Capítulo 15. Jaque mate

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Durante los siguientes días, Gia tuvo la sensación de que poco a poco volvía a ser ella misma, y todo gracias al ED. Reconectar con su lado combativo y ver que había gente que no la miraba con desconfianza y que depositaba aún su fe en ella le hizo estar mas cerca de lo que había sido antes de la muerte de Cedric.

Lo mas reconfortante fue al día siguiente cuando quedó después de las clases con Cho para charlar tranquilamente sobre los últimos meses. Gia le explicó todo, desde lo que había sentido hasta su decisión, incluso le habló de su rollo raro con Zabini (algo que Gia notó que a su ex novia no le hacía ninguna gracia). Cuando terminó, Chang admitió que entendía perfectamente su posición.

- La verdad es que si yo hubiera tenido esa capacidad, probablemente habría hecho lo mismo. Lo que no te acepto es lo de Zabini. Gia, ¿en qué estabas pensando? - le reprendió. Gia se frotó la frente, avergonzada.

- No estaba en mis cabales, Cho - se disculpó, avergonzada -. De hecho, tengo que hablar con Blaise sobre eso. Me siento bastante mal, y me gustaría invitarle a...

- ¿Tú crees? No se, Gi... Es un Slytherin, y a fin de cuentas el mejor amigo de Malfoy... no esperes que lo reciban con los brazos abiertos.

- Bueno, pero Blaise es de fiar - replicó -. Yo creo que no es una mala idea, y quiere aprender a combatir... y sobre todo aprobar los TIMOS.

- Deberías consultarlo con el resto - le sugirió -. Por si acaso.

- Si, mami - dijo, burlona. Cho le dio un empujón -. En fin, debería volver y hablar con Zabini, de hecho - añadió, levantándose -. Hay ciertos asuntos que deberíamos aclarar.

- ¿Vas a volver a enrollarte con él? - le preguntó. Gia negó. Desde que había decidido volver a ser ella, había tomado la firme decisión de que debía zanjar su "lo que fuera" con Blaise, y estaba segura de que él estaría de acuerdo. Daba igual si Malfoy no sentía lo mismo que ella: no podía seguir utilizando a su amigo de esa forma.

- Gracias por darme otra oportunidad, Cho - le agradeció cuando entraron al vestíbulo.

- Todos cometemos errores, pero es de adultos responsabilizarnos de ellos y saber enmendarlos. Y no dudo que tú lo harás, Gia - se dieron un corto abrazo -. Me alegro de que vuelvas a ser tú - le dijo en voz baja. Gia sonrió y le cogió la mano, apretándola con cariño. Cho asintió y se despidió de ella, entrando al comedor a cenar. Sin embargo, le hubiese gustado que su conversación con Blaise hubiese sido la mitad de gratificante de lo que había sido la de Cho. Y empezó, por supuesto, por culpa de Malfoy.

Apenas quedaban unos días para el primer partido de la temporada, dejando las reuniones del ED a un lado porque Angelina se empeñaba en hacer entrenamientos casi diarios. Como era lógico, los de Ravenclaw y los de Hufflepuff demostraban un vivo interés por el resultado del partido, pues ellos jugarían contra ambos equipos en el curso de aquel año. Los jefes de las casas de cada uno de los dos equipos enfrentados, pese a que intentaban disimularlo bajo un considerable alarde de espíritu deportivo, estaban ansiosos por ver ganar a los suyos. Gia comprendió hasta qué punto le importaba a la profesora McGonagall que Gryffindor venciera a Slytherin cuando la semana previa al partido decidió abstenerse de ponerles deberes.

- Creo que ya tenéis suficiente trabajo de momento - dijo con altivez. Nadie dio crédito a lo que acababa de oír hasta que la profesora McGonagall miró directamente a Gia y Ron y añadió con gravedad -: Ya me he acostumbrado a ver la Copa de quidditch en mi despacho, muchachos, y no tengo ningunas ganas de entregársela al profesor Snape, así que emplead el tiempo libre para entrenar, ¿entendido?

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