El error de confiar [Masón Thames || Walker Scobell]

Capítulo 5

Dos Mentiras, una verdad.

Masón Thames

Le avisé a Brooke que no dijera nada, no era nuestro problema, ya que no sabíamos que era lo que realmente había pasado.

No lo sabíamos pero puede que nos lo imaginaramos.

Cuándo la empecé a revisar, empecé a ver pequeños moretes por sus piernas, pensé que era talvez por la caída, pero en los sitios donde se encontraban los moretes, ya no eran normales.

Habían unos pequeños que casi no se notaban, lo raro esque no parecían hechos por accidente, ni de casualidad, tenían forma un tanto extraña, como si los hubieran hecho apropósito.

Pero claro si les ponías atención claro que te dabas cuenta de que los tenía.

Realmente estaba pensando a toda velocidad, porqué no seré experto en heridas o golpes, pero se sabía que algúnos si no esque la mayoría, eran con intención.

Me había quedado en blanco desde que Brooke me había avisado que ella la podía curar, me había sentado alado de Elizabeth, cuándo me di cuenta que Brooke también se había percatado de eso.

La chica, antes nombrada ya estaba hablando con un familiar suyo, que no se veía que la tratara tan bien, otro punto más para nuestras sospechas.

Después de que Elizabeth terminará la llamada se le veía algo sonrojada.

-¿Estás bien?- le pregunté.

-¿Eh? Ah sí, no es nada, ya vienen por mi.

-Tienes el tobillo demasiado inflamado, puede ser que tengas una fractura- le dijo Brooke- se ve que tienes un buen aguante al dolor.

-Si.. bueno, práctica supongo- le respondió la chica, quien se vio que se le habían salido las palabras sin pensar.

-¿A qué te dedicas?- le preguntó Brooke sin haberse dado cuenta de lo anterior, pues ella pensaba que le hablaba de su trabajo o a lo que se dedicaba.

Elizabeth le había respondido, pero yo ya no me daba cuenta de lo que decía, estaba demasiado ocupado viéndola.

Hasta que unos golpes en la puerta me sacaron de mi trance.

Elizabeth hizo un ademán de pararse cuándo vió que le ofrecí una mano para ayudarla.
La aceptó algo conmocionada, y la empecé a ayudar a caminar hacia la puerta.

Brooke ya se había adelantado abriendo la puerta, sin duda muy felizmente ya que se había dado cuenta de quién había venido a recoger a la chica.