-Va a ser malo, ¿no? -Preguntó Lena.
-Oh, yo creo que es muy bueno- Julia brilló -Te reto a terminar aquel baile que me dabas antes
-Oh, Dios, ¿en serio?
-Lo justo es justo. Scott pagó por él, después de todo
-¿No crees que has conseguido de mí ya el valor de su dinero?- Julia movió la cabeza.
-Nop, puedo decir que vi tus pechos perfectos, pero te pusiste los pantalones vaqueros de nuevo antes de que tuviera tiempo para disfrutar el resto de ti. ¿Cómo podemos decir que mi regalo de cumpleaños está completo? -Hizo un gesto hacia el iPod de Lena, que descansaba en el otro lado de la cabina del ascensor -Tienes la música. Pedazo de pastel- La cara de Lena se volvió de un interesante tono rojo.
-No será fácil hacer un baile erótico mientras se está sentada en el suelo- Inclinada sobre su mochila, sacó el bote de crema batida con una sonrisa desafiante -Voy a utilizar esto, también- Julia se lamió los labios, sintiéndose mareada en el pensamiento.
-¿Qué tal eso para más tarde?- Prefiero besarte primero.
-Está bien- Lena parecía calentarse por la idea. Dejó a un lado el bote, se levantó y dejó sus zapatos en la esquina -¿Así que lo que deseas es sentarte ahí?- Julia asintió alegremente.
-Y mirar
-Y mirar- Murmuró Lena -De acuerdo- Tomó a su iPod e hizo un ajuste rápido al volumen de la música. Inmediatamente comenzó a balancear sus caderas con el ritmo, y apoyó el iPod contra la pared, enganchó la camisa hasta poco por debajo de sus pechos, y se lanzó a una danza seductora. Al igual que ella, era toda confianza. El borde de su pálida camiseta amarilla se mantuvo agarrado en la mano, y ella lo levantó y bajó mientras bailaba, a veces revelando el bajo de los pechos firmes, pero nunca los pezones rosados oscuros que Julia ardía en deseos de ver de nuevo. Ahora que ella se había dado permiso para disfrutarla, la danza de Lena fue una de las cosas más sexys que había visto en su vida. Sus manos sudaban.
-¿Siempre jugueteas mucho con esto?
-Siempre- Contestó Lena, con su miel y suave voz. Levantó una ceja provocativa en Julia, luego alivió su camiseta sobre su cabeza. Después de sacudirla en el suelo, dirigió una mano por su pelo rojizo, ajado y sonrió abiertamente. Esta vez, Julia dejó a su mirada fija deslizarse sobre la carne de Lena con mucho más que un interés ocasional. Ella miró fija y abiertamente al par más perfecto de pechos femeninos desnudos que había visto alguna vez en la vida real. Cumpleaños feliz a mí. Sonrió abiertamente -¿Te gusta?- Lena cubrió ambos pechos de sus manos, ahuecando su carne y dándole un apretón seductor. Julia manejó una cabezada monótona, sus ojos se fijaron en las manos de Lena -¿Quieres ver más?- Frotó sus pechos desnudos juntos, durante un momento antes de deslizar sus manos abajo sobre su estómago al botón en el frente de sus jeans.
-Por favor- Dijo con voz áspera. Gracias, Scott. Hijo de puta desviado, secreto y maravilloso. Con una sonrisa lenta, Lena se desabrochó los pantalones y abrió la cremallera con una mano, y luego trajo a ambas para agarrar la cintura y comenzar otro juego lento. Un poco arriba, abajo otra vez, luego una vez más. Julia se sintió mareada en la promesa seductora en su mirada.
-Respira, cariño- Murmuró Lena sobre la música. Julia lanzó un aliento explosivo, y podía dibujar apenas el siguiente. Su lengua parecía estar pegada al cielo de su boca cuando Lena giró ofreciendo una buena vista de su culo vestido de Jean. Riéndose tontamente, bajó la cintura de sus pantalones vaqueros, pero esta vez siguió adelante, empujando el vaquero sobre sus caderas y los muslos bien formados. Dejó caer sus pantalones cuando llegaron a sus rodillas. Doblada por la cintura, se presentó a Julia con el trasero femenino más perfecto casi desnudo que había visto jamás en la vida real. No eran las bragas que ella recordaba de su mirada encubierta por la espalda en la oficina. Ella llevaba una tanga. Julia se preguntó si de alguna manera se había dormido en la noche, y en el sueño, quedó atrapada en la película porno más erótica que podía imaginar. Cosas como esta simplemente no suceden a Julia Volkova, que se levanta a la misma hora cada mañana para apresurarse a trabajar, luego se queda hasta que las luces estuvieran en todas partes en el edificio de Soluciones de Boynton Software. Lena se balanceó atrás alrededor, soltando un repique dulce de la risa -Nena, tu cara
-Nena, tu culo- Gimió Julia -Estoy sin palabras- Lena se acercó más a fin de que Julia quedara mirando fijamente la tela de encaje negro que cubre el área entre las piernas. Una mano enredada en el pelo de Julia, dibujando el rostro de cerca. Esta cerró los ojos y aspiró, disfrutando del aroma de la excitación de Lena. Ella no podía creer en su propia audacia. Sus labios temblaban con el deseo de inclinarse hacia adelante y besar a ese espacio cálido y fragante. Lena lanzó la cabeza de Julia y bajó hasta el suelo para poder sentarse a horcajadas sobre los muslos. Con el regazo lleno de la stripper, en su mayoría desnuda, Julia se sentía como si estuviera flotando fuera de su cuerpo, mirando hacia abajo la escena desde arriba. Estiró las piernas y se llevó las manos a descansar contra la parte baja de la espalda de Lena, sosteniéndola mientras seguía a retorcerse a la música. Su piel era suave y cálida, cada centímetro de su carne, pedía a gritos ser tocado. Meciéndose con la música, calmó así su coño presionado contra el muslo de Julia, luego se inclinó hacia adelante y sopló las palabras calientes al oído.
-Estoy dispuesta a saltarme las reglas para ti, Julia. Se te permite tocar todo lo que quieras- Julia se quedó mirando los pechos de Lena, rebotando suavemente a meras pulgadas de su rostro. Iba a pasar hacia fuera esta vez. El corazón le latía con tanta fuerza que temía que rivalizara con el volumen de la música de club. Sintió su mano temblorosa sobre la piel desnuda de Lena, las palmas de las manos resbaladizas por el sudor nervioso. Su respiración se desintegró en nada más que una desesperada falta de aire, la retracción de bocanadas desesperadas de oxígeno. Lena serpenteaba la mano por el cabello de Julia de nuevo, guiando a la cara a la suavidad posible del espacio entre sus pechos desnudos -Disfruta de esto, mi amor- No se puede rechazar, Julia mantuvo su cara contra el amplio escote de Lena y dejó caer su mano para descansar en sus nalgas. Cuando Lena gemía, ella apretó instintivamente, apretando las nalgas firmes con los dedos. Con un grito suave, Lena se hundió contra ella, amortiguando la mejilla de Julia contra la cuesta de su pecho. Julia no podía creer que se trataba de su vida, que sus labios se separaban sólo unos centímetros de un pezón erecto y sus manos estaban llenas de una desnuda Lena. Ella parpadeó, mirando fijamente la maravilla de la piel rosada de Lena y escuchando el latido del corazón que golpeaba bajo su oído. En un instante, sus sentimientos pasaron de la pasión a la adoración, y soltó las nalgas de Lena para deslizar sus palmas hacia arriba por la longitud de la espalda.
-Esto es tan agradable- Julia extendió sus dedos y la sostuvo más cerca. Lena devolvió el abrazo tierno, repitiendo:
-Sí. Así es, muy agradable, ¿Julia?
-¿Sí?
-Te reto a que me dejes darte un beso- El latido del corazón de Julia tartamudeó y lanzó un involuntario gemido -¿Es eso un sí?- Le preguntó en un susurro sin aliento.
-Sí- Aflojó los brazos y miró a Lena con una sonrisa nerviosa –Hazlo- Lena le devolvió la sonrisa.
-He estado queriendo hacer esto siempre- Supongo que se siente como que hemos estado en este ascensor siempre, reflexionó Julia. Gimió ya que Lena cerró la distancia entre ellas, ahuecando su cara y presionando su boca a Julia en un suave beso. Lena se apartó demasiado pronto, preguntando: -¿Bueno?- Julia se obligó a comenzar a respirar otra vez.
-Tus labios son tan suaves
-Así son los tuyos. ¿Quieres hacerlo de nuevo?- Julia asintió con la cabeza.
-Apaga esa música espantosa en primer lugar- Riendo, Lena dio vuelta y alcanzó torpemente su iPod, que a mitad casi cae en el suelo para alcanzarlo. Julia se movió con ella cuando se estiró con un golpe desesperado, cortó la música baja y pesada y se quedaron con los sonidos de su respiración pesada y mezclada de excitación.
-¿Dónde estábamos?- Preguntó, gateando de nuevo en el regazo de Julia.
-Aquí- Julia llegó a enhebrar los dedos por el pelo rojizo de Lena. Sus bocas se unieron más duro esta vez, e inmediatamente Lena abrió los labios para profundizar el beso. Instintivamente, Julia hizo lo mismo. Lo que siguió fue más torpe, la mayoría de los dientes chocando en un beso que Julia había tenido la desgracia para ayudar a crear. A medida que sus bocas se batieron en un húmedo duelo en falta de armonía, incómodo, Julia sabía que era ella, con su falta de experiencia, la responsable del desorden absoluto de su incorporación -Lo siento- Farfulló ella, alejándose. Sus mejillas ardían de vergüenza -Eso fue horrible. Lo siento
-Cariño, no te pido el reto, lo siento por eso- La cara de Lena brilló con el afecto comprensivo -A pesar de lo que escriben en las historias, los primeros besos a menudo son menos que perfectos
-Estás siendo generosa- Julia dejó caer su mirada fija al pecho de Lena. Y sus pechos desnudos.
-Yo diría que fue casi perfecto, como puede llegar a ser un primer beso, para eso está la práctica, Julia. Me apunto para ello, si eres tú- Tomó una bocanada de aire sorprendida, Julia no pudo evitar esbozar una sonrisa.
-¿Práctica?
-¿Crees que comencé como una gran besadora?- Le preguntó -Tuve que ser enseñada. Tuve que practicar durante años. Esta materia requiere trabajo, mujer
-¿Te ofreces voluntaria para practicar conmigo?
