Narra Mía
-Ya no vas a usar estos lentes feos-dijo Amanda rompiendo mis lentes por la mitad.
-Hey, ¿qué haces?-dije y ella sonríe.
-Nos vamos a ir de compra, necesitamos renovar tu armario-dijo Amanda y negué.
-No Amanda, me gusta mi estilo-dije un poco molesta.
-Esta bien, tranquila. ¿Qué fue lo que te sucedió?-preguntó Amanda.
-Mi mamá me tiró la comida y por eso fue que se me quemaron los brazos y... discutí con ella no quiero regresar a mi casa-dije y Amanda me abraza.
-Pasa la noche conmigo, te entiendo más que a nadie. A mis abuelos ni a mi papá le va a molestar. Además, no puedes seguir al lado de tu mamá, es muy agresiva por lo que dices-dijo Amanda.
-Que esto no salga de aquí por favor-dije y Amanda asiente.
-Lo prometo-dijo ella.
*****
Abrí mis ojos estaba sudando frío, sabía lo que estaba pasando. Amanda estaba profundamente dormida, yo por mi parte me levanté de la cama y sentí mis piernas fallar. Me sostuve de la mesa de noche y respire profundo. Caí en el suelo y comencé a buscar mi mochila hasta que la logré encontrar. Me arrastré hasta el baño y encendí la luz y arrame todas mis cosas para buscar la máquina, mis manos estaban temblorosas, ya estaba viendo borroso.
Tome la máquina, y todas las tirillas se arramaron al suelo. Y poco a poco todo se volvió obscuro y ya no tenía muchas fuerzas.
-¿Estas bien Mía?-comencé a escuchar los pasos de Amanda.
Narra Edward
Me salí de la cama. Realmente no podía encontrar el sueño. Baje a la cocina y me serví un vaso de agua y me senté en la silla de la barra y pensaba en tantas cosas. En los 20 años que se fueron a la basura, próximamente me iba a divorciar y sabía a lo que me iba a exponer, era un proceso muy largo y agotador. También pensaba en la relación de Amanda con Emma. Me daba coraje en pensar en esas horribles palabras que Emma le dijo a Amanda.
A pesar de todo sé que Emma no está pasando por un buen momento y en el fondo ella no siente eso. Ella ama a Amanda y es la luz de sus ojos al igual que mía.
-¡Mía! ¡ayuda!-escuché el grito de Amanda. Rápidamente subí corriendo y entré a la habitación y veo a Amanda que está en el suelo junto a Mia. Rápidamente me acercó.
-¿Qué pasó?-pregunté acercándome a Mia.
-Mi.. mi máquina-susurró, rápidamente entendí y tomé la máquina y le saqué un poco de sangre y vi que el nivel de la glucosa estaba muy bajo.
-Amanda ve a la cocina por algo dulce-dije y Amanda sale corriendo y yo tomó entre mis brazos a Mia y la acomodó sobre mi regazo.
Amanda volvió con unas cuantas cosas y comencé a darle un poco de miel y cosas dulces.
-Llama a su mamá-dije y Amanda negó.
-No-dijo Amanda.
-¿Porque?-pregunté.
-Mía está segura con nosotros, no puedo decirte porque juré no hablar nada-dijo Amanda acariciando la mano de Mia.
-¿Ella fue quien le provocó las quemaduras?-pregunté y Amanda me miró.
-Mira, esta reaccionando-dijo Amanda y Mía comenzó a abrir sus ojos. Ella aún seguía pálida, ella miró Amanda y luego me miró a mí.
-Lo.. lo siento-susurró y Amanda la miró.
-No tienes porque disculparte, ¿eres diabética?-preguntó Amanda.
-Si, uso insulina-susurró.
-¿En dónde está la insulina?-pregunté y ella me miró.
-No tengo, se me acabó-susurró intentando de salirse de mi agarre pero negué.
-Tranquila, nececito que me des el número de tu mamá para comunicarme con ella-dije y ella rápidamente negó y en un movimiento cayó al suelo.
-No-dijo intentando levantarse.
-Hey, está bien-dije intentando calmar sus nervios.
-Vamos a la cama-dijo Amanda y yo tomé en mis brazos a Mia y la puse sobre la cama de Amanda. Amanda se acostó, no quería dejarlas sola, tenía miedo que algo malo pasara así que me acosté en medio de las dos y los tres nos fuimos en un profundo sueño.
Narra Mía
Abro mis ojos y cuando los abro me doy cuenta que Edward estaba abrazado a mí por detrás y su cabeza descansaba sobre mi cuello. Sentí una sensación rara en mi cuerpo y luego siento algo que está apuntando hacia mi trasero y rápidamente supe de lo que se trataba. Intenté moverme pero él me abrazó más a él.
-No te vayas, por favor-susurro con sus ojos cerrados.
-Sr. Williams-susurré y él rápidamente abrió sus ojos y pestañeó varias veces y luego cayó en cuenta y rápidamente me soltó.
-Lo... lo siento-dijo él y me levanté.
*****
-¿Cómo que te irás caminando Mía?-dijo Amanda.
-Ya has echo mucho por mi-dije y en eso sale Edward.
-¿Ya están listas para la escuela?-preguntó Edward.
-Si, pero Mía quiere irse caminando-dijo Amanda.
-¡De ninguna manera!-dijo Edward.
*****
-Por eso es importante conocer de dónde proviene la poesía. Ahora quiero que busquen su poeta favorito y me traigan una poesía, la van a exponer al frente-dijo Edward y todos asienten. El timbre sonó indicando que todos se podían ir. Como siempre soy la última en salir pero Edward me detuvo.
-Mía no te vayas-dijo él y me volteó a verlo.
-Amanda cumpleaños y quiero que me ayudes a organizarle una fiesta-dijo él y solté una carcajada.
-Sr. Williams usted me ve cara de que yo puedo organizar una fiesta-dije y él soltó una carcajada.
-No me digas Williams dime Edward. Y en realidad si, puedes hacerlo-dijo él y hubo un silencio incómodo en el cual ambos nos mirábamos fijamente en los ojos. Sus ojos verdes eran intensos.
-Puedo hablar con Paul, de seguro él puede hacerlo-dije rompiendo el silencio.
-Oh, vale me parece-dijo el.
-Bueno, ya me voy-dije y el asiente.
-Cuídate-dijo el y lo miré.
-Igualmente Edward-dije y salí.
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Amor Prohibido
RomantizmLas personas viven con muchos estereotipos, empezando porque un hombre debe estar una mujer y viceversa. Que tienes que estar con un hombre o una mujer de tu edad. Que debes ser recto, que debes andar bien, sacar buenas calificaciones. Tener un buen...