One Shots | Railo

Dedos

POV ALONDRA

Luego de que toqué la puerta, me arrepentí casi automáticamente y pasé mis manos a lo largo de mi cara, pensando en si bajar las escaleras y hacer como si nada hubiese pasado, o si simplemente quedarme allí, esperando por ella. Grande fue mi sorpresa al ver como la puerta se abría, y a su vez dejaba ver a la persona que se encontraba detrás de ésta. Obviamente, era Rai. Estaba completamente sudada, su pollina estaba pegada a su frente, su pantalón se encontraba medio bajado dejando ver su abdomen bajo marcado, su camisa dejaba ver parte de sus hombros y también de su brasier rosado, pero se encontraba preciosa estuviese como estuviese. Nos miramos a los ojos, yo estaba totalmente sonrojada al igual que ella, más aún después de caer en cuenta que literalmente me la había comido con la mirada.

Se acercó a mi con lentitud y agarró un mechón de mi cabello, colocándolo detrás de mi oreja, mientras me observaba con.. ¿amor? Creo que era bastante obvio ya después de lo que había oído. Aunque aún así, podría ser solo deseo. Suspiré, las ganas que tenía de besarla en esos momentos iban en aumento. Pegó su cuerpo al mío y una de sus manos se posó en la parte posterior de mi cuello, mientras que la otra abandonaba mi cabello para comenzar a sobar mi mejilla. Mis manos subieron a su cintura, quedándose allí.

Dejó un beso en mi mejilla y luego habló:-Te amo, Alondra. Y te deseo. No como amiga, sino como pareja. Perdona mi atrevimiento y el que hayas oído lo que oíste al subir las escaleras.- Pegó su frente a la mía mientras decía esto.

Sonreí. Dios, ¿cómo se puede amar tanto a una persona?

-No te preocupes, por que ya desde hace tiempo yo te amo. Ya lo descifré. Sí te amo, pero no como amaría a una amiga.- Dije con suavidad, sentí mis labios rozar los suyos y una torrente eléctrica me sacudió el cuerpo por completo. Sonreí una vez más.

Ella separó su frente de la mía y me miró con una sonrisa de oreja a oreja, yo se la devolví y segundos después besé sus labios con amor, con deseo. Un deseo que me inundó el cuerpo por completo de un momento a otro. Comencé a besarla con pasión, su lengua entró en mi boca y comenzó a lamer la mía mientras leves jadeos salían de su boca entre el beso. Empujé su cuerpo contra la pared de al lado de su puerta, y comencé a besar su cuello luego de que separé mis labios de los suyos.

Chupé la piel de su cuello, dejando marcas notorias. Quería hacerla mía, la mierda de tenerle miedo a la oficina se acababa ese mismo día.

Suaves gemidos llegaron a mis oídos, motivándome a seguir con lo que hacía. Sus manos se enrredaron en mi cabello al pasarlas bajo el beanie y una de ellas en mi cuello.

-Alondra.. vamos a la cama..- Susurró con un tono bajo. Dejé su cuello y comencé a besarla de nuevo, mis manos, aún en su cintura, hicieron presión en su cuerpo para ir guiándolo hasta llevarla dentro de su habitación. Más bien hasta su cama.

Una vez hecho, sus piernas chocaron con el borde de la cama. La empujé con fuerza nula al separarme de sus labios y su cuerpo cayó en la cama, apoyada en sus brazos, y quedando completamente a mi merced. Observé su cuerpo con la ropa alborotada, su rostro sonrojado y los chupones en su cuello, la forma en la que me miraba.

- Dios, Rai, no me mires así..- Susurré antes de treparme en la cama y gatear hasta quedar sentada encima de ella. Enderezó su cuerpo y dirigió sus manos hacia mis glúteos, donde comenzó a amasar mientras dirigía sus labios pomposos a mi cuello. Coloqué mis manos en sus hombros y arqueé mi cabeza hacia atrás para darle espacio entre mi cuello.

Sentí su lengua lamer mi piel como si fuese lo más rico del mundo, acción que fue seguida de un fuerte chupón que seguramente me había dejado una marca morada. Sonreí. Se había sentido bien.