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CAPITULO 2:

Viernes 9 de enero del 2015 13:53 p.m.

*Narra Louis*


No sé en qué momento sucedió. No sé en qué momento pudo pasar por mi cabeza aceptar, prácticamente, prostituirme. Pero el tal Harry no menciono nada más, solo lo sentí abalanzarse sobre mí como un animal, dejándome recostado en el sofá haciéndome daño por su peso. No era que fuera gordo, yo era un débil.

Cuando me besó, me gustó, era un bruto, mordía y succionaba mis labios sin ser ni un poquito cuidadoso. Me lastimaba los labios hasta hacer que la sangre brotara a lo que deje escapar un jadeo de placer ante el dolor que me causaba. Cuando comenzó a quitar mi playera sentí vergüenza porque sabría qué pararía. Y precediendo el futuro, lo hizo, freno de golpe cuando termino de quitar mi playera y la dejo sobre el suelo. Se quedó observando mi cuerpo. Se me hicieron eternos esos segundos y me intimide al punto de querer salir corriendo para desear jamás conocerlo.

-Dios, eres lo más delicado que vi en mi puta vida.- Hasta pude sentir lastima en sus palabras, pero no, me equivocaba al pensar que ese hombre tenía sentimientos. -¡Mira que delgado eres! Esto me calienta aún más de lo que imaginas pequeño.- dijo con aquella sonrisa de maldad pura que llevaba y trague saliva sintiéndome un poco bien luego de escuchar que a alguien le agradaba mi cuerpo.

El siguió restregando su cuerpo contra el mío, y me dolía, sí, me dolía mucho que fuese tan bruto y eso me estaba excitando, el dolor me ponía caliente, al menos por ese momento.

Bajo mis pantalones mientras seguía acariciando mi piel y succionaba haciendo hematomas muy marcados y pronto cuando se tornaran en violeta tendría que llevar pañuelos al colegio. Una vez que termino con arrasar toda mi ropa, tomo mis caderas en sus manos dándome la vuelta en el sillón como si de un muñeco se tratase dejándome boca abajo, no voltee, Solo oí aquel ruido que hacia al quitarse los pantalones y los boxers y rompiendo el envoltorio del preservativo. Sentí como su cuerpo se posicionaba entre mis piernas y como me penetraba, así sin más, sin darme un aviso, sin estimularme, sin una pizca de cuidado. Y grite, grite fuerte porque me dolió como mil infiernos. Cerré mis ojos intentando acostumbrarme al pene de Harry entrando y saliendo de mí, pero podía asegurarme que me estaba desangrando. Harry gemía como desquiciado, como si eso fuera lo más excitante que hizo en años mientras yo me sentía desfallecer, hasta mi erección se había bajado.

Mordí los cojines del sofá con fuerzas sintiendo el dolor desaparecer un poco, sintiéndome una perra sucia allí abajo, solo por un poco de dinero, y en ese momento lo disfrute. Porque merecía ese dolor por el que pasaba y aún más. El dolor, era mi placer absoluto.

Eso hizo que mi excitación volviera, metí mi mano por debajo de mi cuerpo alzando un poco mis caderas y sosteniéndome de uno de mis codos para tener más acceso a mi miembro y comenzar a estimularme a la par de las embestidas duras del ojiverde que parecía que jamás se correría.

Gemí entrecortado cuando Harry pasó de embestidas rápidas a unas más lentas pero que llegaban incluso más profundo, me sentía en la puta gloria, sentí toda esa tensión sexual acumulada en mí, descargarse con esas contracciones en la pelvis y mi mano pegajosa y bañada en chorros de mi semen al igual que el sofá. Pero Harry no paró y ni siquiera pareció notar que me había venido y que literalmente moría bajo el, que tenía los oídos aturdidos y el aire me faltaba, porque no dejo de moverse hasta que se corrió un par de minutos después y sentí por fin su pene fuera de mí. Voltee mi cabeza mirándolo de reojo a penas como se quitaba el condón y en la punta de este había sangre. Mi cara de pánico fue tan obvia que el la noto y soltó una risotada.

l o v e s i c k. || larry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora