ADAMSAPPLE m-preg.
🍎🎸 Donde el Cielo necesita que Lucifer sea un padre responsable
o donde en lugar de pasar años encerrado haciendo patitos de hule, Lucifer paso años haciendo patitos de hule y además, teniendo citas con el mismisimo Adán.
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Ahora la única forma de medir el paso de los días eran con el avance que el Hotel Hazbin estaba teniendo, por ejemplo, la llegada de nuevos húspedes que deseaban seguir el sendero de ser almas redimidas. Charlie y el resto de sus compañeros estaban más motivados que nunca, atendiendo a los huespedes y realizando actividades que ayudarán a la convivencia de un alma en camino al Cielo. Entonces ahora tanto Lucifer como Adán miraban de lejos los avances de Charlie. Verla a ella causaba un sin fin de emociones para los padres nuevos, puesto que ella era también la clave para el bebé que venía en camino. El matrimonio estaba sentado en el sofá mirando televisión —para satisfacción de Lucifer, el único lugar donde no estaría hablando basura el demonio de la radio—, Adán tenía la cabeza recostada sobre las piernas de Lucifer, quien amorosamente peinaba su cabello. Se sentían un par de perezosos que miraban por fin un show pasable y creativo en la TV. Yo soy Betty, la fea. Qué ingeniosos podían ser los humanos.
El celular de Adán vibro sobre la mesita de centro, llamando la atención del ángel. Lo acercó a él, para leer el mensaje.
—Santa mierda, hoy hay chequeo. —dijo levantandose, para mirar mejor la fecha.
Lucifer frunció el ceño, despegando su mirada de la pantalla.
—¿Chequeo de qué?
—Del embarazo, duh. Luego de que al final todos aceptarán que paso lo que paso, quieren que mi salud este muy bien cuidada, ya sabes. Y el Cielo se encargará del avance de mi embarazo ante cualquier malestar. ¡Hoy es el primero! —exclamó contento.
La sonrisita hizo feliz a Lucifer.
—Espera, ¿quieres decirme que podrías enfermarte?
—No. Solo creo que en realidad es porque los tios del Cielito son unos chismosos pasivos. Nunca lo dirán en voz alta, así que sueltan indirectas como está. De todos modos, vamos, vamos. Quiero ver su luz brillante.
Lucifer dudo un instante, porque si bien ahora no estaba bateado del Cielo como tal la idea de caminar entre esos seres otra vez le hacia sentir raro. No es como si no extrañará ciertas cosas, como si haber visto a Gabriel y a Miguel no hubiera traído grandes recuerdos de juventud. Solo que ir ahora sería romper esa puntualidad de su reencuentro. No quería ser el sonso sin mucho éxito entre glamurosos arcángeles que siempre lograron grandes cosas.
Pero Adán le estaba haciendo ojitos, mirándolo con sus bonitos y dorados ojos mientras parpadeaba. Era tan tontamente debil por ese ángel.
—Bueno, vayamos. Bien dicen que no se deja al embarazado solo en el proceso. —sonrió Lucifer.
Los ojos estaban multiplicados por todas partes, Lucifer se preguntó si esto fue su mejor idea. Aunque por un lado, esa parte arrogante de su ser vibraba ante el hecho de que cualquier criatura del Cielo que los viera sabría que Adán estaba embarazado a causa suya. Sí, en efecto eso le generaba una satisfacción insana que no estaría bien vista. Le daba igual. Un grupo de ángeles con vestimenta similar a la de Lute se acercaron a rodear a Adán, hablaban sin hacer pausas, preguntas iban y venían.
