CAPÍTULO 12 = Conflictos, presentaciones, explicaciones y primeras ocasiones.

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POV. LENA





Desperté lenta y placenteramente, como no hacía en demasiados años como para llevar una cuenta de aquello. Tener la calidez y sedosidad del cuerpo de Kara aferrado al mío, plácidamente dormido era un jodido sueño. Honestamente una eternidad despertando a su lado teniéndola atada a mí se siente como una maldita utopía.
Me acomode más cerca de ella y hundí mi nariz en su bello y terso cabello, su olor me arrebataba, su aroma maravilloso, comencé a acariciar su estómago suavemente, es una jodida bendición tocar su piel. No pude evitar pegarla a mi aún más y repartir besos por su cabello, cuello y hombro. En ese momento fui consciente de que estaba por despertar, su respiración pausada comenzaba a tomar ritmo al igual que el latido de su corazón, en unos segundos comenzó a removerse y estirarse como un pequeño gatito buscando su lugar favorito para ronronear y el sonido que recibí fue exactamente eso, un dulce y ronco ronroneo mimado y adormilado.
- Buenos días, preciosa mía. ¿Tuviste un buen descanso?
- Hmmmmm... Nuuuu... No quiero despertar aún, quiero seguir aquí, calentita, segura, cómoda y feliz entre tus brazos. - Me reí bajito ante su declaración cual niña pequeña.
- ¿En verdad quieres seguir descansado, quimera mía?
- Solo si tú también lo haces.
- Creo que hay demasiadas cosas que hacer el día de hoy para seguir durmiendo, dulzura.
- ¿Qué hora es? - Alce mi rostro por encima de las cubiertas de cama para girarme y mirar el reloj.
- Exactamente las 9 de la mañana. No recuerdo la última vez que desperté tan tarde.
- ¿Tam tarde? ¿A qué hora te despiertas normalmente?
- 5 am.
- ¡WOW! ¿Todos los días?
- Sin excepción.
- ¿Qué pasó hoy?
- Tu. Eso pasó. Tu durmiendo en mi cama, abrazada a mi, teniendo tu suave respirar conmigo, tu piel cálida conformándome y dándome calor, relajándome y ayudándome a descansar cómo no lo hacía en décadas, tal vez más. Me siento más joven que cuando estaba viva.
- Estás viva, Lena.
- Sabes a qué me refiero.
- Me alegra que durmieras bien.
- Aún no me dices cómo estuvo tu descanso.
- ¡De maravilla! Dormí abrazada a la mujer, a la vampiro, a la adjudicadora más linda que alguna vez ha existido. Dormí segura y cómoda... Me encanta como tu ropa de cama está impregnada de ti. Amo sentir tu olor. - Me acomode para tomar su rostro y besarla pero, de pronto me alejo...
- ¡No! No no no. No puedes besarme aún.
- ¿Por qué demonios no?
- Recién desperté, Lena... Aliento de mañana... Deja que me lave los dientes primero.
- ¿Te estás mofando de mi?
- ¿Por qué lo haría?
- ¿Cómo puedes pensar que me dará asco o generará algún tipo de rechazo besarte porque acabas de despertar.
- Tu dices eso porque tu boca no huele a pescado barato de puerto.
- Con absoluta certeza y seguridad puedo decirte que tu hermosa boca no huele a tal mugrerio... Kara, quiero darte un beso de buenos días... Antes de que salgamos de la cama... Por favor. - Llevo sus manos a mi rostro para acariciar mis mejillas y cabello. Estaba acercándose a mí cuando tocaron la puerta. - No puede ser. - Ella solo se rio y corrió a abrir la puerta. Me senté en la cama sabiendo que quien estaba detrás era Sam.
- ¡Buenos días Kara! Te ves mucho más repuesta sin duda alguna.
- Evita las burlas, Sam. - Le dije en tono de advertencia.
- Buenos días. - Respondió Kara amablemente.
- Buenos días, mi señora. ¿Cómo se encuentra hoy?
- Mucho mejor, hoy volveré a mis funciones habituales.
- Eso suena de maravillas, mi señora, hay un par de situaciones que necesitan su más pronta atención.
- Después de desayunar con Kara, Samantha.
- Si, ama. ¿Desea desayunar aquí?
- Kara... ¿Te gustaría desayunar en la terraza?
- Si así lo deseas... - Respondió con cierto grado de molestia en su voz y desvió la mirada hacia la ventana.
- Si deseas desayunar aquí, está bien. Solo debes decirme.
- La terraza está bien.
- Samantha...
- Si mi señora, ahora mismo me encargo de preparar todo, ama. No se preocupe en 15 minutos todo estará listo y dispuesto para que disfruten un lindo desayuno en la terraza. Mi señora.- Hizo la clásica reverencia y salió de la habitación cerrando la puerta.
- ¿Kara?...
- Mmm...
- ¿Puedes dejar de mirar por la ventana?
- Dime. - Dijo de forma neutral, no entendía una mierda, ¿Dónde está mi dulce Kara?
- ¿Qué ocurre? ¿Es esto por lo del beso de buenos días?
- ¡Ay Lena! ¿Que ridiculez es esa?... No entiendo... Simplemente no entiendo.
- ¿Particularmente?
- ¿Por qué tratas así a las personas del castillo?... Como si fuesen menos. ¿Por qué deben dirigirse a ti con el temor de perder la cabeza si la reverencia que te dedican no es cien por ciento de tu gusto? ¿Por qué te dicen "ama"?
- Porque lo soy Kara.
- Nadie es pertenencia de nadie.
- No me pertenecen sus almas y su voluntad porque así se me da la gana, Kara. Lo que me pertenece de ellos es su incondicional lealtad y deseo de trabajo y cooperativa para y por liderar nuestra especie. Me pertenece su agradecimiento. Porque ellos así han querido darlo. De forma voluntaria. Sin presiones, sin manipulaciones, sin segundas intenciones, yo no tengo comprado su respeto o su miedo en base a perturbar sus mentes con amenazas sangrientas. Yo poseo su respeto, admiración y cuidado porque ellos consideran que así lo merezco y valgo. Porque desean cuidarme  y protegerme porque están jodidamente agradecidos de las cosas positivas que hemos logrado en décadas y siglos para nuestra especie. Nadie trabaja obligado bajo mi mando. No tengo instinto ni intenciones de ser una puta dictadora que atormenta y asusta a su gente para mantenerlos doblegados a sus pies. - No podía entender que Kara tuviera esa nefasta concepción de mi. ¿Cómo podría llegar a quererme si cree que soy esa clase de monstruo? Pero no soy esa clase de monstruo, nunca lo he sido. Mi orgullo estaba hondamente cabreado en estos momentos. - Voy a tomar una llamada en mi escritorio. Te veré en la terraza en 15 minutos. - Sin decir más nada me largué de la habitación.





Sauces y lazos de Sangre - SUPERCORPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora