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me removí en mi cama y estiré mi mano hasta la mesa de luz para sujetar mi celular y ver la hora. Era muy temprano, aún faltaba tiempo para levantarme a desayunar
me acomodé con la intención de poder seguir durmiendo pero unos suaves golpes en mi puerta lo impidieron
traté de ignorarlos pero no pude. Me levanté con pereza y arrastre mis pies hacía la puerta. Miré por la mirilla antes de abrir y lo vi parado frente a mi con unas flores amarillas
froté mi ojo y lo invité a pasar. Cerré la puerta detrás de él y lo admiré nuevamente
— no se por qué todas quieren flores amarillas pero te traje un regalito —dijo dejandolas sobre el mueble
sonreí levemente ante el gesto
— vos viniste a dormir, no me mientas —lo acusé divertida
asintió
— si pero también te quería hacer un regalo
me acomodé nuevamente en mi cama mientras se sacaba la campera, las zapatillas y la remera
— gracias Li, sos un amor —hablé algo dormida
— lo que quiera mi mujer —se acostó a mi lado abrazando mi cintura
pegó su pecho a mi espalda y dejó algunos calidos besos en mi hombro izquierdo. Sonreí y cerré mis ojos
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después de volver del entrenamiento me acerqué a mi papá
— pa —me miró— necesito que hablemos de algo importante
su expresión cambió a una preocupada, se disculpó con el DT y lo llevé conmigo hacía los sillones sentandonos enfrentados
— qué pasa mi amor? —tomó mi mano
— yo... conocí a un chico y me gusta mucho —admití— y una cosa llevó a la otra y...
