Parte 20

179 5 1
                                    


Ron se despertó con el sonido de una enorme tormenta que estaba provocando una inundación fuera. Hermione ya había salido de la cama y se estaba abotonando un par de vaqueros, parecía estresada y tenía el pelo hecho un lío. Esto, naturalmente, le había hecho pensar a Ron en el estado de desnudez de ella en mitad de la noche.

Se le arremolinó el arrepentimiento dentro. No es que alguna vez se fuese a aprovechar de ella. Pero deseó haber aprovechado la oportunidad. Claramente, Hermione había querido lo mismo, al haberse metido en la cama con una camiseta y unas braguitas como esas...

—La tienda se está hundiendo en el barro— le comentó cuando vio que estaba despierto—. Voy a salir para asegurarla. Es posible que nos tengamos que volver a mover...

—Dame un segundo para vestirme y te ayudo.

Hermione asintió distraída, se puso una capa pesada y salió corriendo de la habitación.

Ron salió unos minutos después y se encontró a Harry y a Hermione hundidos hasta la pantorrilla en un torrente fangoso, con las varitas apuntando a la tienda.

—¡Me cago en todo!— gritó por encima del sonido del aguacero cuando se empapó al instante de salir.

—Ron, ¡¿te puedes ocupar de la parte de atrás?!— le preguntó Hermione desesperada—. ¡Tenemos que poner un escudo extra para que la tienda no se inunde!

—Lo intento...— dijo, deseando haber sonado menos gruñón y caminando con dificultad alrededor de la tienda. Se le hundieron las botas con un chapoteo en el espeso barro mientras andaba, y maldijo bajo el incesante ruido de la tormenta.

El primer intento que hizo de conjurar un escudo repelente fue poco satisfactorio. Ese no era uno de sus mejores hechizos y las condiciones atmosféricas no se lo estaban poniendo fácil. Se retiró el flequillo empapado de los ojos y lo volvió a intentar, observando con satisfacción cómo el agua sucia salpicaba y se alejaba de la barrera invisible.

Siguió por el otro lado, en busca de rincones que necesitasen una ayuda extra, y cuando al fin volvió hasta donde estaban Harry y Hermione, se encontró a su amigo intentando no reírse mientras Hermione, que ahora estaba cubierta de lodo hasta la cintura, pateaba con violencia en la dirección de Harry, salpicándole la parte delantera de los vaqueros.

—¡Hey!— gritó Ron. Hermione, con la cara enrojecida, lo miró y entonces vio que ella también estaba luchando contra una sonrisa.

—Tío— lo desafió Harry, y un puñado de barro húmedo le salpicó la parte delantera del jersey antes de que lo pudiera esquivar.

—¡Os habéis vuelto locos!

Hermione se deslizó por el barro, moviéndose hacia Ron, que la agarró por el codo justo a tiempo, evitando que se cayese. Los ojos de ella se encontraron con los de él de manera intencionada.

—Supuestamente, la primera vez que me he caído ha sido desternillante— lanzó una mirada hacia Harry por encima del hombro.

—No quería que Ron se sintiese excluido, ¿verdad que no?— Harry se deslizó junto a ellos, y él soltó a Hermione para sujetarlo, pero el impulso los derribó a ambos.

Harry compuso una mueca y escupió cuando el barro le salpicó la cara; Hermione se cruzó de brazos en un gesto altanero muy suyo mientras los observaba.

—¡En serio!— les gritó cuando Harry aplastó un puñado de hierba fangosa en la cabeza de Ron.

Ron la miró, tenía el pelo pegado a la cara y le corrían riachuelos de lluvia por las mejillas sonrojadas, y a él se le formó una sonrisa.

Pausa (Romione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora