ʙᴜffᴇᴛ

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Después de aquella noche ya nada volvió a ser igual dentro de su relación, cada momento que pasaban juntos era para consentir aquel fetiche que se había formado en ambos, no había momento que desaprovecharán para satisfacer la indulgencia de Sanji, y Zoro estaba más que feliz de consentir los caprichos de su esposo, se había vuelto rutinario; es por esa razón que ahora se encontraban frente a un buffet, a pesar de que a Sanji le fascinaba cocinar y más porque de esta manera él podía cerciorarse de que consumieran los nutrientes necesarios, últimamente le había encontrado el gusto a la comida rápida, y que mejor que ir a un buffet para poder saborear todos esos manjares a un mismo precio, de tan solo pensarlo su boca salivaba.

Al entrar al establecimiento, escogieron una mesa apartada de los demás, no quería ser visto como un bicho raro al momento de comer, ya que sabía perfectamente que no podría contenerse ante las delicias que ya podía olfatear, así que sin pensarlo dos veces se paró de su lugar y se dirigió a la barra donde tenían una gran variedad de comida rápida, sus ojos soltaban brillos, con gran rapidez comenzó a dejar un sin fin de cosas dentro de su plato, de todas maneras ya hace mucho que dejó de medir el tamaño de sus porciones.

Al volver a su mesa notó que Zoro aún no había llegado, no se preocupó ante ello ya que de seguro se había perdido por todo el lugar, su estómago empezó a gruñir y esperar a su esposo no estaba en sus planes, así que se dispuso a comenzar por aquellas rebanadas de pizza de pepperoni, al primer mordisco sentía que estaba en el mismísimo cielo, la comida grasosa se había vuelto tan irresistible para él, que con gran entusiasmo comenzó a devorar todo lo que se hallaba en su plato.

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Una rebana tras otra fueron a parar a su estómago pero aún estaba lejos de sentirse lleno, así que agarro una hamburguesa y al morderla no pudo evitar soltar un gemido bajo, y grandes mordidas fueron dirigidas a su hamburguesa, que fue bajada con un vaso grande de refresco; leves eructos salían de su boca, con ayuda de un tenedor agarraba grandes cantidades de pasta, mientras que con la otra mano sostenía una pieza de pollo frito, la sensación era tan sublime que nublaba sus sentidos, se sentía como un cerdo al estar comiendo de esa manera pero era un comentario que lejos de desagradarle, le empezaba a excitar, incluso no le importó mancharse la boca con restos de salsa y sobras.

Se detuvo por un momento cuando sintió que su pantalón se clavaba en su piel y no lo dejaba respirar adecuadamente, pero eso no iba a detenerlo de seguir rellenandose la cara, así que hizo caso omiso y agarro varias papas fritas y se las metió de un jalón a la boca, mientras que con la otra mano tomaba otra de las hamburguesas que había traído y le daba un gran mordisco, agradecía a Dios por haber escogido esta mesa y no tener que pasar por las miradas curiosas y desagradables de la gente; su mirada se alzó cuando el ruido de platos siendo dejados frente suya se hizo presente, divisando una cabellera verde;

- Vaya que este lugar es enorme, no podía encontrar el baño - relajado comentó - mira que empezar a comer sin mi es algo grosero de tu parte cocinero -

Un fuerte sonrojo subió por la cara del rubio, cierto, estaba tan concentrado en su comida que por un instante se había olvidado que Zoro se había ido, pero no estaba tan avergonzado por eso, sino más bien por el estado de atascamiento en el que se encontraba, con restos de salsa y comida en su rostro y algunas cuantas en su camiseta, sin contar los diversos platos que ya hacían vacíos en la mesa que solo delataban su glotonería, era algo que seguía avergonzándolo.

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- Y vaya que si has estado comiendo - sonrío al señalar la barriga hinchada del contrario, esos pantalones no tardarían en romperse, pensó -

𝐈𝐧𝐝𝐮𝐥𝐠𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora