Capítulo 34

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Por la mañana, Tsuki despertó escuchando como llamaban a la puerta, al abrir los ojos vió a Mikey en la cama junto a ella, comenzando a moverlo un poco mientras se acercaba a besar su mejilla en repetidas ocasiones.

-Manjiro, creo que es hora de levantarte..

-No quiero..- respondió el albino mientras se acurrucaba en la cama.

-Bien, iré yo- la castaña le dió un beso en la frente antes de levantarse, pero Mikey la detuvo antes.

-Ponte algo de ropa del closet antes de abrir..

-Esta bien.

Tsuki reviso entre la ropa, no había demasiado realmente, así que una camisa que la cubriera solo del torso bastaba por ahora, después de eso se acercó a la puerta cuando tocaron nuevamente, encontrándose con Kakucho al abrirla.

-Tsuki, ¿Mikey aún no se despierta?

-Bueno.. despierto es una cosa, levantado es otra- respondió la chica abriendo más la puerta para que lo viera aún recostado.

-Ayudame que se levanté ¿si? Después vengan a la planta baja, tus cosas llegaron anoche y necesito que veas que trajeron todo.

-Bien, dame 20 minutos- mencionó con una sonrisa antes de cerrar la puerta de nuevo cuando él da media vuelta para irse.

Tsuki se giró para caminar hacia Mikey de nuevo, notando que al menos ya se había sentado en la cama, acercándose a él un poco más para besar su mejilla.

-Ya escuchaste ¿cierto?

-Solo voy a levantarme porque se que esta noche estaremos en las aguas termales, de lo contrario no me hubiera siquiera movido.

-Bien, entonces vamos a que te des un baño, creo que tenías juntas hoy ¿verdad?

-Es un fastidio..

-Lo es, pero es necesario para el cambio de casa también, anda, vamos.

La castaña tomó la mano de Mikey para hacer que saliera de la cama, llevándolo poco después al baño amplio y lujoso que había visto antes, allí, prácticamente lo trató como a un niño, desde ayudarlo a quitarse la ropa, lavarle el cabello, frotar su espalda y consentirlo un poco en la tina, hasta ayudarlo a secarse y salir al cuarto de nuevo, ambos cubiertos por una toalla solamente.

Lo dejó en su habitación para que se vistiera mientras ella hacia lo mismo, yendo a ponerse el primer conjunto que encontró, unos jeans azules ajustados y una camiseta holgada, algo sencillo ya que no pensaba salir.

Cuando terminó de arreglar su cabello, volvió a ir con Mikey, al abrir la puerta, lo vio ya vestido, con sus zapatos y su saco, sin embargo tenía el cabello despeinado y la corbata sin anudar.

-¿Llegue antes?

-Para nada, de hecho llegaste a tiempo.

-Pero aún no estás peinado, y la corbata..

-Nunca me he peinado por mi cuenta, y no se atar corbatas..

La chica suspiró con una sonrisa en sus labios, lo hizo sentarse antes de buscar un cepillo, acomodó su cabello con cuidado, al finalizar, lo hizo ponerse de pie de nuevo, comenzando a anudar la corbata.

-¿Donde aprendiste a hacer esto? ¿En la tienda?

-No realmente, tuve dos parejas antes, uno de ellos me enseñó a atarlas, y el otro me pedía que lo hiciera por él mientras terminaba de arreglarse.

Por turnos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora