One Shots | Railo

Sí, me sigues gustando

POV RAI

Tan pronto como oí sus nudillos tocar la puerta de mi habitación, limpié mis lágrimas y la dejé pasar con un suave "Entra". Ella cerró la puerta, y se quedó donde estaba, observándome con culpa y arrepentimiento en sus ojos. Cambié la mirada a otro lugar.

—Rai.. hablemos.— Susurró mientras se acercaba lentamente a mi persona, yo solo suspiré, cansada.

—Adelante. Di lo que tengas que decir.

Terminó por sentarse a mi lado, y agarrar una de mis manos. —No tiene perdón la magnitud de las cosas que te dije ayer estando enojada, lo siento mucho, no puedo decir que no era mi intención decirte esas cosas, ni que las dije sin darme cuenta, por que sí me di cuenta, pero más tarde. Te pido por favor, me perdones y me des otra oportunidad.— Se tomó una pequeña pausa— También, te pido que respondas a mi pregunta.— Asentí mientras soltaba su mano y me acomodaba en la cama.

—La respuesta a tu pregunta es un sí, me sigues gustando. Y respecto a tus disculpas, también son aceptadas. Yo también te dije cosas hirientes que no iban de la mano con lo que ocurrió.— Agarré sus dos manos y comencé a jugar con sus dedos, ella solo se quedó en silencio procesando lo que le había dicho. Alzé mi mirada a sus ojos y éstos me decían tantas cosas que no eran dichas por ellas.. me derretían con solo observarlos.

Su mano se escapó de las mías y fue colocada en mi mejilla derecha, acariciando lentamente mientras ésta acercaba su cuerpo al mío. Cuando estuvo lo más cerca posible, coloqué mis manos en sus hombros, y la dejé besarme. Unió nuestros labios en un beso suave, lento, un beso que dejaba en claro lo mucho que nos amábamos y lo mucho que nos deseábamos. Subí mis manos a sus mejillas y ella dejó una en mi cintura, acariciando el área mientras disfrutaba del beso.

Nos separamos unos segundos, observándonos, antes de volver a unir nuestros labios, pero ésta vez en un beso mucho más subido de tono. Introducí mi lengua en su cavidad bucal y comencé a acariciar la suya con la mía, alejándome por momentos para morder sus labios.

Me alejé, soltando un suave gemido, a la misma vez que me paraba rápidamente para poner el seguro a la puerta. Ella se acomodó mejor en la cama y dejó que me subiera sobre ella, acariciando mis glúteos y volviendo a besarme. Suaves suspiros salían de nuestras bocas, nuestros cuerpos emanaban calor, y sentía su piel caliente rozar la mía.

Dejó mis labios para bajar sus besos mojados a mi cuello y clavículas, besó y mordió a su antojo, pero no chupó, sabía que me metería en problemas si dejaba marcas. Alzé mi camisa con cuidado de no golpearla y dejé que terminara de sacármela, deleitándola con mi pechos cubiertos por un brasier.

"Eres preciosa."

Unas palabras tan simples como ésas, hicieron que mi piel se erizara por completo. Ella sonrió por el contacto y dejó besos en medio de mis pechos, besando con amor.

Agarré los bordes de su camisón y lo alzé para quitárselo, dejándola ahora con un sport bra negro que cubría la mayor parte de sus senos. Sonreí. Volví mis manos a su cara y la atraje hacia otro de tantos besos, deleitándome con el sabor a menta.

"No quiero hacer nada que no quieras."

Susurró luego de que dejara sus labios, de los míos sólo se escuchó un "Shh.." antes de besar su cuello, dejando lamidas a mi antojo. Sus gemidos eran suaves y delicados, me encantaba.

No sé en qué momento tomé el control de la situación, ni en qué momento tiré su cuerpo hacia atrás para que se recostara en la cama completamente a mí merced. Doblé mi cuerpo y dejé besos en su abdomen, sintiendo como su piel se erizaba por el contacto tan íntimo que le estaba ofreciendo. Desabroché su pantalón con suavidad y lo bajé un poco hasta sus rodillas, donde lo iba a dejar, pero ella me detuvo y se lo quitó por completo. Volví mi rostro hacia el suyo, y comencé a dejar besos por toda su cara. Mientras mi mano se abría paso entre sus bragas, acariciando su sexo. Sentí como su mano apretaba mi cintura con poca fuerza, y sus gemidos tan suaves, casi inaudibles, iban a parar cerca de mi oído junto a sus suspiros.

Comencé a sobar con mis dos dedos su clítoris, sintiendo la humedad cubrir mis dedos. Con el pasar de los segundos, su calor iba aumentando, al igual que la velocidad de mis dedos. Adentré uno de ellos de una sola embestida, su espalda se arqueó y sus gemidos fueron un poco más altos.

—Baja la voz, mi madre está abajo.

Me hizo caso al escucharme, pero un segundo dedo uniéndose al otro provocó que mi otra mano subiera a sus labios, para tapar sus gemidos. Comencé a embestirla con más fuerza, sintiendo como sus paredes húmedas apretaban mis dedos, anunciando su llegada al clímax. Dejé besos en su rostro una vez más y bajé a su cuello, dejando mi rostro ahí junto a mi besos mojados.

Mi mano dejó de tapar sus labios y se aferró a su cuello, dándole la libertad para que gimiera al llegar al orgasmo. Cuando llegó al orgasmo, un suave gemido, casi ahogado, se dió paso a lo largo de mi audición.

Sonreí y dejé su cuello, observando su rostro y los mechones adheridos a su piel por el sudor de ésta. Saqué mis dedos, lamiéndolos, para luego dejar un beso sobre sus labios.

"Te amo."

Eso fue lo último que escuché, antes de hundirme en el mundo de sus caricias de nuevo.

🐹

Estoy empezando a cambiar un poco mi manera de escribir, tampoco es un cambio radical, pero ciertas cosas se hacen notar. Déjenme saber si hay errores ortográficos.