Capítulo 23. Almas gemelas

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------------- Este capitulo tiene contenido MUY explicito. Siéntense, relájense... y disfruten de la experiencia -------------------

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- Así que Malfoy nos avisó, no nos delató - comentó Hermione. Gia asintió. Estaban las dos acurrucadas en la cama de la primera, después de que Gia les pusiera al corriente a todos los miembros del ED de lo que había pasado en el despacho de Dumbledore y de que ambas subieran al dormitorio con Parvati y Lavender -. Fue Marietta.

- Si, eso parece - Gia se frotó la cabeza -. Draco mandó a Dobby a avisarnos. Por eso decía "el amo". No hablaba de Dumbledore, hablaba de Draco. Supongo que es algo único de esa familia que aún tiene algo de respeto.

- Lo que no entiendo es que hacía con Umbridge - Gia se encogió de hombros.

- Guardar las apariencias, Herms - respondió.

- No puedo creerlo. Realmente...

- ¿Qué?

- Realmente te quiere, Gia - Gia sonrió, emocionada -. Malfoy es de fiar.

- Flipas, ¿eh? Yo a veces también.

——— POR ORDEN DEL ———

MINISTERIO DE MAGIA

Dolores Jane Umbridge (Suma Inquisidora) sustituye a Albus Dumbledore como director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Esta orden se ajusta

al Decreto de Enseñanza n.º 28.

Firmado:

Cornelius Oswald Fudge

Ministro de Magia

Los carteles habían aparecido en el colegio durante la noche, pero eso no explicaba cómo era posible que todo el mundo, sin exceptuar a nadie en el castillo, supiera que Dumbledore había burlado a dos aurores, a la Suma Inquisidora, al ministro de Magia y a su asistente junior, y había escapado. Como Marietta estaba en la enfermería, Gia se vio asediada por sus compañeros, que le pedían un relato de primera mano.

- Dumbledore no tardará en volver - aseguró Ernie Macmillan con aplomo cuando regresaban de Herbología, tras escuchar atentamente la historia de Gia -. Cuando estábamos en segundo, no consiguieron alejarlo de aquí mucho tiempo, y esta vez tampoco lo conseguirán. El Fraile Gordo me ha dicho - adoptó un tono confidencial y bajó la voz, de modo que Gia, Ron y Hermione tuvieron que acercarse más a él para oírlo - que anoche la profesora Umbridge trató de entrar en el despacho del director después de buscar a Dumbledore por todos los rincones del castillo y los jardines. Pero la gárgola no se apartó de la puerta. El despacho se había cerrado para impedirle la entrada. - Ernie sonrió con suficiencia -. Por lo visto, le dio un berrinche de miedo.

- Ya, seguro que le habría encantado sentarse en el despacho del director - dijo Hermione con rabia mientras subían la escalera de piedra hacia el vestíbulo -. No soporto la prepotencia con que trata a los demás profesores, la muy estúpida, engreída y arrogante...

- A ver, Granger, ¿cómo termina esa frase? - Salió deslizándose por detrás de la puerta, seguido de Crabbe y Goyle. La malicia iluminaba su rostro, y se colocó convenientemente detrás de Gia -. Me temo que tendré que descontar unos cuantos puntos a Gryffindor y a Hufflepuff - sentenció arrastrando las palabras. Notó que Gia se ponía muy nerviosa, y eso le encantó. Con disimulo, se acomodó la capa para que nadie viera lo que tenía pensado hacer.

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