Capítulo 28. Nunca subestimes a una Potter

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- No quiero ir a la enfermería - dijo, tajante, tratando de soltarse del profesor Tofty -. Estoy perfectamente capacitada para seguir mi examen. Solo... Me he quedado dormida y he tenido una pesadilla.

- ¡Es la presión de los exámenes! -aseguró el anciano mago, comprensivo, dándole unas débiles palmaditas en el hombro -. ¡Suele pasar, chica, suele pasar! Bébete un vaso de agua y quizá puedas volver al Gran Comedor. El examen casi ha terminado, pero a lo mejor quieres pulir tu última respuesta, ¿qué te parece?

- Eh... si - respondió Gia, pensativa -. Si, en seguida...

El profesor Tofty asintió y le indicó que llamara antes de entrar cuando volviera. Gia asintió y vio como éste entraba en el Gran Comedor de nuevo. Miró a todas partes, asegurándose de que no había nadie cerca, especialmente la profesora Umbridge... y echó a correr al primer lugar en que sabía que había cobertura: la Torre de Astronomía.

Histérica, y cuando el pequeño aparato tuvo señal, Gia marcó el primer número que tenía en la lista de contactos, dando vueltas como una histérica. Cuatro toques.

- ¿Diga? - dijo una voz calmada al otro lado -. ¿Hola?

- ¿Remus? - preguntó.

- ¿Gia? ¿Qué ocurre? ¿No tenias el examen de Historia de la Magia?

- Si, si, pero ha pasado algo... - Gia le contó de manera muy rápida lo que había pasado -. Tengo que volver, pero antes necesito... que me pases con Sirius.

- Esta en el piso de arriba; Buckbeack está herido - Lupin se quedó callado -. Y teniendo en cuenta lo que has soñado, empiezo a entender que no es casual.

- Pero esta bien, ¿verdad? Está en casa.

- Si, claro. El que iba a salir era yo, de hecho. ¿Quieres que le diga algo? - Gia pensó unos instantes.

- Dile que avise a Dumbledore, donde sea que esté. Un prófugo sabe donde encontrar a otro. Y... Que estén alerta.

- De acuerdo. Gia. Tranquila. Todo esta bien.

- No te preocupes - le aseguró, colgando el teléfono. Salió corriendo, escaleras abajo, y llamó a la puerta del Gran Comedor. La profesora Marchbanks abrió.

- Tienes cinco minutos, Potter - le previno.

- No necesito mas. Solo son las conclusiones.

Ron, Hermione, Pansy, Blaise y Draco la miraron con preocupación en su recorrido hacia su mesa, pero Gia no les devolvió la mirada. Se sentó de nuevo y contempló el examen antes de empezar a escribir. Tuvo que controlarse para calmar la ira que empezaba a subir por su garganta. Hacía meses que no me sentía así.

«¿Quién te has creído que soy, Riddle? ¿Uno de tus estúpidos secuaces que haces "chas" y aparezco a tu lado para hacer lo que tú quieres?».

- Dejad las plumas, muchachos - anunció la profesora Marchbanks -. El examen ha terminado.

Los pergaminos volaron hacia la mesa, pero Gia ya recogía sus cosas antes de que dijeran que podía salir. Ron y Hermione salieron lo mas rápido que pudieron del comedor, tras ella.

- Gia, ¿qué ha pasado? - exclamó Hermione enseguida; parecía muy asustada -. ¿Te encuentras bien? ¿Estas enferma?

- ¿Dónde has ido?

- Venid, tengo que contaros... - dijo, guiándolos a un aula vacía. Sacó un trocito de pergamino y escribió: «No te preocupes, todo va bien. Te veo en cuanto pueda. Te quiero, GP» -. Crecere papirus Malfoy - murmuró, y el pergamino desapareció.

Soulmates VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora