Teacher's pet

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Donde Alondra es alumna y Rai es profesora..

POV ALONDRA

Sus brazos rodearon mi cuerpo en un abrazo cálido y deseado por ambas, su suave perfume entraba por mis fosas nasales y se perdía en el interior de mi organismo respiratorio. Se sentía exquisito. Antes de acercarse a mi persona, le había puesto el seguro a la puerta de aquel salón poco lujoso. No quería ser interrumpida por algún idiota que tuviera ganas de joder.

—Esto está prohibido, no sé que estoy haciendo.

Susurró cerca de mi oído, su cabello rizado emanaba un olor tan rico, la suavidad de su piel, su sedosa voz.. me volvía loca. Amaba ésto. Además de que, era la alumna con mejor nota en su clase. No por nada lo era.

Se alejó un poco de mi y besó mis labios sin separarse de mi cuerpo, nuestros cuerpos encajaban tan perfectamente que no era necesario el unirlos a la fuerza, nuestras alturas combinaban, simplemente eran nuestras edades. Y no nos importaba. Llevé mis manos a su cuello y la atraje aún más, enrredando mi lengua con la suya mientras mi mano agarraba fuertemente el cabello de su nuca. Gimió en medio del beso, no pude evitar sonreír.

—Me encantan tus gemidos.

Susurré antes de volver a besarla con más deseo. Agarré su cintura con ambas manos y la empujé, sin soltar sus labios, para que quedara sentada en su escritorio negro. Cuando se sentó, abrí sus piernas y adentré mi cuerpo en ellas, colocando ambas manos a ambos lados de su cuerpo.

—Contrólate, Alondra.

Dijo luego de dejar mis labios y arquear su cabeza para darle paso a los besos que se ceñían a la perfección en su cuello. Chupé suavemente, dejando una marca que desaparecería en minutos. Sus gemidos eran suaves, solo audibles para mi satisfacción. Amaba deleitarme con el sabor de su piel, de sus labios. Amaba todo rincón de su cuerpo, sus ojos, su cabello, su cuerpo, pero más aún su manera de ser.

Me tenía locamente enamorada de alguien completamente prohibida. Lo que ella no sabía, es que me iba a ir del país tan pronto como terminara las clases. No se lo podía decir, pero tampoco la quería dejar. ¿Qué podía hacer? Sus ojos marrones tan llenos de vida, perderían su brillo al instante.

Mejor era seguir el consejo de mi cerebro, el silencio.

Alondra no sabía que su alma lloraba desconsolada, al no poder llegar a su corazón. Iba a dejar atrás a su amor verdadero.

🐹

Sí, dije MAYBE iba a hacer una historia de ésto, pero es mucho trabajo y ya tengo bastante con el colegio. Para mí beneficio, es mejor seguir con los oneshots.

One Shots | RailoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora