Love, Money And Curses [ Lector × Mei Mei ]

Genocidio Asistido

Shibuya, Japón
10:30 PM

Las maldiciones que fueron liberadas tanto en las calles como en los subterráneos de la urbe crearon un caos sangriento que no pudo ser detenido ni contenido por los hechiceros. La desesperación de los civiles al estar en escenario salido del libro de apocalipsis, enfrentándose a una fuerza que era desconocida, todo aquello simplemente llenaba de regocijo a las criaturas que los despedazaban y devoraban, alimentándose de aquellas emociones negativas que sus víctimas sentían.

El filo de una espada dividió una maldición enorme que había engordado de tantos humanos que había devorado; de sus entrañas los restos de sus víctimas quedaron sobre el pavimento, en una escena repulsiva para cualquiera que la viera. No podía detenerse por lo que vió, Tn siguió caminando, pisando sobre los restos humanos que dejaba atrás.

(¿Qué estás haciendo, Alexander?)

Las calles se llenaban de gritos, apenas podiendo rescatar un par de personas y ponerlas a salvo, aún con eso, el pavimento era teñido de un rojo sangre que cubría varios puntos del lugar.

Gracias a sus sentidos reforzados por su energía maldita, pudo escuchar con claridad el disparo que se efectuó detrás de él; reaccionó a tiempo y giró sobre su propio eje desenfundando su espada. Un corte preciso dividió la bala maldita por la mitad, anulando el ataque.

Alexander: Buenos reflejos, amigo mío... - la voz del traidor se escuchó detrás de Tn, había aparecido tras de él en un parpadeo. - Estás muy lejos de casa.

Tn: Estamos, querrás decir... - levantó su pierna y dió una patada que fue bloqueada fácilmente. - Tú y yo estamos lejos de volver, todo por tu culpa.

Alexander: Tienes razón, si no me hubiera dejado raptar tiene tiempo que hubiéramos estado de regreso... - la mano que sostenía la pierna de su amigo hizo un movimiento, atrayendolo para impactarlo con un puñetazo en su mejilla que lo lanzó metros delante. - Pero las cosas pasan por algo, no? ¿Destino tal vez?

Tn: No culpes al destino de tus malas elecciones... — habló al momento de reincorporarse del golpe. — Tendrías que matarme si planeas seguir con ésto.

Alexander: Entonces date por muerto...

Perseguir a su amigo por las calles de Shibuya era un dolor de cabeza total, siempre supo que la condición física de Alexander era superior a la suya, pero no pensó que a ese nivel.

En un punto de la persecución su amigo se detuvo, creyó que era su oportunidad para atacar y detenderlo. Tomó su arma y realizó un corte descendente vertical; la sangre cubrió el filo de su arma y también manchó parte se su uniforme de hechicero... Había matado a un civil.

Al voltear la mirada se dió cuenta de que habia conducido a las maldiciones a un escondite que los civiles habían encontrado para ponerse a salvo. Las manos que sostenían la espada temblaban por el remordimiento, enserio su amigo había utilizado a una persona como escudo humano?

Alexander: ¿Por qué tiemblas, Tn? ¿No ibas a detenerme? — el chico se burló, aún teniendo el cadáver sostenido en una de sus manos. — Tal vez debas acostumbrarte a quitar de tu camino a los obstáculos que te alejen de tus objetivos.