—Me alegro de que estés aquí—, susurró, acariciando su cara contra el cuello de Matthew. —No sé qué haría sin ti.—
Matthew acarició el cabello de Arthur, sus dedos se enredaron en los suaves mechones. —Estoy aquí para ti, siempre. Pase lo que pase—. Dudó un momento antes de preguntar: —¿Tienes hambre? Podría prepararnos algo de comer.—
Arthur levantó la cabeza y miró a Matthew con una sonrisa de agradecimiento. —Eso suena delicioso. ¿Quizás un poco de sopa?— Se sentó, arrastrando las sábanas con él para cubrir su cuerpo desnudo. El aire fresco sobre su piel le hizo temblar ligeramente. —Iré a darme una ducha rápida, si quieres empezar con eso.—
Al entrar al baño, abrió el agua y dejó que el cálido chorro lo bañara. Se apoyó contra la pared de azulejos, cerró los ojos y dejó escapar un largo suspiro. Los acontecimientos de los últimos días parecían pesar mucho sobre él, pero estar con Matthew, hacer el amor con él, había ayudado a aliviar algo de esa carga. Se preguntó cuánto tiempo podrían permanecer allí, escondidos del mundo. Pero sabía que eventualmente tendrían que enfrentar la verdad sobre quiénes eran y qué habían hecho.
Arthur terminó su ducha, se secó y se puso un par de pantalones de pijama holgados. Regresó al dormitorio y el aroma de la sopa llenó el aire. Matthew había preparado una pequeña bandeja con un plato humeante de sopa de verduras y un poco de pan crujiente. Lo dejó en la mesita de noche y se unió a Arthur en la cama. Comieron en un amigable silencio, disfrutando la sencilla comodidad de la compañía del otro.
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Un amor peculiar
RandomMatthew, un poeta de 23 años se enamora de un asesino en serie de 26 años llamado Arthur. Poco a poco, Matthew descubre el comportamiento psicópata de Arthur pero aún así se queda a su lado, amándolo, consolandolo y apoyándolo mientras ambos se enam...
