Capítulo XV: ❝Sunsetz❞

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Nuevamente el colosal astro que con puño e hierro reina los días anuncia su inevitable perdida ante la batalla del tiempo tiñendo con su sangre el basto firmamento en un vivido coctel de tonos azulados y naranjas con tan majestuoso manierismo que el celeste mantel parecía protagonista de la más exquisita pintura. En aquel sublime acontecer, dos enamorados concentrados estaban en su hacer cundo de manera repentina el de los plateados cabellos tuvo una idea. 

Era un día tan abismalmente corriente como cualquier otro, sin embargo la más sensata intención del de pálida tez era transformar aquella inacabable monotonía del diario quehacer en algo nuevo e interesante. Agobiante sería escatimar de manera descarada a la hora de describir el carácter de la semana que por acto milagroso tuvieron que soportar. La chica de hebras como oro había trabajado con diligencia inhumana en extensos artículos para el periódico de la ciudad  teniendo como consuelo que estarían en primera plana. En cuanto al más alto, las cosas tampoco estaban muy lejos la exigencia de su semana había sido como ninguna otra, a pesar de ser solo cinco días, parecía una eternidad. 

Ahora que aquellos tortuosos días pertenecían al pasado, el majestuoso paisaje sobre ellos era el escenario perfecto para no otra cosa que relajare. Durante aquel año lleno de dicha en el que de la mano habían transitado por el incierto sendero de la vida, Ban en infinitas había demostrado su habilidad natural para sorprender a su amada rubia de la manera más improvista posible y esta no sería la excepción. Yacía contemplando como el cielo poco a poco era presa de la profunda penumbra que lo envolvía con lentitud cuando a él llegó una idea. Sin dar cabida a más, presuroso  y aprovechando que Elaine se encontraba ahora en el mundo de lo onírico tras la ajetreada jornada, reunió algunos candelabros, faroles y cocinó un autentico banquete en cuanto pudo. Tras reunir todo aquello en una cesta y esconderla de manera meticulosa en el baúl de su antiguo Mustang, despertó con delicadeza a la ojimiel anunciando  en enigmático tono la sorpresa.

En medio de aquella mezcla de emoción e intriga que invidia a la de menor estatura en cada una de estas especiales eventualidades, se puso de pie cuanto antes y fue con esa misma energía a prepararse. No había nada extraordinario sobre las citas sorpresa de su amado, sin embargo, la rubia disfrutaba tanto todo el empeño y esfuerzo que Ban ponía en que ambos pasaran tiempo de calidad, que hacía de estas ocasiones algo extremadamente importante para la de los ojos ámbar. 

Sin más extendió el mantel de cuadros rojos y blancos sobre el verde cabello de la tierra y tras acomodar presuroso el pequeño banquete invitó a su amada a unirse. Con un delicado gesto ella asintió y se sentó sobre el mantel junto a él. Contemplaba su entorno con un asombro casi infantil mientras los últimos alientos del poderoso sol atravesaban las ramas del árbol sobre ellos dibujando mil y un siluetas en el pasto lima. Las ráfagas del impetuoso viento susurraban a los oídos de la joven pareja pequeñas melodías que se perdían en medio del silencio silencio.  La rubia estaba extrañamente absorta en su pensar, sus ojos yacían sin lugar en la colosal distancia que los rodeaba y el ruido del silencio emergía en un crescendo constante de angustia e intriga que se empezaba tornar insoportable. 

La ausencia del habla jamás había sido un problema para ambos, después de todo, sus almas estaban tan arraigadas que platicaban callando el estridente escandalo pese  de la quietud. Sin embargo, un personaje innombrado hacia notar su presencia en medio de ambos. El "tic tac" del antiguo Rolex que reposaba en la muñeca derecha del más alto se hacia cada vez más presente, al punto de ser agobiante. 

El nudo en la garganta de la chica ataba con rudeza su lengua mientras su corazón no hacia más que galopar como un corcel salvaje que huye de su domador. Finalmente, el corazón del albino se armó de valentía y se decidió a callar el hostigante silencio. 

—Elaine—Dijo el albino tras aquel prolongado instante.

Ella volvió en si de manera un tanto abrupta y no hizo más que dirigir su mirada a su amado para poder darle su atención. 

—¿Qué sucede?—Preguntó el más alto decidido a terminar con la bizarra situación. 

—No es nada, mi amor—Replicó presura la más baja. No era muy buena mintiendo y esto era la clara prueba. 

—Elaine... Te conozco, incluso mejor que a mi mismo. Claro que te pasa algo—Contestó el peliplata poniendo su mano sobre la de su amada y entrelazando los dedos de ambos—Pero puedes contarte si quieres.

—Ban... Yo...—Ella miró al suelo con algo de vergüenza y culminó la oración—Quiero que nos casemos. 

Él simplemente la observaba en silencio hasta que finalmente sacó una pequeña caja negra de uno de los bolsillos de su chaqueta de cuero—Precisamente para eso estamos aquí, hermosa. 

Acto seguido abrió la pequeña caja de forma cuidadosa y tomó de su blanco interior el anillo de compromiso que había escogido minuciosamente para esta eventualidad. A simple vista, parecía cualquier pieza de oro blanco y diamantes pero era el significado especial que ambos le atribuían a aquella joya lo que la hacía tan especial. En un gesto delicado tomó la mano de su amada rubia y colocó el anillo en su dedo anular sellando de manera simbólica el compromiso de ambos.

Los cristales de ámbar de su chica no paraban de evocar lagrimas de intensa alegría mientras contemplaba a su ahora prometido y la luna sobre ellos cerraba el telón del día. Entre risas y anécdotas los recién comprometidos terminaron el banquete que el más alto preparó  y tras recoger todo se encaminaron de vuelta su morada. Lugar donde parecía que los males del mundo, no podían tocarlos.

—¿Recuerdas ese día?, Aún tengo aquella caja donde vino tu anillo, todo está tal y como lo dejamos la última vez, el tiempo parece haberse congelado en este empolvado departamento. Y aunque ya no estás aquí, mi alma seguirá llamando tu nombre por más que mi corazón de dolor se retuerza. 

Fin.

Quería pedir disculpas a todos mis lectores por los prolongados tiempos de escritura en estas últimas entregas. Espero  el capitulo del día de hoy haya sido de su agrado. Nos leeremos pronto.

Volpe Fuori. 


E Poi Il Silenzio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora