Capitulo 24 (Amor Prohibido 2)

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Narra Mia

    Edward estaba poniendo la comida sobre la bandeja y no pude evitar que mi corazón latiera con mucha fuerza. El tenerlo cerca de nuevo había despertado en mí sentimientos que creí que habían muerto. Mis ojos estaban llenos de lágrimas, nuestro amor era imposible.

-Vamos a comer-dijo Edward dándose la vuelta y trayendo la bandeja y poniéndosela en su falda, toma comida en el tenedor y la lleva a mi boca.

-Te alimentaré-dijo Edward y este simple acto hizo que mi piel se erizara. Abrí mi boca y tomé la porción de la comida. S

-¿Está buena?-preguntó y negué.

-La comida del hospital es horrible-dije y Edward soltó una carcajada.

-En eso tienes razón-dijo Edward y volvió a tomar comida.

-Hey, ¿porque tus ojos bonitos están llenos de lágrimas?-dijo Edward y mis lágrimas no tardaron en salir.

-Es que, me siento feliz de que estés aquí conmigo-susurré y Edward dejó la bandeja en la mesa y agarró mi mano.

-Te juré que cuando me necesitarás, iba a estar aquí contigo y con nuestro hijo-dijo Edward y lo miré.

-Además... haz despertado esos sentimientos que creí que habían muerto-dije y vi como el semblante de Edward cambió.

-Mía, ahora lo importante es que te recuperes-dijo Edward evadiéndome. Rápidamente solté su mano. Vi el rostro de Edward y la puerta se abre un poco y logré ver a Amanda.

-Papá déjame a solas con Mia-dijo Amanda y Edward asiente y sale.

-Hola-dijo Amanda acercándose a mi.

-Hola Amanda, me alegra verte-dije y Amanda se acercó a mí y tomó mi mano y estalló en llanto.

-Perdóname Mía, fui una cabrona. Jamás debí de tratarte como lo hice cuando tú solo fuiste buena conmigo. Perdóname te lo suplico-dijo Amanda y rápidamente la abracé.

-Perdóname tú a mi, por haberme metido con Edward... yo-ella no me dejó terminar.

-Olvidemos todo lo que pasó y empecemos a escribir una nueva historia juntas. De cero-dijo ella y seque mis lágrimas.

-Si-dije y ella me miró.

-¿Qué a pasado en todo este tiempo?-dije y ella sonríe.

-A pasado mucho, estoy saliendo con un chico. El es muy bueno conmigo, y papá y mamá decidieron darse una segunda oportunidad y mi mamá está embarazada-dijo Amanda y sentí como si un barde de agua fría cayera sobre mi cuerpo.

-Oh-intenté disimular mi disgusto.

-Debo contestar es mamá-dijo Amanda y ella sale. Miré en donde hace un rato Edward estaba sentado y en ese momento llegó el sentimiento de desilusión. Baje las manos a mi vientre y cerré mis ojos.

-Tu eres el único que nunca me desilusionara-susurré y la puerta se abre y veo a Edward.

-¿Cómo estás?-dijo Edward y lo miré.

-Bien-dije y en eso entró un doctor. El levantó su mirada y se enfrentó con la mía y pude notar como un brillo salió de sus ojos y una pequeña sonrisa se forma sobre sus labios.

-¿Mia?-dijo el doctor y asentí.

-Ehh, disculpa soy el nuevo doctor. Estoy un poco perdido pero me pusieron como tu doctor-dijo el doctor y vi como Edward lo miraba.

-Oh entiendo-dije y el sonríe.

-Vamos a revisar que mamá y bebé estén bien-dijo el acercándose a mí y comenzó a examinarme.

-¿Usted es?-preguntó el doctor mirando a Edward.

-Soy el papá de el bebé-dijo Edward.

-Vale-dijo el doctor y el termina de revisarme.

-Todo está en perfecto estado. Si sigues así muy pronto puedes volver a casa-dijo el doctor y asentí.

-Gracias-dije y el sonríe.

-Denada-dijo y se fue.

-Ya escuchaste al doctor, estoy bien. Creo que ya puedes regresarte con tu familia-dije y él me miró.

-¿Quieres que me vaya?-preguntó Edward.

-Emma te nececita, más que yo-dije y me di la vuelta dándole la espalda.

-Quiero ver a mamá-dije y escucho el sonido de la puerta. Escucho unos pasos.

-Aquí estoy mi amor-dijo mi madre y rápidamente la abracé.

-Mamá quiero irme de aquí, no quiero estar aquí-dije y mi madre me miró.

-Mi amor tienes que quedarte aquí, para que tú y tu bebé estén bien-dijo mi madre.

-Ver a Edward me a... me a despertado sentimientos que creí que habían muerto-susurré entre lágrimas.

-Pero debo aceptar que él tiene una familia y que nuestro amor es imposible que jamás podremos estar juntos aunque quiera-dije y la máquina que regulaba mi presión comenzó a sonar.

-Mía cálmate, te está subiendo la presión-dijo mi madre. No podía de parar de llorar, rápidamente la puerta se abrió y entró el doctor junto a las enfermeras.

-Esta teniendo una crisis, nececito un sedante-dijo el doctor y rápidamente las enfermera vienen con un sedante en ese mismo me ponen el sedante y me comienzo a quedar dormida.

Narra Edward

-¿Cómo está Mía?-preguntó Emma.

-Bien-dije.

-Que bueno, acá estamos orando mucho para que se recupere-dijo Emma y vi que el doctor y las enfermeras fueron corriendo a la habitación de Mia.

Rápidamente colgué.

Zara sale y ella se recuesta de la pared.

-¿Qué pasa?-pregunté y ella me miró.

-Mía tuvo una crisis-dijo Zara.

-¿Crisis por?-dije y ella me miró.

-Por tu culpa Edward, estás lastimando a mi hija. Ella estaba tan feliz sin ti, ¡vete de aquí!-dijo Zara empujándome.

-A mi papá no lo va a empujar señora-dijo Amanda.

-Pues lárguense los dos, yo me quedaré con Mia y mi nieto. No voy a permitir que la sigas lastimando Edward-dijo Zara y el doctor salió.

-Mia tuvo una crisis muy fuerte, logramos sedarla pero ya no podemos seguir sedándola pues esto le baja mucho la presión y me entienden es un medicamento fuere que puede afectar al bebé-dijo el doctor y miré a Zara.

-Papá, ¿porque esta señora está diciendo que tú estás lastimando a Mia?-dijo Amanda.

-La llegada de tu papá a echo que los sentimientos de Mia volvieran a depertar-dijo Zara y yo miré a Amanda.

-No te preocupes Zara, lo menos que quiero hacer es lastimar a Mia. De aquí no me voy a ir, hasta que ella esté bien. Después que mi hijo nazca, les prometo que me voy a ir de sus vidas y no volverán a saber de mí, solo quiero conocerlo-dije con mis ojos llenos de lágrimas.

-Eso espero-dijo Zara y entró a la habitación donde está Mia.

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