CAPÍTULO 2 = ¡Mira lo que trae la noche!

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POV. LENA


Cerca de las cinco de la tarde regrese a mi oficina en el último nivel del ala oeste del castillo, pretendía volver al trabajo después de alimentarme pero el cálido toque del sol a través de la ventana me hizo cerrar la computadora y acercarme al vidrio para recibir parte de ese reconfortante calor. Cerré los ojos mientras dejé que mi cuerpo absorbiera la vitalidad que el sol podía brindar. Irónico ¿no? Alguien como yo intentando recibir la calidez del sol como algo gratificante. No es que nos haga daño ni nada pero tampoco podemos abusar de aquello. Un toque en la puerta interrumpió mi paz.

¿Ahora recargas energía viendo al sol? - Entró en mi oficina con una amplia sonrisa burlona. - Tal vez no necesitarías del calor del sol si te alimentarás como es debido, hermanita. - Concluyó tomando asiento frente a mi escritorio.

Me alimento lo suficiente como para controlar y dirigir cada aspecto de este hotel con bastante éxito si me lo preguntas. - Quise cerrar el tema centrándome frente a la pantalla de escritorio.

Hay días en los que te ves cansada.

Hay días en los que estoy aburrida.

¿No he equipado este hotel con maravillosas experiencias y actividades para mantener a nuestros huéspedes felices y complacidos? - Preguntó casi ofendido.

Lex...- Suspire pesado mientras llevaba mi mano derecha a mi tabique y apoyaba mi cabeza en ella. - Pasarme la vida en tus retorcidas orgias dejo de ser un pasatiempo atractivo para mi.

¿Tal vez podría conseguirte algo nuevo?... algo fresco, más joven, algo.... Ya sabes... jugoso.

No, no es necesario... tal vez simplemente extraño el deseo de cazar, algo complejo, un juego, algo que se vuelva difícil de tener... al menos por un día... - Lex cortó en seco con una estruendosa risa que llenó la oficina. - ¿Estás de bromas, verdad?... ¡Lena, éramos los más atractivos y bellos seres de toda Atenas cuando está era considerada una Polis de la Arcaica Grecia y corría sangre por nuestras venas! Ahora el encanto de nuestra naturaleza el cebo adictivo que significamos para los humanos es tanto o más fuerte que nuestra necesidad de saciar la sed! ¿Cómo pretendes encontrar alguien que no te quiera? - Concluyó exasperado mientras se ponía de pie y comenzaba a pasearse por la habitación. - Es cierto, incluso Lex con su estilo calvo y su pulida barba atraía a cuanta mujer y hombre se le acercase ya en ese entonces. Por mi parte no me quejo, se lo que puedo provocar, volví a concentrarme en sus palabras cuando ya estaba exasperado.- ¿Quieres volver al "Anni Rossi", a la maldita inquisición, al "Jyhad"?... - NO!...- Corte su arremetida acusatoria.

Jamás querría volver a pasar por momentos tan oscuros y peligrosos para nuestra especie. Nunca estuve de acuerdo con la caza libre y lo sabes pero, el limbo entre la pasividad de nuestra ahora educada conducta antinatura y el pretender ser un humano civilizado puede hacer de tu existencia una eterna repetición monótona y aburrida de tus días... No digo que deseo salir a cazar de noche como se hacía hace siglos, solo estoy pasando por un periodo desmotivante.

Madre quiere que asciendas a la Alta Mesa,  ¿no es eso suficiente estímulo?

Madre cree que es algo que yo deseo, más la existencia como miembro de la Alta Mesa puede ser incluso más aburrida y lacónica.

¿Le dirás?

¿Qué cambiaría? Al fin y al cabo ella tiene razón, mejor uno de nosotros que en manos ajenas.

¿Qué deseas Lena?

Lo mire fijamente sin saber bien qué responder, suspiré profundamente y volví a reclinarme en mi silla, desvié mi vista hacia la ventana nuevamente. - No lo sé, Lex, aún no lo se. - El se puso de pie y rodeo mi escritorio para llegar a mi, acomodo su brazo al rededor de mi espalda y susurro suavemente en mi cabeza.- Bueno... tienes toda la eternidad para averiguarlo, querida. - Dejo un beso en mi frente y se dispuso a salir, antes de abrir la puerta volvió a hablar. - Tal vez un paseo nocturno por el parque, en la paz y silencio de la noche podría ayudar. - Abandonó mi oficina cerrando la puerta por fuera mientras escuchaba como sus pasos se perdían al final del pasillo. Me levanté y volví a mirar por el largo ventanal frente a mi, vi el sendero de sauces que conducen al parque y consideré la propuesta de Lex, los sauces habían sido mi idea después de todo, tal vez un paseo a la luz de la luna podría venirme bien después de tantos días de encierro.

Sauces y lazos de Sangre - SUPERCORPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora