l o v e s i c k. || larry.

xCapítulo 4.x

CAPíTULO 4:

*Narra Harry*

Lunes 12 de enero del 2015 12:57 p.m.

Había dormido los últimos tres días luego de que el niño bonito se hubiera largado de casa gracias a un poco de anestesia inyectable. No quería meterme en problemas apenas recién llegado a la ciudad, y la única solución que encontré fue esa. Tampoco era malo perderse tres días de vida, me parecía algo genial y que debería practicar más seguido.

Ese día era lunes, un lunes horrible lleno de nubes y muy frio. Iría a buscar a mi juguetito nuevo para pedirle la marihuana que le encargue el día que nos vimos. Me vestí con mis pantalones y mi camiseta negra junto con mi sudadera y la capucha en mi cabeza. Y encima de mi rostro la máscara, mi preciada mascara que llevaba siempre hacia todos lados.

De ahora en adelante intentaría ser amable con el niño, al menos un poco para poder hacerle pensar que no soy una mala persona y seguir con mi juego. La vez pasada no me había podido controlar a su enorme trasero y su pequeño cuerpo lleno de marcas. Aunque dañar algo humano me había saciado la necesidad que llevaba desde hace semanas.

Volví a hacer mi caminata hasta el colegio de Louis y me senté junto a la entrada con la cajetilla de cigarros tal y como el viernes anterior. Esta vez llegue más tarde y tuve menos tiempo de espera, aunque algo que no me molestaba era esperar, porque así siempre conseguía lo mejor y todo lo que tenía.

Espere hasta que terminaran de salir los alborotados, o 'normales' según yo, y mire hacia los últimos para visualizar al mocoso mal teñido, para mi suerte sin compañía que pueda molestarme. Cuando este estuvo fuera, me acerqué hacia el tocando su hombro sobre la tela del el pulóver gris que llevaba y el volteo prestándome atención. Dio un grito, sus ojos se abrieron enormes, sentía el pánico en ellos, y eso no era parte de mi plan. Suspire frustrado intentando relajar mis facciones y darle una sonrisa.

-Hola, Louis.- dije firme pero él no pareció responder a eso, y sus ojos azules solo mostraban miedo y asco. Balbuceo algo inentendible pero se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia delante con pasos torpes. Claro que lo seguí y tome su cintura con ambas manos, frenándolo. Primer error.

-No me toques, idiota.- se molestó el sacando mis manos de su cuerpo con rapidez y brusquedad. Bufé tomando su muñeca y lo acerque a mí ya que mi fuerza era superior a la de su débil cuerpito.

-Tú, me debes algo. La droga, Louis. Te la he pagado.- mentí, ya que no le había pagado en realidad. Mire su rostro y fruncía apenas sus labios, como si reprimiera un grito. Supuse que mi agarre le estaba haciendo daño así que fui soltándolo de a poco hasta liberarlo.

-No tengo ninguna puta droga para ti. Ahora si mi permites, adiós.- contesto con seguridad, una que no había escuchado antes y volvió a voltearse e irse, y lo seguí, si se creía que podía librarse tan fácil estaba totalmente equivocado.

-Niño. Ven aquí.- el ni siquiera se molestó en prestarme atención, siguió caminando más rápido. Apreté mi mandíbula molesto, que me ignoraran era lo peor que me pudieran hacer. Si no hubiera sido porque me quedaba un poco de control, lo hubiera lanzado a la carretera hasta que su cabeza se hiciera añicos bajo la rueda de un auto.

Seguí caminando atrás de él unas cuantas cuadras más. Si decía que sabía cómo volver a la cabaña luego de allí, mentía. Porque todo el camino me había centrado solo en seguir al pequeño que no parecía interesarle que siguiera, y yo la ciudad recién la conocía.

Cuando Louis entro por una reja negra, se giró por primera vez desde que lo seguía y me dedico una mirada vacía sin ni una expresión antes de cerrar la reja en mi cara e irse por otra puerta de una madera marrón gastada.