----------- Este capítulo contiene escenas de +18--------------
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POV Draco
Siempre que se había imaginado ese momento, al menos en los meses anteriores, se imaginaba una escena completamente distinta. Quizá porque ya se había formado la película en su cabeza de que era con Potter, y ésta había ganado todos los Oscars a los que estaba nominada como La más perfecta, La más romántica, La más excitante... Draco no era romántico, no se consideraba así en absoluto, pero cuando quieres entregar tu corazón de la forma en la él quería hacerlo... tu chip cambia. Y quieres ser todo lo que esa persona se merece. Al menos, hasta que te lo pisotean.
Le correspondía con toda el ansia que sabía que tendría, porque estaba borracha y porque Draco sabía muy bien lo que sentía Pansy por él, pero no era lo que se había imaginado, ni lo que quería. La piel de Pansy le resultaba áspera al tacto, sobre todo si la comparaba con la suavidad que recordaba de Gia. Su cuerpo no era tan perfecto, tan moldeado por el quidditch. Le agarraba del cuello con timidez e inseguridad, como si temiera hacer el ridículo. Gia lo había acariciado con seguridad pese a la inexperiencia, como si sus dedos supieran dónde y como tenían que tocarle, con la presión necesaria, para excitarlo.
Pero sobre todo lo mas diferente eran sus besos. Solo con rozar los labios de Potter, Draco ya se sentía lo suficientemente cachondo como para querer arrancarle la ropa. Era algo salvaje, una necesidad que le hacía perder la razón y querer fundirse en ella hasta dilapidar su cordura, y así lo sentía cada vez que soñaba con ella. Sin embargo, besar a Pansy era similar a cómo quedaba un globo cuando lo pinchabas: flácido y sin ganas. Un poco como su polla con las caricias de Parkinson.
Cuando Draco guió a su habitación a su amiga, pudo comprobar con alivio como Potter y Zabini ya no estaban allí. Las cortinas estaban apartadas, y la cama vacía. Fue un gran consuelo, o quizá una auténtica desgracia: de haber estado allí, quizá Draco se hubiese replanteado lo que estaba a punto de hacer.
Le quitó el vestido que llevaba, y miró su cuerpo, tratando de sentir algo de deseo. Estaba delgada, pero no tanto como su amiga. Sin embargo, no era lo mismo. Le desabrochó el sujetador, llevándose un pecho a la boca y sentándose sobre su regazo en la cama, buscando que ayudara en algo. Ansiosa, empezó a desabotonarle la camisa y lo recostó sobre la cama, sonriéndole con lujuria. Si fuese Potter la que lo hubiese mirado de esa forma, sus pantalones se habían caído solitos por sus piernas. Si los labios que bajaban por su pecho desnudo, entreteniéndose en sus pezones para endurecerlos hubiesen sido los de Potter, a Draco lo hubiese escuchado gemir hasta su tía en Azkaban. Y si sus manos y su boca hubieran acariciado y chupado la polla de la forma en que Pansy lo hacía, se habría corrido al instante, y habría hecho el ridículo.
- Oye, Draco, si no quieres... - le empezó a decir Pansy. Draco alzó la vista: parecía como si ni siquiera le estuviera tocando.
- Es que no quiero eso - replicó, haciéndole un gesto. Pansy volvió a trepar hacia su rostro y le besó.
"Esto es ridículo" - pensó Draco. "Ni siquiera se me está poniendo dura. ¿Será que he bebido demasiado?"
"¿Será que estas pensando en Potter mientras tratas de follarte a Pansy?" - replicó otra voz. "No se puede buscar lo que no hay, y tú estas buscando que Pansy te ponga cerdo mientras piensas que quieres que sea Potter".
"¿Y si te imaginas que es Potter de verdad?" - dijo una voz en su cabeza, como si fuese un gran descubrimiento.
"¿Y si tienes algo de sentido común y dejas esto? ¿Por qué no hablas con Blaise y con Potter, les dices lo que sientes de verdad?"
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Soulmates V
FanfictionSufrir. Perder. Llorar. Repetir. En esas tres cosas se ha basado la vida de Gia en los últimos catorce años: perder a sus padres, sufrir los malos tratos de sus tíos, descubrir que era una bruja, que la utilicen, que intenten asesinarla, humillarla...