CAPITULO 13:
Lunes, 26 de enero de 2015, 23:37 p.m.
Dentro de la casa de los Tomlinson, las cosas no estaban muy bien, un gran tornado de gritos era desatado entre la madre y el menor de la familia.
-Las cosas no funcionan así, Louis. Quiero saber ya mismo donde estuviste. ¡No puedes desaparecer cuatro días y luego venir como si nada!
-Ya te he dicho mamá. ¡En casa de Zayn!
- ¡No mientas! ¡Estuviste con aquel hombre! No lo quiero cerca de ti. Dios. ¡Tienes dieciséis, no puedes hacer lo que quieras!
- ¡Si puedo! - la pelea fue interrumpida por el hermano mayor de Louis, quien entro por la puerta de entrada, alertándose de los gritos y mostrando cara de confusión ante el asunto. Sarah, la madre, soltó un suspiro negando con su cabeza, antes de comenzar a caminar hacia la cocina, dedicándole una última mirada a su hijo menor.
-Vete a tu cuarto, no quiero verte hasta en la mañana, Louis. Ya tendremos tiempo de hablar luego. - Louis soltó un gruñido antes de irse de la escena, entrando por su cuarto y cerrando la puerta con fuerzas haciendo temblar la habitación.
Odiaba pelear con su madre.
Rápidamente cayó de rodillas frente a su cama, recostando su cabeza sobre el colchón soltando un gemido adolorido seguidos de vario sollozos y lágrimas amargas brotando de sus ojos.
-Todo es tu culpa, Harry. - murmuro muy por lo bajo, convirtiendo la habitación en un mar de lágrimas y llanto.
Louis había pasado los últimos cuatro días con Harry, luego de que este confesara que una de sus películas de Disney favoritas era Enredados.
El rizado lo dejo encerrado en su casa todo ese tiempo, tal y como la villana de la película, hace con Rampunzel.
Quizás Louis se la había pasado muy bien, incluso mejor que la chica de cabellera larga, ya que el mayor estaba al tanto de lo que necesitaba, y le era muy atento. Sin contar que el sexo con Harry se le hacía genial, y este le había dado aquello cada que tenía oportunidad.
Lo que no había pensado, era en el momento de llegar a su casa, el momento de afrontar la situación frente a su madre. No le había sido fácil, había pasado media hora compartiendo gritos con la mujer, su garganta incluso escocia y se le hacía difícil llorar sin que le doliera.
Quien sabe cuánto tiempo pasó en esa posición, hasta que se dignó a ponerse de pie y acercarse al espejo. Limpio sus ojos y las lágrimas rápidamente. Odiaba que sus ojos se irritaran tanto al llorar, que se pusieran rojos al igual que el resto de su cara. Si ya estaba demacrado, aquella agua salada que brotaba de su ojos, le hacían ver aún más espantoso.
Al otro día era martes, día de colegio. Había faltado mucho y era hora de concurrir. No estaba listo. Ya había pasado por esto antes, faltar muchos días a la escuela, y al aparecer, ser el centro de burlas y atención de todos allí.
Necesitaba despejarse un poco. Miro la hora en su móvil y soltó un suspiro. Podía ir al callejón, consumir un par pastillas, estar con sus amigos y luego de eso volver a casa como si nada hubiera pasado, entrar por la ventana y despertar al otro día para ir al colegio. ¿Quién se iba a dar cuenta de su ausencia?
Tomó asiento en la cama, quitándose las tenis y los pants que traía puestos, eran de Harry, así que decidió guardarlo en su armario, junto a los otros pantalones del rizado.
Decidió conservar la playera, también era del mayor, pero le gustaba, era oscura y traía un estampado de calaveras, le recordaba a la máscara que Harry usaba. Aquella prenda le quedaba por debajo de los muslos y eso a Louis le fascinaba.
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l o v e s i c k. || larry.
FanfictionHarry Styles, un joven de tan solo diecisiete años, con un gusto bastante peculiar, para él es prácticamente un hobbie, algo de cada día, algo que realmente le encanta. Lastimar, destruir, acabar con la integridad física y psicológica de las persona...