miré la historia de Lisandro e inevitablemente mis ojos viajaron hacia él, quien se encontraba durmiendo plácidamente la siesta. Hoy era el partido contra Costa Rica y queria que descansara bien y recuperara energías
acaricié delicadamente su corto pelo y dejé un suave beso en su frente antes de intentar levantarme a buscar uno de mis chocolates
— a dónde vas? —preguntó adormecido y con voz grave— seguí con los mimos