𝖩𝖴𝖫𝖨𝖤𝖳𝖠 𝖠𝖨𝖬𝖠𝖱
— amor, tengo un re hambre —se recostó en mí pecho
ya era de noche, bastante tarde incluso, pero ninguno tenía ganas de cocinar
— yo también —acaricié su cabello
— qué te cocino? —dejó un suave beso en mi cuello
— no se. Tengo ganas de comer franuis igual —hice un pequeño puchero