capítulo 8

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Arthur dudó por un momento, luego se bajó de la cama y se unió a Matthew en el sofá.  Se acurrucaron juntos bajo una acogedora manta, sus cuerpos apretados uno contra el otro.  Cuando los créditos iniciales comenzaron a rodar, Arthur inclinó su cabeza contra el hombro de Matthew, sintiendo el ritmo constante de su respiración contra su oreja.  Podía sentir que la tensión comenzaba a abandonar sus músculos, reemplazada por una sensación de paz y satisfacción.

La película era todo lo que esperaban y más.  Se rieron juntos del ingenioso diálogo y suspiraron al unísono en los momentos románticos.  Los dedos de Arthur trazaron patrones perezosos en el pecho de Matthew, sintiendo su suave piel hacerle cosquillas en el dedo.  Podía sentir el calor que emanaba del cuerpo de Matthew y el olor de su piel era embriagador.

A medida que avanzaba la película, se sintieron más cómodos el uno con el otro y sus cuerpos se entrelazaron aún más.  Arthur se atrevió a inclinarse y darle un tierno beso a los labios de Matthew, el cual fue devuelto con igual pasión.  Su beso se hizo más profundo y sus manos vagaron, buscando nuevos territorios de carne para explorar.

Su forma de hacer el amor fue tierna y feroz, una danza de deseo y necesidad.  Se movieron juntos en el sofá, los suaves cojines debajo de ellos eran un recordatorio de la fragilidad del momento.  Arthur se sintió como si estuviera flotando, perdido en la sensación de ser completamente querido y amado.  Podía sentir el corazón de Matthew latiendo contra el suyo, sus cuerpos sincronizados en esta danza íntima.

Cuando alcanzaron su clímax, Arthur gritó, su cuerpo arqueándose contra el de Matthew, sus dedos hundiéndose en la suave carne de sus hombros.  La respuesta de Matthew fue un gemido que parecía venir desde lo más profundo de su interior, sus caderas moviéndose contra las de Arthur en un ritmo que era a la vez urgente y controlado.  Cuando finalmente se desplomaron juntos en el sofá, ambos estaban sin aliento y agotados, con el corazón acelerado al unísono.

Un amor peculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora