𝐈𝐧𝐝𝐮𝐥𝐠𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚

ᴘɪᴊᴀᴍᴀᴅᴀ

La noche había caído, las luces de las calles comenzaban a iluminar cada pequeño rincón de la ciudad; dentro de la casa de Franky, todos se habían reunido en su habitación para poder dar inicio a su pijamada.

Trayendo consigo todo lo que iban a necesitar, hicieron de la habitación un fuerte de almohadas y cobijas tan espacioso para que todos pudieran caber; los chicos habían colocado la consola para poder jugar un par de videojuegos, mientras que las chicas habían traído consigo sus estuches de maquillaje, pues querían someter a sus amigos a que se dejasen maquillar y peinar.

Aunque ninguno de sus amigos quería ser objeto de prueba de Nami y Robin; Sanji terminó aceptado porque eran sus preciadas damas quienes se lo estaban pidiendo, y él jamás se negaría a cualquier petición viniendo de ellas; por lo que se acomodó junto con ellas para que pudieran hacer de él lo que quisieran.

- Tranquilo Sanji, tú solo relájate - le indicó Nami mientras sujetaba un par de brochas.

- Vas a quedar muy bonito - con una leve sonrisa, Robin procedió a desenredarle el cabello con un cepillo, pensado en hacerle un par de coletas al rubio.

- Confío en ustedes, mis bellas damas!

- Idiota - refunfuñó un Zoro celoso, pues claro que le causaba cierto enojo ver cómo su cocinero tenía toda su atención puesta en las chicas y no sobre él.

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Uniéndose a la partida de Luffy y Usopp, se quedó sentado a un lado viendo cómo este par jugaba en la consola; abriendo una lata de cerveza le dio un fuerte trago a la bebida; cómo desearía tener algo de privacidad con su esposo en estos momentos, pues su mente aún vagaba por los recuerdos de haberlo visto en traje de baño, con su provocativo cuerpo, tan grande y tan jugoso a su vista; hacia que el calor se instalase en su zona íntima.

Perdido en su pequeña burbuja de enamoramiento; salió de su trance al ver como Franky se sentaba a su lado ofreciéndole otra lata de cerveza.

- Gracias - tomando la lata entre sus manos.

- No hay de que - bebiendo de su lata, quedaron en silencio un par de minutos, disfrutando de la compañía de los demás, quienes parecían estar más entretenidos en sus propias actividades - Oye Zoro, ... ¿podemos hablar?

- El mencionado fijó su vista en el cyborg para prestarle atención - claro.. ¿de qué quieres hablar?

- Aquí no.. vayamos afuera

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Cerrando la puerta detrás suya, Franky lo llevó al exterior de su balcón para lograr tener mayor privacidad, pues sentía que el tema que iba a tocar era algo delicado de mencionar.

- ¿Y bien?.. ¿qué querías decirme? - intrigado por el suspenso que se cargaba su amigo, le dio otro sorbo a su cerveza.

- Primero quiero decir que, sé, que este tema no me incumbe y no quiero que me lo malinterpretes, solo son suposiciones mías.

- ¿Eh?.. - intrigado por las palabras del mayor - Vamos Franky, sin rodeos.

- Suspirando, situó su vista en el peli verde - acaso tú .... ¿te has encargado de engordar a Sanji?, ¿no es así?