Narra Edward
-Buenos días papá-dijo Amanda.
-Buenos días cariño-dije dejando un beso en su cabeza y nos sentamos. En eso baja Emma y se sienta sin decir ni un buenos días.
-Papá, quiero pedirte permiso para ir al centro comercial. Estaremos los mismos de siempre-dijo Amanda.
-¿Yo no existo en esta casa?-preguntó Emma y respiré profundo.
-No empezamos-dije y miré a Amanda.
-Puedes ir-dije.
-¿No empezamos? Ese es el problema, que nunca estamos bien-dijo Emma.
-En eso tienes toda la razón Emma, solo lo que hacemos es pelearnos por estupideces. Ya estoy cansado de verdad, no me arruines la mañana-dije y ella me miró.
-Entonces te arruino la vida, wow, no puedo creer que eso haya salido de tu boca-dijo Emma.
-¡Ya basta!-dije cansado.
-Me tienes cansado con lo mismo, que tengo que hacer para que dejes de pelear por cualquier tontería. Esta situación es drenante, ni desayunar tranquilos podemos por culpa de tus peleas Emma. Ya no podemos almorzar, ni cenar tranquilos. Ya no somos los mismos de antes. Y no vengas a decir que es mi culpa, te complací hice lo que me pediste. Nos cambiamos de ciudad, estamos en un lugar nuevo, en una casa nueva-dije molesto.
-Ya se me quitó el hambre, me voy-dijo Amanda levantándose de la mesa.
-No te preocupes, que yo también me iré contigo-dije dejando el plato en la mesa.
-¡Perfecto yo soy la mala de la historia!-dijo Emma y yo tomé las llaves de mi coche.
-¿Estas nerviosa?-dije y ella asiente.
-Si, esto de hacer nuevos amigos es un poco complicado papá-dijo ella y sonreí.
-Es un proceso, estoy seguro que vas a tener muchos amigos. Te lo aseguro, además después de todo no será nada mal, vas a estudiar en la misma escuela que yo daré clases de Literatura-dije y ella sonríe.
-Seré la hija del guapo profesor de "Literatura"-dijo mi hija y solté una carcajada. Llegamos a la escuela y ella fue la primera que se bajó y luego me bajé yo. Observé la escuela, realmente era muy grande.
Solo espero que me vaya bien...
Comencé a caminar hacia dentro de la escuela y comencé a sentir la mirada de los jóvenes especialmente de las chicas. Ellas me miraban y se ponían a murmurar cosas, otras me sonreían y otras me miraban de una manera "sexualizada". Solo las ignoré, jóvenes con hormonas revueltas, podrían ser mis hijas. Entré a la oficina del director.
-Buenos días, usted debe ser Edward Williams. El nuevo profesor de literatura-dijo el director.
-Buenos días, si-dije y el sonríe.
-Mucho gusto soy el director de esta escuela, soy Francisco Scott-dijo el extendiendo su mano.
-Mucho gusto, me indicaron que debía pasar a llenar unos documentos y que usted me diera unas instrucciones-dije y el director asiente.
-Nececito que me firme este contrato y luego lo llevaré al que será su nuevo salón de clases-dijo el director y asiento. Luego de seguir todo el protocolo el director me llevó al que sería mi salón.
-Le deseo mucha suerte en su primer día, sabe que cualquier cosa puede pasar a dirección. Que tenga un buen día-dijo el director yéndose y yo comencé a poner las cosas sobre el escritorio y sonó el timbre u los estudiantes comenzaron a entrar. Cuando dieron las 8:10 caminé y cerré la puerta del salón, pero antes de cerrar la puerta alguien puso el pie y abrí la puerta y miré y veo a una chica, ella se me quedó viendo y yo a ella.
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Amor Prohibido
RomanceLas personas viven con muchos estereotipos, empezando porque un hombre debe estar una mujer y viceversa. Que tienes que estar con un hombre o una mujer de tu edad. Que debes ser recto, que debes andar bien, sacar buenas calificaciones. Tener un buen...