capítulo 3

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Con mano temblorosa, extendió la mano y giró suavemente la manija, empujando la puerta para abrirla lo suficiente como para echar un vistazo al interior.  La tenue luz de la lámpara de la mesita de noche arrojaba un cálido resplandor sobre el rostro de Matthew, con el pelo revuelto por el sueño.  Levantó la vista cuando Arthur entró en la habitación, una mirada de confusión y miedo cruzó por sus rasgos antes de dar paso al alivio y la alegría.

—Arthur— respiró, extendiendo la mano para tocar su mejilla.  —Pensé que nunca volverías.—

Arthur sonrió, su corazón se hinchó de amor por este hombre que había visto lo mejor en él cuando nadie más podía hacerlo.
—Lamento haber tardado tanto—  dijo, con la voz llena de emoción.  —Tenía que encargarme de algo.—

Matthew asintió, sus ojos nunca abandonaron el rostro de Arthur. 

—Entiendo. Pero ahora estás a salvo. Estamos juntos, y es todo lo que importa—

Se inclinó más cerca, sus cuerpos se alinearon mientras presionaba sus frentes juntas.  El calor de la piel de Matthew contra la suya envió un escalofrío por la espalda de Arthur.

Arthur cerró los ojos, saboreando la sensación de ser sostenido por este hombre que significaba todo para él.

—Te amo, Matthew— susurró, su voz apenas audible por encima del sonido de su respiración.  —Más que nada.—

Mientras se abrazaban, perdidos en su propio mundo de amor y afecto, Arthur no pudo evitar preguntarse si su relación algún día podría ser realmente normal.  ¿Serían siempre perseguidos por los recuerdos de su pasado?  ¿Tendrían siempre que mirar por encima del hombro, temiendo el día en que alguien descubriera lo que habían hecho?  No sabía las respuestas a estas preguntas, pero por ahora, en este momento, lo único que importaba era el amor que compartían.

Un amor peculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora