.

—No te pases, deja de ser tan espeluznante por un segundo. Ahora, debemos bajar a ese deprimente lugar y decirle a Charlie que su padre no es un renaguajo inaceptable cuyo penecito solo sirve para el placer. Camina, niña, no tenemos todo el día para salvar al Diablo.

Si alguien le pregunta a Adán si realmente le importa la vida de Lucifer, respondería sin pensarlo dos veces que no. Claro que las palabras y las acciones se guían por caminos separados, porque obviamente esta alterado por una muerte prematura hacia su particular amante. Tanto es lo que le importa que se está arriesgando a ir al peor sitio que conoce, más o menos, donde cualquiera podría matarlo —literalmente— en busca de aclarar un mal entendido. Si lo pensará mejor, es hasta cursi saber que de una u otra forma todo significa estar dentro de un momento familiar.
           Lute a su lado solo lo observó con una mueca de disguto, pero no dijo ninguna palabra más, mientras caminaban hacia el ascensor dorado que conectaba la embajada del Infierno con la parte del Cielo. Un ascensor que en mucho tiempo no ha sido utilizado.

—Cuánta porquería. —murmuró Adán quitando el polvo de los botones.

Lute se tensó, cruzo ambas manos detrás de su espalda, cuando se giro al frente las puertas doradas se cerraron.

—Preguntarán por usted, y esta vez será una sorpresa saber dónde está.

—Meh. Sí se dan cuenta tan rápido donde estoy les diré que estoy gestionado toda esa mierda que dijo la princesita de Charlie. Esas cosas de Redención para pecadores, qué sé yo.

Lute frunció el ceño.

—¿Y lo considerá realmente una mentira o cree en ella como una opción?

Adán observó la lejanía.

ResponsabilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora