BUSCANDO RUBIAS Yoonmin

23.

Cuando por fin llegó al hospital caminó directamente a las oficinas para tomar su bata de laboratorio y colocársela, después se colocó un gafete con su nombre en la parte de derecha del cuello de la bata, tomó un poco de perfume y lo colocó sobre su cuello.

—Agente Suga me sorprende verlo llegar tarde.

Al dar la vuelta Suga observó a su compañera que desempeñaba un papel como la jefa del hospital de Itewangue para la misión Itaewon.

—Lamento la tardanza tuve que ir al cuartel general de espionaje para realizar un interrogatorio, después tuve una pequeña reunión con la jefa Ánh para discutir temas importantes sobre la misión Itaewon, para ser más preciso Park Jimin y al salir había un insoportable tráfico.

—Comprendo. Pero ¿Y esas flores? .—Preguntó la agente, Yoongi suspiro con pesadez—. Ya te enterarás por la boca de la jefa Ánh.

Una vez terminada la conversación camino por los pasillos del hospital saludando cortésmente al personal del hospital y al llegar a la habitación de Park Jimin tocó con suavidad la puerta.

Cuando Jimin escuchó la puerta ser tocada creyó que era la enfermera, pero al alzar la mirada se sorprendió al observar al alfa que salvó su vida en dos ocasiones.

—Buenos días. Me permitirías entrar .— Jimin volteó de inmediato sin lograr ocultar su sorpresa al reconocer aquella voz. Ese alfa se veía tan elegante y guapo con traje y bata.

—Me alegra volver a verte nuevamente, Jimin .—Era tan guapo que incluso su sonrisa lo hizo sentir nervioso—. ¿Cómo te sientes está mañana?

Preguntó con amabilidad extendiendo un gran ramo de rosas hacía él. Jimin se sorprendió al observar el ramo de rosas, incluso sonrojo un poco sus mejillas, avergonzado bajo la mirada hacia sus manos.

—No puedo aceptar un regalo tan costoso, usted ya se tomó muchas molestias salvándome la vida dos veces.

—Acepta este ramo de rosas .—Insistió con una cálida sonrisa—. Lo que realmente podría molestarme es haber traído un detalle para ti y que te niegues aceptarlo.

Jimin alzó la mirada y tomó el gran ramo de rosas y lo olió esbozando una suave sonrisa al sentir paz y tranquilidad entre tanta desgracia; Sonrojado cerró sus ojos al recordar el pequeño jardín de rosas en casa de la infancia, después colocó el ramo de flores sobre sus piernas y alzó nuevamente su mirada.

—¿Usted trabaja en el hospital de Itewangue?

—Así es. Trabajo en el hospital de Itewangue como médico cirujano plástico. Me siento feliz de saber que aquí estarás a salvo, ahora dime ¿Cómo te sientes? .— Preguntó—.

Era sorprendente nuevamente la vida le ponía en frente a ese hombre que salvó su vida de la muerte dos veces.

—Pfff ¿Cómo me siento? Todo mi cuerpo arde con el más mínimo roce de la tela sobre mi piel, mi alma está destrozada y marcada de por vida ¿Cómo debería sentirme? .—Expreso con tristeza—. Doctor Min, agradezco todo lo que ha hecho para salvar mi vida.

Él no era bueno con las palabras y se sentía tan avergonzada por ser una carga para él.

—La enfermera trajo estos documentos para que los contestaran ¿Puedo entregárselos a usted?