𝖩𝖴𝖫𝖨𝖤𝖳𝖠 𝖠𝖨𝖬𝖠𝖱
hoy era un día un tanto triste. Estaba nublado y hacia frio, sentía mis manos heladas a la hora de sacar fotos y tenia hambre
a pesar de eso, mi cabeza solo podía pensar en que hacía frío y eso me alegraba internamente. Amaba el invierno
sentí un empujon a mi derecha y levanté mi vista de la cámara para ver al responsable
— sos un bruto Lisandro —giré los ojos
— a vos te encanta que sea así. "Ay Lis", "ay, si así, más" "metemela toda Lis —se burló
fruncí el ceño y me crucé de brazos dejando que la cámara cuelgue de mi cuello con libertad
— qué pasa princesita? estas enojada? —sonrió de lado— querés que te ayude a que se te vaya?
— no quiero nada ahora. Déjame trabajar
— pero si ya terminó el entrenamiento
— tengo que editar las fotos —respondí como si fuese obvio— y armar los bolsos para irnos
— andas muy maleducada vos, te tendría que educar mejor —se acercó peligrosamente
me quedé quieta cruzada de brazos, no porque quisiera, si no porque mis piernas no respondían luego de sus palabras
— ja! —dije ironica— quién me va a educar? vos o tu compañerito —me burlé
su mano viajo hasta mi rostro apartando algunos mechones que caían por mi rostro
— no te va a dar nada el gil de goma aquel. Yo te puedo dar todo lo que una mina como vos se merece
— una mina como yo? —admiré su rostro reviviendo flashbacks y sensaciones de la última vez que garchamos— que me merezco?
— si no estuvieramos en medio de la cancha me agachó acá nomás y te pego terrible lengüetazo —murmuró contra mis labios
arruge la nariz al escucharlo hablar así
— vos y tu sutileza de villerito —lo empujé suavemente del pecho alejandolo
— dah, si igual te gusta
me giré para descolgarme la cámara y guardarla en su bolso. Podía sentir su presencia, sabía que aún estaba ahí por más que no dijese nada
el ardor en una de mis nalgas lo confirmó, y también confirmó que me había pegado en el orto
— Lisandro! —lo reté
elevó ambas manos con inocencia pero su sonrisita decía otra cosa totalmente distinta. Tener a Lisandro constantemente atrás me hacía sentir deseada y sexy. Es decir, a quien no?
acomodé mi cabello y suspiré volviendo a enfocarme en guardar mis cosas
— qué vas a hacer ahora?