-Insisto en ello- Su siguiente beso era más lento, Lena se acercó con labios suaves y aliento caliente, presionando sus bocas juntas con ternura infinita... Julia no se movió, congelada con el miedo que ella girara este momento perfecto a ácido. Sintió que Lena sonreía contra sus labios –Suficiente de verdad o reto- Rozó sus labios contra Julia, enviando un temblor excitado que pasó rozando en todas partes de su cuerpo paralizado -Vamos a jugar un nuevo juego
-¿A qué juego?- Susurró. Sentía la punta de la lengua de Lena en su labio superior, retirada luego para poder susurrar.
-Lecciones de besos- Julia se estremeció contra el cuerpo flexible de Lena.
-Suena divertido
-Oh, yo creo que lo será. ¿Quieres ser la primera? -Asintiendo con la cabeza, Julia logró una exhalación temblorosa.
-Sí
-Voy a utilizar mi lengua- Susurró Lena -Sólo déjate hacer durante unos minutos, ¿de acuerdo? -Ella va a hacer todo el trabajo, tradujo Julia. Sintió su cuerpo entero relajarse. Gracias a Dios. Ella inclinó la cabeza en el acuerdo.
-¿Crees que podrías...?
-¿Qué, cariño?- Lena pasó la lengua por los labios de Julia de nuevo.
-¿Ponerte tu camiseta de nuevo?- Solicitó sin aliento -Creo que me ayudaría con los nervios- La risa de Lena hizo que sus pechos desnudos saltaran suavemente en el ritmo.
-Está bien. Está bien- Se estiró a lo largo para tirar de la camiseta. Julia sintió tristeza mezclada con alivio, cuando la tela de color amarillo pálido una vez más cubría esos pechos excepcionales.
-No es que yo no los quiero, en absoluto, entiendes- Murmuró.
-Entiendo- Lena sonrió -¿Debo ponerme mis jeans, también?
-No. Creo que las lecciones de besos serán mejor con ellos fuera- Lena acercó su rostro al de Julia de nuevo, mordiendo su labio inferior con los dientes suaves.
-Vas a trabajar a la perfección para la lección tres: el uso de tu cuerpo al máximo- Rodó la lengua por la boca de Julia -¿Me dejas entrar, cariño?- Separando los labios a la rendición sin palabras, Julia aceptó la invasión suave de la lengua de Lena, con un agradecido gemido. Dejó a Lena explorar su boca con movimientos lánguidos, resistiendo a la necesidad urgente de devolver su beso con toda la pasión que sentía. En cambio, se concentró en su sabor, en el sentimiento de ella misma compartiendo tan íntimamente, en la suave presión de los labios y la humedad de su lengua sedosa. Lena se retiró con un gemido de satisfacción -Oh, muestras una gran promesa- Dijo con voz ronca de deseo -Estamos listas para la lección dos, creo
-¿Lección dos?
-La lengua- Dijo Lena –Es hora de que la utilices- Julia se puso un poco rígida. Tiempo para un poco más de su rutina de bufonadas. Lena envolvió sus brazos alrededor del cuerpo de Julia y la sostuvo apretada -No tengas prisa- Murmuró -Sólo explora. Juega conmigo. Provócame y hazme quererte tanto que vaya a explotar si no te tengo- No hay problema. Julia soltó un gemido bajo, necesitado y presionó su lengua en el calor mojado de la boca de Lena, quien soltó su propio ruido de pura necesidad, tomando la espalda de Julia con las manos arañando y agarrando en su camino los omóplatos con uñas romas. Julia hizo lo que era algo natural. Trazó la punta de la lengua por los dientes, lengua y las encías, tratando de memorizar cada centímetro de la boca de Lena. No se daba prisa, no empujó, simplemente reaccionó tratando de expresar todo lo que sentía, y lo mucho que deseaba a Lena, sin decir una palabra. Ahora bien consciente de lo que sentía, era un gran beso, trató de imitar la técnica de Lena, la celebración de su juego constante a medida que comenzaban una exploración lenta, con sus lenguas. Avance y retroceso. Ese fue el nuevo juego, turnándolas, lamiendo la boca de la otra, yendo y viniendo con facilidad inconsciente. Julia concentrada totalmente en su intrincada danza, ningún otro pensamiento en su cabeza, solo el dar y recibir entre ellas. Atrás quedó el análisis autocrítico que normalmente solía ocupar su mente en un momento como este, y la duda. En su lugar fue puro instinto, la conducción de sus acciones. Cuando se separaron, ambas estaban sin aliento.
-Creo que estamos ganando este juego- Lena sonrió -Y ni siquiera hemos tenido la tercera lección- Julia le dio una sonrisa tímida.
-Recuerdo haber oído algo acerca del uso de todo nuestro cuerpo al máximo- Lena la apretó en el suelo, presionando su espalda a la manta de lana gris. Ella manipuló a Julia hasta que estuvo en diagonal a la cabina, y luego colocó su cuerpo encima, pasando un muslo firme entre sus piernas.
-Los mejores besos son mucho más que sólo tu boca- Murmuró Lena -Quiero sentir tus manos en mí, cariño. Y voy a tocarte, también. Por todas partes
-Lo que sea, mientras pueda seguir besándote- Julia levantó sus manos al culo de Lena. Trazó su lengua sobre la sonrisa de Lena y luego se rompió en su propia sonrisa. Lena pasó una mano detrás del cuello de Julia, doblándose sobre ella, entonces sus labios siguieron en contacto, y le colocó la otra mano en la parte superior del pecho de Julia.
-No puedo creer lo que estoy haciendo contigo. Te he estado deseando desde el momento en que entré en tu oficina y vi el pelo negro y el traje de ejecutiva
-¿Te va ese tipo de cosas?- Lena se estremeció con sus párpados entrecerrados.
-No tienes ni idea- Dijo -Resulta que eres casi exactamente mi tipo- Inclinó la cabeza hacia abajo, empujando su lengua en la boca de Julia con un gemido de placer. Julia se dejó besar a fondo por un minuto o así antes de romper con una sonrisa suave.
-Te sugiero que te reserves el juicio hasta después de verme desnuda- Se sonrojó al momento en que las palabras salieron de su boca. ¡Qué cosa más estúpida dices!
-No seas tonta- Dijo Lena -Estoy deseando que llegue ese momento, y sé que no seré decepcionada. Tienes curvas en los lugares correctos- Julia asintió con la cabeza y se mordió el labio para contener sus emociones.
-Bésame un poco más- Susurró. Lena cerró la distancia escasa entre ellas obedeciendo feliz. Cuando sus manos se deslizaron hacia abajo sobre el pecho de Julia, esta llegó casi sin pegarlas. Su cuerpo se sacudió en estado de shock en la caricia apasionada y ella separó su boca de Lena, gritando de placer.
-Oh, cariño- Retumbó Lena -Vas a ser así, tan sensible, ¿verdad?
-Es tan desconcertante- Confesó Julia. Tiró a Lena con fuerza contra su muslo, saboreando el calor intenso entre sus piernas. Lena gimió e hizo girar sus caderas, moliendo su cuerpo inferior en Julia -Tengo que verificar algo
-¿Comprobar qué?- Julia deslizó un dedo por debajo de la cadena de negro que corría entre las nalgas firmes de Lena. Dejó recorrer la punta de los dedos por la parte superior del culo de la chica, avanzando poco a poco, bajando para explorar entre sus nalgas. Para su placer extremo, se encontró con la humedad resbaladiza más lejos de la fuente de lo que esperaba -Oh, yo- Lena se retorcía a distancia, con las mejillas de color rosado por la excitación. Desabrochó la blanca camisa de seda de Julia con las manos temblorosas -Quiero ver tus pechos. ¿Está bien? -A pesar de la vacilación que se sentía por haber sido expuesta, Julia se obligó a relajarse. Relájate, ella ha estado en topless la mitad de la noche, y ahora es tu turno.
-Está bien- Estuvo de acuerdo en un susurro. Lena hurgó con los últimos botones y empujó la blusa abierta, aliviándola sobre los hombros de Julia. Sonrió abiertamente por el sujetador blanco que encontró -La mirada inocente- Remontó su yema del dedo a lo largo del borde del seno izquierdo -Me gusta eso
-Una de nosotras tiene que parecer inocente- Lena encontró el cierre del sujetador de Julia entre sus pechos.
-Broche delantero- Lo desenganchó con una mano hábil.
-Muy agradable
-Un golpe de suerte muda- Julia tragó cuando Lena empujó su sujetador con sus manos suaves. Sigue hablando, no pienses en el hecho de que mira tus pechos desnudos ahora mismo, pensó.
-Y pensar que casi llevé mi cinturón de castidad hoy- Lena se rió entre dientes, pero mantuvo los ojos fijos en el pecho de Julia. Sus pezones eran rosados oscuros, mucho más que los de Lena, y estaban más duros de lo que Julia había visto antes. Abrió la boca, sorprendida al ver la reacción de su cuerpo. Un momento después, se estremeció en el dolor del placer, ya que Lena arrastró la palma de la lengua hasta la parte inferior de su seno derecho, alrededor de su aureola, y luego chasqueó la punta en el punto duro del pezón. Julia lanzó una respiración entrecortada -Haz eso un poco más- Rogó. Sus piernas se abrieron, con las caderas empujando hacia arriba, y una oleada de calor húmedo mancho su ropa interior. Eso es todo, están en ruinas. No es que importara. Fue un pequeño precio a pagar, par favorito o no. Julia se acercó y cogió un puñado de pelo de Lena, obligándola a acercarse más. Lena envolvió sus labios alrededor de pezón izquierdo y pestañeó en él con la lengua -Oh, joder- Gimió Julia. Lena pasó de la mama izquierda hacia la derecha, dejando un rastro de besos húmedos y desordenados sobre la piel. De ida y vuelta, de ida y vuelta, adoraba los pechos de Julia, quien se sentía indigna de tal adoración, pero avara para ello, a pesar de todo. Ella sostuvo la cabeza de Lena a su pecho, sus dedos de los pies se rizaron en el éxtasis -Dios, me haces sentir como si fuese a...- Lena se echó hacia atrás, liberando el pezón de Julia con un pop suave y húmedo. Se retiró lentamente, mirando a Julia con los ojos muy abiertos, fuera de foco.
-Cariño, lo siento. Tal vez debería...- ¡Oh, no! La cara de Julia se inundó con el calor cuando se dio cuenta de que Lena estaba poniendo fin a su encuentro íntimo.
-¿Qué?- Susurró -¿Crees que deberíamos parar?- Se sentó en la manta, tirando su camisa sobre sus pechos y enzarzándola con una mano.
-No es porque quiero- Lena apretó el brazo de Julia -Créeme, me podría haber quedado allí toda la noche- Julia todavía podía oler la excitación de Lena secándose en algún lugar de su mano.
-Entonces ¿por qué quieres pararte?
-Bueno, porque yo quiero...- Hizo una pausa, y luego miró abajo, en un punto entre sus cuerpos -O, mejor dicho, no quiero que creas que sobre esto se trataba esta noche
-¿Qué quieres decir?- Julia se aflojó el agarre sobre la camisa abierta, sintiéndose un poco menos a la defensiva, mientras escuchaba la voz de Lena. Estaba seria. Estaba diciendo la verdad.
-Yo no quiero ser tu recuerdo de un encuentro sexual, loco y espontáneo en un ascensor durante tu cumpleaños- Dijo -Con una stripper- Se mordió el labio inferior con los dientes por un momento -Yo quiero salir contigo, Julia. Realmente me gustas y quiero salir contigo- Muy bien, deja de entrar en pánico y empieza a enfocarte en lo que te está diciendo, pensó.
-¿De verdad crees que te veo de esa manera?- Le preguntó -Como un recuerdo de una locura, una aventura de una noche- Tomó la mano de Lena entre las suyas -¿Realmente crees que yo me arriesgaría, después de todos estos años, en algo parecido a eso?- Lena negó con la cabeza.
-No, no lo creo. Pero esa es otra razón por la que debes detenerte. Julia, nunca has estado con una mujer- Julia le soltó la mano.
-Si vas a sugerir que tal vez estoy confundida, o que esto es sólo una etapa, o un producto de esta situación, entonces puedes terminar. Me han gustado mujeres por mucho antes que sólo esta noche en este ascensor, y si crees que soy...- Lena sostuvo una mano para prevenir las palabras de Julia.
-No, no digo eso. Sólo escúchame, y trata de entender. Si estamos juntas, yo seré tu amante por primera vez en más de diez años. También voy a ser la primera mujer.
-Confía en mí, soy dolorosamente consciente de ese hecho.
-Julia, quiero colgar alrededor tuyo por un tiempo- Lena hizo una pausa -¿Entiendes la responsabilidad tan grande que tengo sobre todo esto? Necesito que sepas que yo lo veo de esa manera, y no sólo como una noche caliente con una mujer hermosa- Julia logró una sonrisa tímida.
-¿No puedes verlo de ambas formas?- Lena se rio, su tensión claramente se alivió.
-Quiero que nuestra primera vez sea en el lugar correcto- Dijo -No en el suelo de algún ascensor atascado entre las plantas 19 y 20.
-¿Qué piensas sobre cómo será nuestra primera vez?- Julia sintió que el calor se extendía por su pecho con las palabras sinceras de Lena, aun si no estaba necesariamente de acuerdo -¿Vino? ¿Flores? ¿Luz de las velas y una cama blanda? -Lena asintió con la cabeza.
-Voy a tomar en cuenta todas esas ideas maravillosas y planeo seducirte a lo grande. De hecho, ya estoy pensando en lo que voy a hacer para el desayuno la mañana siguiente. Algo con calorías, creo, ya que vas a estar un poco adolorida y definitivamente deshidratada.
-Realmente me gustan las tortitas- Ofreció. Su voz delataba resurgir su excitación ahora que el miedo al rechazo se había ido.
-Sí- Hizo un gesto de estar buscando ideas -Bien, entonces. Orgasmos y tortitas. Tercer puesto de material actualizado, por lo menos- Julia sacudió la cabeza.
-Nunca es demasiado pronto para los orgasmos y tortitas- Apretó la punta de los dedos entre los labios de Lena, en el instante que empezó a hablar las palabras se detuvieron y una lengua cálida se bañaba con su dedo con lamidas suaves.
-Si no estás lista, yo no voy a empujar.
-Yo sólo necesito que sepas que estoy lista. Te agradezco tu sentido del honor, y lo que estás tratando de mostrarme. Creo que eres demasiado buena para ser verdad, de verdad. Yo sólo...- Hizo una pausa, pues no sabía cómo expresarse en este sentido. Si Lena era la correcta, no debía importar la forma en que comenzó, ni cuándo -Esto está bien para mí
-¿De verdad?- Repitió.
-Esta noche quedaron atrapadas en un ascensor dos personas que no podían soportarse la una a la otra. Yo era una total perra para ti, pero por alguna razón te has convertido en mi amiga- Lena asintió con la cabeza.
-La reunión contigo ha sido asombrosa. Quería golpearte tan sólo unas horas atrás, y ahora quiero hacerte sentir tan bien que incluso me duele- Julia gimió al oír las palabras de Lena. No hables acerca de tu dolor, a menos que estés preparada para una gerente de proyecto sobre tu regazo, pensó.
-Siento que vamos a ser muy buenas amigas- Lena le dio una extraña sonrisa.
-Jodido, ¿eh?
-Totalmente jodido- De alguna manera, Lena había llegado por completo a ella por "la amistad", no por empezar a describir lo que sentía. Eso hizo a Julia querer ponerse al descubierto, a pesar de que la asustara terriblemente -Me siento tan abierta y expuesta contigo- Dijo -Confío en ti, y esto no va a cambiar por todo lo que hagamos esta noche. Sé que quieres decir cada palabra que dices sobre este algo más. Siento lo mismo.
-Nos estamos moviendo bastante rápido- Dijo Lena -No me gustaría que cualquiera de nosotras nos arrepintiésemos- ¿Qué pensaba esta chica?, que Julia no tenía experiencias presentes, ni control de sus deseos. ¿Que si actuaban por instinto, Julia podría tener dudas y después huir de todo lo que se estaba formando entre ellas?
-Entiendo a qué te refieres, pero ya sé que no seré capaz de alejarme mañana como si nada pasó. Es extraño, he gastado los diez años pasados evitando situaciones que podrían hacerme vulnerable, y eso no me ha hecho feliz. Tengo que hacer algo diferente.
-Simplemente no quiero arriesgarme a hacerte daño- Julia dio la respuesta que estaba empezando a notar por sí misma.
-A veces hay que tomar riesgos para encontrar la felicidad- Algo se apoderó de Lena, transformando su expresión en un resplandor radiante.
-Significa mucho para mí oírte decir eso. Y pensar, que todo lo que se necesitó fue algunos pechos desnudos, un tanga y una toma muy poco hacia fuera.
-No- Julia trajo la mano de Lena a sus labios y plantó un beso suave el dorso -Todo lo que hizo falta fue conocerte- Se necesitaron unos momentos para que Lena reuniera la voluntad para hablar. Logró un sonido tranquilo y alegre que consiguió en Julia una amplia sonrisa.
-Maldita sea Volkova, no está nada mal. No estoy segura de poder creer que aún no has encantado a Legiones de mujeres en tu cama.
-No soy buena con las Legiones- Dijo -Por suerte para mí, sin embargo, me parece que lo hago bien contigo- Desmayándose, Lena cubrió su corazón de la palma de su mano.
-Páralo, mujer. Si mezclas la adoración total con la lujuria que siento ahora mismo, no puedo ser responsable de mis actos.
-¿Qué?- Preguntó -¿Más besos? ¿El uso de todo nuestro cuerpo a la plena vigencia? -La cara de Julia estaba llena de anhelo ardiente, Lena tuvo que romper su contacto con los ojos para mantener el control de sí misma. Más que nada, quería lanzar a Julia en el suelo, arrancar su traje, y hacerla gemir. Pero realmente le gustó Julia, hasta el punto que empezaba a asustarla, y se sintió paralizada por el miedo de hacer algo para espantarla -¿Es demasiado pronto para ti?- Preguntó por un momento, en voz baja -Quiero decir, por lo que sé, es probable que te guste salir con una chica durante meses antes de llevártela a la cama, ¿verdad?.
-Depende de la chica- Lena tomó la mano de Julia, desesperada por restablecer un contacto. Eso parecía lo suficientemente seguro. Julia parecía tan preocupada por lo que sentía que no podía dejar de tocarla. Pensó acerca de la mejor manera de responder, y decidió que el humor podría ponerlas a ambas tranquilas -Pareces bastante fácil. Dudo que tomaría ese tiempo- Julia se pasó una mano por el pelo, obviamente nerviosa de que su deseo fuese tan evidente. Pareció perdida en el pensamiento durante un momento, antes de decir:
-Me estás tomando el pelo, ¿no? -Frunciendo los labios en una leve sonrisa, añadió: -Parecía que estabas bastante dispuesta hace diez minutos- La boca de Lena hizo una mueca.
-Bueno, tengo que admitir que quedar atrapada en un ascensor con una bella extraña durante la noche, parece una oportunidad muy grande para perderla. Casi me parece mal si no lo hiciera.
-Y sólo pensar en la gran historia que tendremos para contar a nuestros nietos- Lena estalló en risas de sorpresa. Broma o no, Julia había llegado a su punto de vista. Esta no sería una aventura de una noche como cualquiera.
-Voy a pensar en ello, ¿vale? -Lena puso la palma de su mano sobre la garganta de Julia, envolvió los dedos alrededor de la suave curva de su cuello. Se inclinó hacia delante y le dio un beso lento y húmedo -¿Por qué no tomarse un respiro y llegar a conocerse la una a la otra un poco mejor primero?- El pequeño gemido de desilusión que brotó de Julia casi deshizo a Lena. No podía imaginar aguantar diez años de frustración sexual, luego a instantes de la prometida liberación pedirle que se tomara un respiro. Pero Lena tenía que conseguir aunar pensamientos antes de tomar la decisión de brincar en una relación sexual. Ella no estaba acostumbrada al sexo ocasional y de ningún modo quería que ese fuese el comienzo con alguien que la hacía sentir tan feliz como Julia.
-Si eso es lo que quieres- Julia pasó a sentarse con las piernas cruzadas, una vez más -Aunque debo decirte que después de unas horas juntas, tú ya me conoces mejor que nadie en mi vida. ¿No es patético?
-No es patético. Es halagador
-No, es patético- Sujetó el cierre delantero de su sujetador con una resignación melancólica que rasgó a Lena -Nunca he reaccionado a nadie como contigo. Es una locura. Es tan fácil hablar contigo,
-Para mí también lo es hablar contigo- Dijo Lena, distraída mientras miraba a Julia abrocharse su camisa -¿Qué estás haciendo?.
-Ponerme mi camisa de nuevo. Me siento extraña aquí sentada casi desnuda mientras hablamos- Lena puso mala cara.
-¿Así que me vas a castigar al ocultar tus deliciosos pechos lejos?
-No pienses en ello como castigo. Además, yo no me voy a sentar aquí en topless mientras que tú tienes una camiseta- Lena miró hacia su propio pecho.
-La camiseta es negociable
-No, a menos que quieras ser violada aquí mismo, en el suelo- Dijo -De acuerdo, así que se trata de conocernos mejor. Pregunta lo que quieras- Había una nota derrotada en la voz de Julia -Diablos, no tengo secretos ocultos. Por cualquier motivo, me parece que te diré algo
-¿Cuál es tu comida favorita?
-Comenzando fácil, ¿eh?- Pensó durante un momento -La Nochè Big Out 'en el crisol de culturas-
-Tomo nota, por cierto, ese es otro lugar donde te voy a llevar para la cena. Cuando salgamos-
-Estupendo. Entonces, ¿y tú? ¿Cuál es tu favorita? -Gimiendo, Lena respondió sin vacilar.
-Las patatas dulces
-Las patatas no son una comida- Lena le puso una mano sobre su estómago, que gruñó en señal de protesta repentina.
-Mierda, tengo hambre. ¿Compartimos esa barra de chocolate ahora?
-Brillante idea- Dijo Julia -Tus pechos me hicieron olvidar todo sobre el postre
-Sí que te gusta culpar a mis pechos para todo, ¿no?
-Bueno, no. Tu culo comparte parte de la culpa. También es fantástico- Sonriendo, Lena rebuscó en su mochila.
-Eres tan fácil de complacer
-¡Qué modesta!- Julia se comió con los ojos su culo descaradamente -Me da un poco de muerte cerebral cada vez que te miro- Lena se rio.
-Bueno, eso es bueno- Encontró la barra de Hershey, lo desenvolvió, y lo partió en dos. Aceptando su mitad, Julia dijo:
-Si me vas a dar chocolate cada vez que te digo lo mucho que amo a tu cuerpo, pesare ochocientas libras en poco tiempo.
-Ooh- Lena hizo reventar un cuadrado en su boca -Y la muchacha sólo espera la llegada de halagos- Julia se comió uno de sus propios cuadros, gimiendo de placer en el sabor.
-Todo por el chocolate.
-Confía en mí, lo tendré en mente- Julia miró los labios de Lena mientras masticaba.
-¿Qué va a hacer que te sientas como si me conoce lo suficientemente bien para dormir conmigo?- Lena casi se ahoga en la pregunta directa.
-Siempre he apreciado una mujer que puede ser directa. Pero... ¿Podrías esperar cerciorarte la próxima vez que no coma?
-Lo siento. No puedes conseguir que trabaje y esperes lo haga con guantes de seda.
-Oh, yo realmente no creo que alguna vez te veré 'suave'- Dijo -Supongo que no esperaré sexo salvaje y sudoroso de ti- Julia enrojeció furiosamente.
-Yo tampoco. ¿Te gusta?
-Mucho- Lena se quedó mirando la cara de Julia y luego algunos otros lugares en las cercanías de los pechos -Tal vez demasiado
-¿Por qué estás tan insegura acerca de esto?- Un rastro de tensión cambió la voz de Julia -Pareces bastante abierta sexualmente para mí.
-Lo soy- Lena podría leer la confusión y desilusión en los ojos de Julia. Había enviado señales mixtas. Por un momento desnudándose y viniendo a ella, y al siguiente se echó para atrás como una primeriza en el sexo -Sólo puedo imaginar lo que debes pensar.
-¿Importa realmente lo que pienso? Prácticamente te llamé puta por hacer tu trabajo.
-Sí, es muy importante- Queriendo hacer su punto más claro, dijo: -Si yo no quisiera verte después esta noche, no me importaría en absoluto. Pero esta noche es sólo un comienzo para nosotras- Julia sonrió. Su rostro parecía aliviado de repente.
-Yo no tenía derecho a juzgarte antes, sólo lo hice porque me sentía mal conmigo misma- Por el tono de Julia, Lena adivinó que se estaba permitiendo autorecriminarse. Tal vez pensaba que Lena se había retirado por miedo a ser vista como una guarra después de los hechos.
-¿Por qué te sientes tan mal contigo misma?- Preguntó con suavidad.
-A veces me siento como la mojigata más grande en el mundo, por lo que, naturalmente, me puse a tratar de hacerte sentir como la guarra más grande. No es lo que yo creo en absoluto. Espero que puedas perdonarme.
-Ya lo hice, pero, de todos modos, gracias por decirlo una vez más- Pensó por un momento mientras saboreaba una de sus últimas piezas de chocolate -Haz algo por mí.
-Cualquier cosa- No había ninguna coquetería en el tono de Julia. Miró a los ojos de Lena, como si quisiera ver en su interior.
-Vamos a hablar un poco de todo. Al igual que en una cita donde apenas estamos descubriendo acerca de una y de otra,
-Una cita. Me gusta la idea- Sonrió.
-Supongamos que no estás trabajando- Dijo -Háblame de tu domingo ideal, a partir del momento en que te despiertas por la mañana. Sin ningún trabajo.
-Bien, los domingos por la mañana, generalmente no salgo de la cama hasta que haya pasado... un poco de tiempo conmigo- Intentó dar una mirada de soslayo despreocupada, que no cayó completamente. Sus mejillas enrojecieron e inmediatamente apartó su mirada fija, pareciendo ligeramente incómoda con la admisión.
-Una mujer conforme a mi corazón- Dijo Lena -Un domingo por la mañana sin un orgasmo auto inducido, es como un día sin sol- Julia se iluminó y se reunió con los ojos de Lena.
-Después de eso, me gusta tomar un baño largo y caliente. Por lo general, una película en el sofá después de una tarde de compras. Si tengo que ir a leer algo agradable y explícito es, por lo general, las lesbianas en la naturaleza.
-No me jodas- Dijo Lena, riéndose entre dientes –"Yo soy heterosexual", dijiste. Sabía que no eras hetero, pero por la forma en que te sonrojaste cuando me empezaste a hablar de erotismo lésbico, casi me convenciste. Tan tímida, tan escandalizada por la idea de un poco de porno literaria. ¿Ahora me entero de que eres una experta en literatura erótica lesbiana? -Julia sonrió.
-Bueno, no suelo tener que leerlo en voz alta ante un público
-Pero tú eres tan buena en eso- Dijo Lena -Bien, volviendo a tu mañana, ¿duermes desnuda?- La sonrisa de Julia vaciló ligeramente, haciéndose tímida –Yo lo hago- Ofreció -Desnuda como un grajo
-¿Desnuda como un grajo?- Julia movió la cabeza hacia atrás y lanzó una carcajada -Expresión agradable
-Culpan a mi madre. Ahora contesta a la pregunta. ¿Desnuda?- Julia saludó con la cabeza.
-Desnuda
-Bien- Preguntó: -¿Haces ruido cuándo te corres? ¿Ya sabes, cuándo pasas el tiempo contigo?-
-¿Sabías que de alguna manera tropezaría de nuevo en la verdad o reto sin darme cuenta?.
-Por supuesto que no tienes que contestar si no quieres, yo esperaba ser capaz de confirmar la respuesta por mi cuenta bastante pronto- Julia movió la cabeza, bajando la mirada hacia su regazo.
-No es lo usual- Dijo –A veces no puedo evitarlo, pero la mayor parte del tiempo, estoy callada-
-Voy a tener que hacer algo al respecto- Julia se acercó y le tomó la mano. Le acarició los delgados dedos con la suya, estudiando las intrincadas líneas de los nudillos de Lena.
-Creo que parte de la razón por la que estoy callada es porque crecí en una casa con mi hermano en la habitación de al lado y mis padres en la del otro lado. Años de masturbarme en secreto, me enseñó a correrme como un ninja, silenciosa y sigilosa. Es un hábito difícil de romper.
-Correrse como un ninja. Oh, Dios mío, eso no tiene precio.
-Es cierto- Defendió -Además, creo que sueno raro, ¿sabes? Toda entrecortada y fuera de control- Se estremeció.
-Uf- Lena se rio entre dientes. El sentido del humor es realmente un punto de encender, y esto no ayudaba a calmarla -Oh, Julia... Bueno, me gustas mucho- Julia vestía una estúpida sonrisa.
-Esa es la idea.
-Y, por cierto, voy a ser el juez de cómo suenan cuando te hago llegar- Dijo Lena -Dudo que 'raro' sea el primer adjetivo que voy a elegir.
-Me estás matando- Se dejó caer en la manta de Lena, acostada de lado, mirando por encima de las rodillas de la chica, con sus brazos alrededor de sí misma. Lena se unió a ella, extendiéndose para acostarse a su lado con la cabeza apoyada en la palma de su mano. Sosteniéndose en un codo estiró su mano hacia el estómago de Julia, acariciándole suavemente a través de su camisa.
-Lo siento- Dijo -¿No hago un trabajo muy bueno para alejarnos de la cosa sexual?
-Cierto
-Lo siento- Lena trazó círculos perezosos alrededor de su ombligo -Es difícil. Me esfuerzo tanto por ser noble y responsable ahora
-Lo sé- La mirada fija de Julia se deslizó sobre la cara de Lena y bajo su garganta -Es imposible no desearte ahora mismo- Se inclinó, presionando un beso suave en el lado del cuello de Lena, quien inclinó la cabeza para mejorar el acceso, jadeando cuando Julia mordisqueó en la suave piel de su garganta.
-Casi parece inútil tratar de resistirse a lo que está pasando aquí-Susurró tanto a ella como a Julia.
-¿Casi?- Empujó su mano bajo el dobladillo de la camiseta de Lena, casi rozando la palma hacia arriba de la curva de su cintura -Es completamente inútil
-Maldita sea- Lena se levantó y se inclinó sobre Julia, lamiendo su labio inferior -Se supone que debo de ser la voz de la razón
-¿Por qué?- Preguntó al igual que su mano encontró el pecho desnudo de Lena por debajo de su camisa. Ella dio a la carne firme un suave apretón -No tengo que ser protegida, Lena. Tienes que tocarme- Lena gimió cuando su pezón fue pellizcado. Empujó su lengua profundamente en la boca de Julia, besándola largo y duro. Así, toda la resistencia de Lena se derritió. ¿A quién engañaba? No duraría otra media hora en ese espacio sin ceder ante su necesidad, a sus necesidades. Mientras se besaban, sujetó ambas manos de Julia en el suelo sobre su cabeza. Con la espalda apoyada en el suelo, las muñecas capturadas en un firme asimiento, miró su cara por el nerviosismo, pero sólo encontró la emoción. Sintiéndose abrumada con la pasión, Lena asintió con la cabeza.
-Muy bien- Susurró -Entonces, déjame amarte.
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13 Horas (t.A.T.u.)
FanfictionJulia Volkova queda estupefacta con el baile sensual que le realizará Elena Katina por su cumpleaños, pero ella no lo toma bien, la trata de la patada y responsabiliza a su compañero de trabajo quien le hizo el regalito. En trece horas que casualmen...