Los Refuerzos De Tokyo

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La tarde del día siguiente Tn se encargó de llamar a su amigo para ayudarlo a conseguir apoyo; ante ésto, Alexandro había traído a tres de sus compañeros que asistían junto a él a la escuela, al final de cuentas si lo habían aceptado como alumno debido a su inexplicable adaptabilidad en cuanto a lo que a maldiciones se refería.

Itadori platicaba con Alexandro sobre algunos nuevos pósters de chicas que podrían comprar, mientras eso pasaba, Nobara negaba con la cabeza y dirigió su mirada al chico frente ella; Tn sintió que la joven lo observaba y también la miró.

Nobara: ¿Y cuánto nos van a pagar? - preguntó sin tapujos la castaña - Es una misión extracurricular, no tenemos tiempo ni autorización para exorsizar bajo tu mando.

Tn: Honestamente no tengo ni un solo yen, yo solo pedí la ayuda de Alexandro pero jamás mencioné que tendrían algún pago.

Nobara: Eso es explotación laboral, sabías? - la chica suspiró resignada y después jaló con fuerza la oreja de Alexandro. - ¡Y tú deja de hablar mierda con Itadori! ¡Me trajiste a algo peligroso y ni siquiera estás preocupado!.

Alexandro: ¡Auch Auch! ¡¿Por qué peligroso?! - cuando Nobara lo soltó miró a su amigo. - ¿De qué habla? Me dijiste que seguiríamos a un tipo llamado Yami, eso fue todo.

Nobara: ¿No le dijiste? - al ver que negaba, negó con la cabeza y suavizó su mirada. - Escúchame Alexandro, Yami es una especie de hechicero mercenario, casi como Mei Mei. Nuestros maestros nos han dicho que ha ocasionado problemas en el pasado, y nos advirtieron sobre él.

Alexandro: Ya veo... Aún así, yo te apoyo amigo.

Tn: Gracias, pero todo esto no es por mí...

Unos pasos se escucharon a unos metros, la reacción de los tres hechiceros que estaban sentados dándole la espalda a aquel individuo que se aproximaba fueron naturales. Por inercia Alexandro apuntó su arma; Nobara e Itadori corrieron para atacar al chico que estaba ahí.

Deux soltó el café que había comprado y detuvo la patada de Itadori mientras esquivaba el martillazo de la Nobara. La detonación de un arma se escuchó metros a su izquierda, la bala maldita lo impactó y salió disparado hacia atrás alcanzandose a reincorporar en el aire y cayendo con seguridad en el suelo.

Itadori: Identifícate, desgraciado. - sus manos no temblaban tanto desde su encuentro con Hanami, incluso ahora estaba más nervioso. - ¿Por qué te estabas acercando tanto?

Deux: Mierda Tn, así saludan tus amigos? - con su mano, el chico estaba presionando la hemorragia que había provocado la bala de Alexandro en su brazo. - Pero si quieren jugar, entonces hagámoslo...

Mei: Ya basta, los cuatro. - la mujer apareció en escena mientras traía un té en la mano. - Están arruinando mi postre, además, hicieron un alboroto. - era cierto, todos los clientes de la cafetería estaban cubiertos detrás de un pilar y el encargado llamando a la policía. - Hay que irnos.

Los cinco se retiraron de ahí en el auto de Mei. Mientras ella conducía, aún se podía sentir una cierta tensión entre los cuatro chicos que habían tenido un malentendido minutos atrásn.

El vehículo salió de la ciudad y se encaminó a una provincia cercana, en aquel lugar Mei tenía una propiedad lejos que podían utilizar para hablar y ponerse de acuerdo sin que nadie interrumpiera. Llegaron a una casa de dos pisos, era de un estilo tradicional con un gran patio trasero, de un tamaño suficiente para que el carro entrara y se estacionara.

Love, Money And Curses [ Lector × Mei Mei ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora