XV

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XV. El Único.

Horem H.

¿Dónde carajos está ese insoportable gusano?

Miro a Hiel rascándose la cabeza ante la incógnita que tenemos. ¿A dónde rayos fue Lærke y por qué no le avisó a nadie?

—Si tú fuiste el último que la vio, ¿que diablos le hiciste para que se largara? —Heber le pregunta al susodicho y tal parece que no quiere responder esa pregunta. —Por Dios Hiel, contesta de una puta vez, Lærke se fue con un golpe en la cabeza y el clima no está muy a su favor.

—¡No le hice nada! ¿Que otro daño tendría que hacerle? —Contesta como si estuviera harto de las preguntas.

—Hiel... —Parece advertir Heber, a lo que el oji azul bufa.

—Nos besamos, eso fue todo. —Confiesa y trato de no apretar la mandíbula. —¿Contentos? —Es lo último que dice y luego se va.

—Voy a salir a buscarla, quizá la encuentro en el pueblo cercano. —Avisa Heber y lo veo irse por las llaves del otro carro, no tardo en escuchar la puerta principal cerrarse.

Solo quedamos en la sala mi mellizo y yo, veo a mi hermano y este se ríe. —Novatos. —Pronuncia antes de mostrarme su teléfono.

Huram tiene una aplicación donde parace rastrear los vehículos de la familia. Infeliz.

—¿Por qué no los mostraste antes? —Inquiero y Huram se encoge de hombros.

—Me gusta ver el mundo arder, solo un poco. —Niego mientras veo como copia la dirección antes de mandármela por mensaje. —Ve a buscarla. —Habla serio.

—¿Por qué diablos haría yo eso? A mi me vale mierda el paradero de ese gusano.

Huram me mira manteniendo su seriedad. —Ve, Horem, cuando la traigas a casa ya podrás pasar a ignorarla.

Sin decir más me doy la vuelta tomando las llaves del otro vehículo, en cuanto salgo de la casa la lluvia me envuelve, corro hasta abrir la puerta de la camioneta, me monto en esta y manejo siguiendo las direcciones que el mapa me indica.

Ese gusano solo sirve para darme dolores de cabeza.

Aprieto el volante al recordar lo que Hiel había dicho, ¿por qué carajos esos dos se habían besado? ¿No que mucho odio y rencor? ¿Quien la entiende?

Pero si tanto le gusta que le mientan, pues que se ahogue en sus mentiras.

La lluvia continúa cayendo con fuerza, los relámpagos alumbran de más la carretera y los truenos son la música que me acompaña en este horrendo recorrido.

¿Qué me costaba matarla? Oportunidades tuve muchas, pero eso me pasa por hacerle caso a los inútiles de mis hermanos, por culpa de ellos estoy en esta situación. Y Huram qué piensa, ¿acaso luzco como la niñera del gusano?

El mapa me indica que he llegado a mi destino, la cabaña de Josiah está frente a mi al igual que la otra camioneta estacionada que Lærke había tomado sin permiso.

Me bajo del vehículo después de apagarlo, corro a la puerta de la entrada y golpeo fuertemente. Noto que no se ve ninguna luz encendida, pero persisto, de aquí no me voy sin ella.

La puerta se abre y Josiah aparece con la linterna de su teléfono encendida.

—Horem. —Me mira serio. —Shalom.

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⏰ Última actualización: Apr 15 ⏰

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