ᴅɪᴇᴛᴀ

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Zoro no era iluso, sabía que desde su noviazgo, Sanji era de esos tipos que contenía su apetito al margen, a pesar de ser cocinero parecía no sucumbir ante las tentaciones, después de casarse fue donde comenzó a notar el aumento en el apetito de su esposo, y a él le gustaba tentarlo con toda clase de comidas, sí, en cierta parte era responsable de haber apoyado su aumento de peso, pero mierda, si era honesto amaba como la grasa se amoldaba en las ya antes definidas curvas de Sanji, ver cómo estás temblaban ante cualquier movimiento del rubio, y como su ropa se veía tan ajustada, de tan solo pensarlo agradecía que este dejará atrás su aspecto lúgubre y pasara a uno más "suave", es por eso que cuando se enteró que empezaría una nueva dieta se sentía retado, no es que no apoyara las decisiones de su marido al fin y al cabo era su cuerpo, pero como le encantaba molestarlo, amaba verlo contener su gusto por rellenarse la cara, simplemente era tan excitante para él, así que su plan era sabotear su dieta tanto como fuera necesario; así es como su día dio inicio, frente a él se encontraba un plato con carne, pasta y algunas verduras, mientras que Sanji poseía un plato más pequeño con ciertas verduras salteadas, una sonrisa maliciosa se formó en su rostro, su plan estaba por comenzar:

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- Oh!, pero que rico se ve esto amor - probando un trozo de carne sonrió mientras observaba al contrario - ¿No me digas que solo vas a comer eso? - maliciosamente señaló el plato del contrario -
- B-bueno yo, creo que me eh estado sobrepasando un poco con la comida - no le gustaba hablar sobre su peso con su marido, pensaba que este se reiría de él, y eso hacía que pensamientos negativos se formaran en su cabeza -
- Vamos! Es solo un poco de carne y pasta, no va a pasar nada por comer un poco de esto - con su tenedor le ofreció al contrario parte de su comida -

Con sus ojos brillando y su boca salivando, mentiría si dijera que no se le había antojado la comida de su esposo, y no su plato de verduras, así que sin pensarlo gustoso acepto la comida que el otro le ofrecía, si lo pensaba bien, en parte tenía razón, un poco más de comida no le haría daño de todas maneras era comida balanceada y saludable, pero cuando su mente volvió al presente se había dado cuenta que ya llevaba la mitad de la olla de pasta y se había acabado la carne desde hace rato, un fuerte sonrojo se mostró en su rostro, bajo la vista hacia su vientre y joder, estaba hinchado, ¿Zoro ya lo habrá notado?, exaltado volteo a ver donde estaba su marido y lo vio con una grata sonrisa:

- Parece que alguien disfrutó de su comida - mencionó al notar el vientre abultado del contrario -
Apenado trató de cubrirse con su camiseta, pero esta ya no era de su talla, y solo hacía notar más su barriga
- Espero que tengas espacio para el postre, que aún sobró un poco del pastel que ayer preparaste - apresurándose a la mesa colocó la mitad de un pastel de triple chocolate que ayer Sanji había horneado -
- Creo que esta vez pasó cariño, me siento algo lleno - sonrió nerviosamente, se le hacia agua la boca con tan solo mirar el delicioso postre frente a él, pero había prometido seguir su dieta al pie de la letra y esto sería sabotaje -
- Vamos un trozo no te hará daño cejas rizadas, no seas tan modesto -
- Que no entiendes que estoy a dieta cabeza de musgo! -
- Pero no se supone que en esta casa no se debe desperdiciar nada de comida? - una sonrisa maliciosa se formó en su rostro, su plan había funcionado -

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Refunfuñando, Sanji tomó un tenedor, no tenía nada que decir al respecto, era cierto, su ética no le permitía desperdiciar comida, así que ha pasó lento comenzó a degustar del pastel el solo, ni siquiera se limitó a preguntarle a su esposo si este quería, simplemente se sumergió en acabarse lo que restaba del postre, y no podía estar más agradecido con ese idiota, sentía que estaba en el cielo, podía sentir cada rastro de chocolate chocar con sus papilas gustativas, tan esponjoso, suave, cremoso, no tenía palabras para describirlo, era un increíble cocinero, realmente estaba disfrutando de un manjar cuando el choque de su tenedor con el plato vacío lo trajo de vuelta, maldita sea, era una trampa, había caído en la estupida trampa del cabeza de musgo,  lo dedujo, le había saboteado su dieta y estaba más que furioso, al tratar de levantarse un gemido bajo provino de sus labios, posó su vista a su vientre y el calor no tardó en subir a su entre pierna, su barriga era del tamaño de una pelota de playa:

- ¿Disfrutaste de tu postre cocinero? - con sonrisa de oreja a oreja se agachó a la altura de la barriga del contrario -
- Maldita sea, que crees qué haces cabeza de musgo!!, todo esto es tu culpa! - no podía más con la vergüenza, se había dejado llevar otra vez más por su glotonería y no tenía como ocultarlo -
- ¿Mi culpa?, pero si tú fuiste quien se lo comió todo - con lentitud subió la playera del contrario para encontrarse con su barriga hinchada de tanta indulgencia, el ver cómo está se tornaba de un color más rojo, resultado de tener que procesar todo lo digerido, observó como su pantalón se clavaba en su piel, joder, se empezó a sentir caliente -
- Deja de verme de esa manera! - No sabía que hacer, la vergüenza y el dolor de estómago no le permitían pensar, pero sintió como unas manos cálidas se posaban a cada lado de su barriga y comenzaba a masajearlo -
- Déjame ayudarte, te ves algo incómodo - como pudo empezó a sobar la barriga de su esposo para ayudarlo a disminuir el dolor,  tratando de no lastimarlo posó su cabeza en la hinchazón, esta mierda es demasiado suave y caliente, pensó, ambos se encontraban en un punto de excitación por la situación, aunque ninguno de los dos había querido admitirlo en voz alta, disfrutaban de esta sensación , Zoro amaba contemplar la indulgencia de su marido, y Sanji no podía estar más que felíz al poder sacar a la luz sus deseos más oscuros.

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🌈• Eso fue todo por hoy!, espero que les haya gustado, si ven algún error no duden en decirme, agradezco mucho su apoyo! • ✨

𝐈𝐧𝐝𝐮𝐥𝐠𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora