Parte 22

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Quizás se habían quedado allí demasiado tiempo, simplemente escuchando los sonidos de sus respiraciones entremezcladas mientras el nuevo día cobraba vida. Ron veía un poco la entrada de la tienda al estar sentado, por eso estaba retrasando todo lo que podía volver a entrar. Por un lado, porque no estaba seguro de poder ponerse de pie y mantenerse estable. Y, por otro, porque Hermione tampoco le había dado señales de querer moverse.

Sabía que ella tenía mucho trabajo que hacer, pero cuando al final los dos recobraron la suficiente compostura como para volver a la tienda, Hermione se dejó caer de inmediato en el sofá, se puso una manta sobre las piernas y se lo quedó mirando con una pregunta en los ojos, una que deseaba saber cómo responder.

Harry salió del baño cuando Ron se sentó al lado de Hermione, intentando averiguar qué decir. Ella bajó la cabeza hasta su hombro, y Ron lo dejó ir, decidiendo que cualquier conversación podía esperar hasta que estuviera más lúcido y fuese más coherente. Calculó que sería dentro de unos pocos meses, después de lo que acababan de hacer...

Harry les preguntó algo sobre un té de camino a la cocina, y le había respondido de manera tan automática que un momento después se sorprendió al darse cuenta de que no tenía ni maldita idea de lo que le había contestado.

Al final Harry volvió con dos tazas humeantes y le ofreció una. Él le dio un sorbo lento, luego se movió para apoyar la taza sobre la mesita, y la cabeza de Hermione se deslizó de manera precaria hasta que se volvió a recostar de nuevo. No se había dado cuenta de que se había quedado dormida.

Sentía el cuerpo un poco como gelatina, la mente como si hubiera estado despierto durante días. No podía hacer ningún daño que cerrase los ojos, solo un rato.

—¿Has dormido bien, Harry?— le preguntó con voz ronca.

—No ha estado mal— le respondió evasivo, terminándose el té.

—Mm— y cerró los ojos.

Lo siguiente que supo fue que se estaba despertando lentamente, todavía sentía la cabeza de Hermione contra él, pesada al hundírsele de manera dolorosa en el hombro huesudo. Pero no la iba a mover.

Ya había amanecido del todo, una luz amarilla brillante inundaba la tienda por completo, más de lo que lo había hecho en semanas. Era un gran día para cualquier cosa que tuvieran que hacer fuera. Era fácil sentirse algo sofocado ahí dentro durante tanto tiempo, a pesar de las rondas de vigilancia nocturnas. Desde que había vuelto, se habían tenido que resguardar de viento, la lluvia y la nieve durante la mayor parte del día y de la noche.

Escuchaba a Harry en la entrada de la tienda, probablemente estaba pensativo bajo el sol. Se uniría a él, pero más tarde. Por el momento, quería que Hermione siguiera durmiendo.

Pensó en hacer algo productivo desde el sofá, así que convocó las notas que tenía sobre la mesa de la cocina, un libro de tapa dura y una pluma con tinta, y meditó sobre lo que debería anotar a continuación. Le había estado rondando la mente, y por mucho que no le gustase especialmente ponerlo por escrito, pensó que debería hacerlo. Podría ser importante. Había sido importante. Estaba siendo egoísta.

Escribió un título en la siguiente página en blanco en la que iba apuntando los recuerdos: horrocrux número 3 –el guardapelo de Slytherin.

Cerró los ojos un instante, intentando que los recuerdos le viniesen a la mente de manera distante. Se le arremolinaron en el estómago ecos de sus sentimientos: ira, miedo, resentimiento, celos. Odio hacia sí mismo.

Intentó describir la forma en la que lo había atrapado, la sospecha de que su estado debilitado, por haber sufrido una despartición, lo había hecho más vulnerable de lo que ya era. Intentó precisar el momento en el que ponerse el guardapelo cuando le tocaba se había convertido en una especie de retorcido masoquismo. Había escuchado dentro de su cabeza pensamientos depresivos, solitarios, y había sentido que una confirmación de esos pensamientos lo golpeaba de nuevo a cada momento, a cada palabra que decía Harry... que decía Hermione.

Pausa (Romione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora