Capítulo VI. Hora ocho. 2:00 a.m.

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-¿Te encendió esto?- Preguntó con aire inocente, que hizo a Julia olvidarse de fingir lo contrario.
-Sí, ¿cómo no podría?- Contestó sinceramente. Se sintió arriesgada, pero emocionada de ser la verdadera Julia para variar.
-Tu turno- Dijo Lena. Julia pensó por un momento. ¡Ah, diablos!, ¿qué es lo que realmente quieres saber? Con un temblor de emoción, le preguntó a la joven:
-¿Qué te gusta? Sexualmente, quiero decir- Lena rompió en una sonrisa tonta.
-Podría ser más fácil para mí decir lo que no me gusta- ¿Podría posiblemente ser más atractiva?
-Tenemos el tiempo en nuestras manos- Dijo Julia, sorprendida por la invitación de su voz gutural -¿Qué es lo que realmente te gusta?, tus cosas favoritas
-Me encanta ir hacia abajo en una mujer. Me encanta- Julia luchaba por respirar, imaginando una entusiasta Lena trabajando en ese acto en particular. Entre mis piernas. Se dejó disfrutar de la fantasía.
-¿Qué te gusta que te hagan a ti?- Esto no podría preguntarle, pedirle a un extraño respuestas íntimas, explícitas. Era casi demasiado tímida como para preguntarle lo que le gustaba o necesitaba. Cuando Julia no sabía exactamente cuando había decidido alejarse de la inevitabilidad de estar sola para siempre. Después de pasar tanto tiempo haciendo caso omiso de sus propios deseos, conformándose con una vida de fantasía activa en vez de nada real, estaba de repente lista para arriesgarse en lo que podría suceder esa noche. Era su cumpleaños, y dejarse ir fue un regalo a sí misma. Estaba atrapada en un ascensor con una magnífica mujer de espíritu libre, brillante, y ella estaba feliz, cómoda, y dolorosamente encendida. Todas las apuestas echadas, y más que nada, quiso ver donde esto iría.
-Me gusta ser lamida, también- Dijo Lena -¿O buscas algo más pervertido?
-¿Hay algo más pervertido?- No iba a dejar pasar una oportunidad para descubrir los trapos sucios, Julia dio una cabezada vigorosa -Pervertido es bueno
-Me gusta- Lena la miró con desafío débil -Ser azotada- Julia luchó para no desmayarse en ese mismo momento.
-¿Azotada?- La mano delgada de Lena, de largos dedos rozaba sobre la parte superior de la manta de lana gris. Recogida en una esquina, luchaba contra lo que parecía ser una sonrisa incontrolable.
-Cuando estoy siendo follada. O al igual que los juegos previos ¿sabes? -Las fosas nasales de Julia llamearon en la excitación. Algo sobre aquella idea la hizo respirar con dificultad.
-Azotes en el trasero, ¿quieres decir?
-No sólo mi trasero. Me gusta...- Ella se cubrió la cara con una mano, riendo un poco -¿Por qué me siento tan avergonzada de hablar de estas cosas en este momento?- Guarda tu vergüenza, pensó. Tengo que escuchar esto.
-¿Dónde más te gusta ser azotada?- Hubiera querido tener a su planificador Franklin, para que pudiera tomar notas.
-Mis pechos- Lena cruzó los brazos hacia arriba, sosteniéndose ella misma. El gesto la hacía parecer dolorosamente vulnerable -Y mi coño- Murmuró tan silenciosamente, que Julia se encontró inclinándose más cerca para oírla. Gracias a Dios que estaba sentada. Se sentía mareada.
-¿Así es el grado de tus deseos pervertidos? ¿Ser un poco azotada? -Lena descruzó sus brazos, dando a Julia una visión agradable de sus pezones cubiertos de algodón. Se pasó una mano por el pelo, una tímida sonrisa estampada en su rostro.
-Bueno, también me gusta cuando una mujer me habla sucio, mientras que ella está... ya sabes
-Azotándote- Julia lanzó un silbido -Eres un bicho raro- Lena se rio.
-Supongo que lo soy- Levantó una ceja ante el reto de Julia -¿Eso te enciende?- Julia volvió a toser. Maldita sea, ¿iba a salir de allí con un resfriado o algo así?
-No voy a responder esa pregunta
-¿Así que quieres un reto en vez de la verdad?- Dijo directamente.
-Claro- Se dejó llevar, después de todo. Lena se agachó y tomó su libro de bolsillo de literatura erótica de su mochila, lo sostenía con una sonrisa.
-El reto es leer dos páginas de mi elección. En voz alta- Su sonrisa creció -Para mí
-No hay problema- Julia se preguntó de dónde venía su renovada confianza. Ahora que se había dado permiso para jugar a esto, las palabras sólo fluían bien dirigidas por un desconocido en su interior. Con una sonrisa pícara, Lena hojeó las páginas del libro, ojeó el texto.
-Comienza aquí- Dijo -Página ochenta y tres- Julia cogió el libro y rápidamente exploró unas pocas líneas. Caricias calientes y pesadas. Maravilloso.
-Me llevas derecho a la parte buena, ¿no? -Lena plantó las manos detrás de sus caderas y se echó hacia atrás, con los pezones todavía duros contra la pálida camiseta amarilla.
-Por supuesto- Un poco nerviosa, Julia comenzó a leer en voz alta.
-"Levanta los brazos, susurró Reed detrás de mí. Encontré sus ojos en el espejo, emocionada más allá de toda razón"- Esto era mejor que cualquier fantasía que había tenido nunca. Hizo una pausa deliberada. No estaba segura de cómo iba a mantener la voz firme a través de ambas páginas o cuánto tiempo más sería capaz de guardar su necesidad intensa de besar a Lena.
-Sigue leyendo
-"Yo levanté los brazos en el aire. Reed levantó mi camiseta sobre mi cabeza, sacudiéndola en el suelo al lado de nosotras. Ella se quedó mirando mis pechos desnudos en el espejo por un momento, antes de llegar alrededor para cubrir uno con cada mano. Ella alzó los ojos hacia los míos otra vez, y entonces se inclinó para acariciar el cuello con su nariz. -Son tan hermosos- murmuró Reed"- Julia hizo una pausa, secándose la frente con los dedos. Frente a ella, Lena dijo:
-Continúa- El modo que su boca se movió hizo las palabras borrosas ya que la lengua de Julia entró en el camino.
-"-Gracias-, le susurré -tus manos se sienten tan bien- Reed mordió mi lóbulo de la oreja. -Se sentirán mejor en un minuto- Dijo, dejando mis senos con un último tirón en cada pezón, deslizó sus manos hacia abajo por mis costados para apoyarse en mi cintura. Ella guardó los dedos rizados de su mano izquierda alrededor de mi estómago mientras movió la otra mano hasta hacer presión entre mis omóplatos –nena- Tragué, ya que mi garganta estaba totalmente seca. Era como si Reed había aprovechado todas las fantasías que había tenido acerca de ella. Mis piernas temblaban mientras yo obedecía sus órdenes tranquila, inclinándome para descansar el brazo sobre el mostrador del baño al lado del fregadero. Mantuve mi cabeza en alto, mirando a los ojos"- Julia estaba al tanto de la forma en que Lena se movió un poco y de un cambio en la cadencia de su respiración. Lentamente, se preguntó si tenía un par de bragas de recambio en su oficina. Las necesitaría cuando saliera de allí. Siguió leyendo, haciendo que su voz sonara baja y suave, en un esfuerzo para disimular su propia excitación, que se hacía cada vez mayor –"Sin decir una palabra, Reed agarró la cintura de mi pijama y tiró debajo de ellos hasta que cayó al fondo alrededor de mis tobillos. Yo estaba completamente expuesta, vulnerable, mojada por la excitación. Mi respiración se levantó hasta que yo estaba casi jadeando -Tienes que salir de ellos, dulce niña- Ordenó Reed. Hice lo que ella me pidió, todavía inclinada sobre el lavabo. Mientras miraba, ella bajó los ojos y echó al fondo de mi pijama, enviándolos a través del piso a la pared. Cuando sus ojos se movieron de nuevo, fue a mirar entre las piernas"- Julia dejó de leer y miró a la mitad de la página que se ha dejado ir -Esto es sólo cruel- Se quejó. Lena la despidió con un gesto complaciente.
-Sigue adelante. Esto se está poniendo bueno- Julia exhaló con voz temblorosa. El resto de la segunda página parecía todo tan incómodo como la primera. Y esta vez no pudo ocultar su excitación. Le temblaba la voz mientras leía.
-"-Estás mojada- Murmuró Reed. Jadeé cuando fuertes dedos se agacharon y agarraron mis nalgas, destrozándome y abriéndome a su mirada fija acalorada. -Yo estaba pensando en ti- Susurré. Dejé caer la cabeza cuando dos yemas de dedos penetrantes remontaron abajo sobre mis labios, y luego encontró mi apertura con facilidad infalible. –Yo estaba pensando en ti, también- La voz de Reed era baja y ronca, a diferencia de cómo yo la había oído alguna vez antes. Toda la restricción entre nosotras había desaparecido. En su lugar era el hambre cruda, conduciendo ambas de nuestras acciones... -Acerca de esto- Dijo Reed, y luego llevó un dedo dentro de mí con una lentitud insoportable"- Julia parpadeó, mirando el final de la página. ¿Eso fue todo? Vaya manera de dejarme colgada.
-Puedes seguir adelante, si quieres saber lo que pasa- Dijo Lena -Te veías como si estuvieras entrando en ella
-Está bien así- Julia devolvió el libro. Después de un momento de indecisión, miró de reojo a Lena -Tal vez más tarde- El sorprendido deleite de Lena la hacía feliz porque ella había decidido ser juguetona.
-Todos estos retos me están poniendo cachonda- Dijo Lena -Voy a tener que ir con la verdad por un tiempo- Julia lanzó una risa temblorosa.
-Ahora estás tratando de hacer que me sonroje
-Tal vez- Lena se echó hacia atrás hasta que pudo sostenerse en los codos, que se extendieron a través de la manta de lana -¿Está funcionando?- Resoplando en la diversión, Julia cambió de modo que pudiera acompañarla.
-¿Te sientas aquí?- Lena se deslizó otra vez, acariciando el espacio a su lado -Es todo tuyo
-Cool- Julia se instaló al lado de Lena y le dio una sonrisa de soslayo -Así que... ¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo?
-Hace unos ocho meses. Empecé a ver a alguien, no mucho después de la muerte de mamá. Dormimos juntas un par de veces, pero...
-Pero, ¿qué? -Lena se encogió de hombros.
-Yo estaba buscando algo estable. Ella estaba buscando a alguien para follar, a veces
-Oh- Dijo Julia -No me gusta ser sólo para follar- Rompiendo en una pequeña sonrisa, Lena agregó:
-No me malinterpretes, ella era buena. Muy buena, incluso, Incluso hablaba algo sucio cuando...- Ella se estremeció y permitió una breve sonrisa, juguetona -Dios, sí que era buena en eso
-Oh- Julia se preguntó si ella podría hacer temblar a Lena también con sus palabras, ¿te gusta que te digan que eres una chica mala? ¿Qué se siente bien follar tu coño apretado? Sonrojándose, ella hizo retroceder su atención a lo que Lena decía.
-No puedo tratar de ser una de las muchas. Yo no me di cuenta de que lo era hasta que fui a su casa una noche y la encontré con otra persona. Si hubiera dejado en claro cuál era la situación, hubiera sido una cosa. Pero no lo hizo, y ese tipo de sorpresas... no son divertidas en absoluto
-Ella se lo pierde- Murmuró Julia. Lena soltó una carcajada de sorpresa.
-He tenido el mismo pensamiento, más de una vez- Ella dio a Julia una sonrisa cariñosa -¿Verdad o reto, mi defensora?
-La verdad otra vez- El interior de Julia se calentó al ser llamada la defensora de Lena, aun siendo en broma -Estoy lista- Le dio una sonrisa que Lena le devolvió.
-¿Alguna vez te has sentido atraída por otra mujer?- Julia tragó. Había sabido que esa pregunta vendría, lo había sentido profundamente en sus huesos, pero se había sumergido adelante en el juego de todos modos. Y no puedo mentir. Una puñalada aguda de miedo hizo contraer cada músculo, y se preguntó si la sacudida leve era visible. Debe haber sido, porque Lena puso una mano sobre su muslo -No tengas miedo. No hay razón para preocuparse, ¿de acuerdo? -Julia asintió con la cabeza.
-Sí
-Sí, ¿de acuerdo? ¿O sí, te has sentido atraída por otra mujer?
-Sí, me he sentido atraída por otra mujer- La admisión la hizo híper consciente de su proximidad. El muslo de Lena rozó el suyo. El calor casi la abrumaba -Me he sentido atraída por otras mujeres...- Justo cuando pensó que podría implosionar con los nervios, se vio envuelta en un abrazo apretado contra el cuerpo caliente de Lena. Demasiado emocional para rechazarla, Julia sintió a sus ojos arder. Vergonzosamente, lloró lágrimas ardientes que no podía ocultar. En un movimiento que la dejó sin habla, Lena le dio un beso suave en el cuello.
-¿Es la primera vez que se lo dices a alguien?- Julia asintió con la cabeza, secándose las mejillas húmedas con el dorso de la mano -Tengo que decirte, estoy feliz- Dijo Lena -Cuando me dijiste que eras hetero, todo lo que podía pensar era que si eso fuera cierto, qué desperdicio
-No tienes que decir eso- Lena acarició un lado de la cara de Julia con la mano.
-Por supuesto que no tengo que decirlo- Sus ojos verdes eran sinceros -Lo digo en serio. Eres una mujer muy atractiva. Te lo dije antes, y no me gustabas tanto como lo haces ahora- Con la cara roja, Julia manejó un tranquilo:
-Gracias- Se concentró en la frescura de los dedos de Lena contra su piel acalorada -Te encuentro muy atractiva, también
-Gracias- La mano de Lena se quedó. Julia quería poner la propia sobre ella para prevenir su retirada. La sensación de la palma cálida apretada contra su mejilla la hizo añorar mucho más. Su control parecía tenue en el mejor de los casos, no podía competir con la intimidad del tacto de Lena. Quería ceder a los impulsos que alejaban a su sentido común. Ninguna cantidad de racionalización trabajó. Así sería probablemente cómo las personas se sentían estando atrapadas juntas en una isla desierta, lejos del mundo real y haciendo las reglas ellas mismas. Siendo honesta se sentía extrañamente liberada, como si acabara de intercambiar una pesada cota de malla por una piel fina y brillante. Se preguntó si Lena había tenido parte en el hechizo mismo o si estaba simplemente siendo ella misma porque no tenía que tener el permiso de nadie para eso. Incluso el suyo. Julia no podía imaginar estar tan indefensa.
-¿De verdad sabias que yo era lesbiana?- Preguntó.
-Pensé que te parecías a alguien que aprecia a otras mujeres. Cuando yo estaba en tu regazo, me sentí bien apreciada- Ella sonrió -Ya sabes, antes de que me echaras- Julia asintió con la cabeza.
-Scott tiene que haberse dado cuenta, también, ¿eh?
-Dado que me contrató para bailar para ti, sí, creo que probablemente lo sabe. ¿Nunca te lo dijo?- Lena finalmente devolvió su mano, dejando la mejilla de Julia deseando de vuelta aquel calor suave. Sintiéndose privada del contacto, Julia dijo:
-No. yo... No hablo con él sobre ese tipo de cosas
-Bueno, supongo que te conoce mejor de lo que crees- Lena dudó un momento, luego preguntó -¿Todavía quieres jugar?- Julia le dio una cabezada valiente. No hay razón para decir que no en este momento. Lena no perdió el tiempo -¿Cuál es una de tus fantasías sexuales favoritas?- Le preguntó directamente -No necesariamente algo que harías, pero ¿algo que te gusta pensar?- Julia apretó las palmas de las manos a la cara.
-Nunca voy a volver a la normalidad, ya sabes. Este rubor, estoy empezando a pensar que es permanente
-Oye, mujer, mírame pretendes perder- Lena le dio un empujón juguetón -Te pregunto apenas sobre una pequeña fantasía inocua, no seas injusta después de esto- Julia soltó un suspiro sufrido, alzando los ojos hacia el techo del ascensor. Había tantos para elegir. La fantasía, e internet, habían sido sus únicas salidas sexuales durante tanto tiempo, era difícil saber por dónde empezar.
-Pienso en mujeres, por lo general- Vio la sonrisa de Lena que junto a su mirada sardónica eran un "yo lo sabía" -La mayor parte del tiempo, realmente
-Detalles- Engatusando con su mano -Dame más detalles- Julia se aclaró la garganta.
-Me encuentro con una mujer, no sé dónde, no es realmente importante. Ella me lleva a su casa. Cuando llegamos allí, saca estos puños de cuero y me los da. Ella me pide que la ate. Y que la folle- Lena se sentó adelante con atención impaciente. Sus ojos centellearon.
-¿Qué más?
-Yo la ato a la cabecera. Y luego cuando ella me espera en la cama, voy al cajón donde tiene los puños y algunos otros juguetes como...- Avergonzada, Julia sólo podría lograr sonreír abiertamente -Como un arnés con...
-Ah- Prestando atención absorta, Lena dijo: -¿Qué piensa la mujer de la fantasía de esto?
-¿Ah, olvidé aquella parte?- Julia le dio una sonrisa lobuna -Ella está con los ojos vendados y no lo sabe hasta que estoy sobre ella, es cuando se da cuenta, sin embargo, ella no se queja, en primer lugar, hago que se corra con mi boca, entonces....-
-Deslizas tu polla dentro de ella- La voz de Lena era muy suave. Casi parecía estar hablando consigo misma. Julia no podía hablar. Pareció como si Lena encontrara su fantasía tan emocionante como ella lo hacía. Lena se llevó la mano al pecho, previniendo más palabras -Es mejor que te detengas. Si no lo haces, yo podría montar un espectáculo de verdad- La amenaza hizo poco para disuadir a Julia, pero no estaba segura de poder seguir adelante con la mirada intensa de Lena en ella. Sentía como si estuviera en movimiento bajo el agua, logró un movimiento de cabeza -Pídeme algo- La voz de Lena era ronca.
-Está bien- Julia le hizo una pregunta difícil que es probable que vuelva a ella -¿Cuál fue tu momento más embarazoso?- La sonrisa de Lena vaciló.
-Bien, esto no es muy divertido
-¿Malo?
-Para mí, sí. Es bastante malo- Parecía reacia a continuar, y Julia sintió la vergüenza genuina que esta historia provocaba -Yo estaba bailando un viernes por la noche en mi primer año en la escuela de veterinaria. Un tipo me llamó a su mesa y cuando llegué allí, me di cuenta de que uno de sus compañeros era un instructor de estudiantes de posgrado para una clase de fisiología que yo tomaba- Julia se estremeció. Era definitivamente embarazoso. Tocó el brazo de Lena.
-¿Qué hiciste?
-Le eché un vistazo a mi instructor y le dije al grupo que iba a enviar a otra chica, que iba a mi descanso. El tipo me preguntó en primer lugar sobre si iba a hacer un baile erótico para el cumpleaños del amigo. Por supuesto, él acaba de pasar a ser mi profesor. El compañero de mi instructor me agarró el culo, justo en frente de todo el mundo- Se apresuró a terminar la historia -Mi portero favorito vio al chico manosearme y se convirtió en la gran escena. En fin... eso fue realmente embarazoso- Julia sentía el pecho apretado.
-¿Dijo alguna vez tu instructor algo sobre ello?
-No en mi cara. Pero me miró de manera diferente en clases después de esa noche. Realmente me molestó
-Lo siento
-Me alegré de salir de esa clase, creo yo. ¿Quieres decirme tu momento más embarazoso? -Preguntó, como si supiera que Julia se lo esperaba.
-Probablemente, tanto como querías decirme el tuyo
-Yo quiero que sepas que confío en ti- Julia sintió como su respiración se aceleraba, y se alegró de no estar de pie. Las palabras le hicieron sentirse débil. Ella quería mostrar a Lena lo mismo, que confiaba en ella.
-Penúltimo año de universidad, me enamoré de mi mejor amiga- Dijo antes de que pudiera cambiar de opinión -Éramos amigas desde hace un par de años, y yo la había estado deseando la mayor parte de ese tiempo
-¿Era la primera mujer que te atraía?
-La primera en la vida real. Pensaba que ella era hermosa. Ella pensó que... bueno, no sé lo que pensaba. Que yo era una buena amiga, supongo
-Ella era hetero, ¿verdad? Enamorarse de una chica hetero, siempre es muy embarazoso- Julia deseaba que hubiese sido tan sencillo.
-No, esa es la parte realmente humillante. Ella estaba fuera y orgullosa, y muy abierta al respecto. Yo estaba asombrada de ella- Tomó una respiración profunda, sin poder creer que estaba a punto de compartir esa historia -Una noche estábamos viendo una película en mi dormitorio, sentadas al lado una de otra en mi cama. Era totalmente inocente, y me estaba volviendo loca. Me sentía tan atraída por ella, que me dolía. Estúpida de mí, decidí que iba a hacerle saber cómo me sentía
-No te fue muy bien- La cara de Lena se dibujada nerviosa. Julia miró hacia abajo en su regazo.
-No. Sólo recuerdo que en un momento que se estaban riendo de algo en la película, y me incliné y traté de besarla. Y ella se alejó antes de que pudiera acercarme- Julia se sintió mortificada aún por el recuerdo -Ella me dijo que yo no era su tipo, que yo le gustaba como amiga, pero...
-Eso debe haber dolido- Julia asintió con la cabeza
-Me dolió aún peor cuando no se detuvo a hablarme después de esa noche. No había nada demasiado obvio, pero de repente ella siempre parecía estar ocupada y nunca parecía posible conseguir estar juntas, hasta que unos meses más tarde no la vi nunca más
-Ella se lo perdió- Julia no podía menos que darle una sonrisa a la reacción obviamente genuina de Lena. Esto inspiró otra confesión.
-Después de esto, decidí concentrarme sólo en la escuela. Una vez que me gradué, me concentré en el trabajo. El pensamiento sobre relaciones o la reunión de mujeres, me asustan. No quiero pasar por esto otra vez
-¿Todo debido a una muchacha de la universidad perdida hace mucho tiempo?- La voz de Lena se enterneció un poco triste. Mirando hacia atrás, Julia estaba desconcertada, también. Todo el mundo tiene experiencias formativas en la adolescencia, incluyendo la humillación y la angustia. De alguna manera ella había asumido proporciones mayores de lo que debería.
-Sentí mucho más por ella que por mi novio de la escuela secundaria en el año y medio que estuvimos juntos. Eso me asustó, supongo- Admitió, tanto a sí misma como a Lena.
-Para no conseguir otro corazón roto- Dijo Lena, con una sonrisa comprensiva -Pero sería una lástima si no te pones ahí otra vez
-Ha sido más fácil- Julia odiaba admitir su cobardía. Ahora que lo pensaba, se dio cuenta que había perdido todas las experiencias que ofrecía la universidad aplastada en su contexto. Se había inhibido tanto que su retirada se había convertido en un hábito cómodo y seguro.
-¿No te sientes sola?
-Por supuesto- Miró las piernas de Lena, sintiendo la soledad de forma aguda -Me adapto. Compro cantidades embarazosas de pornografía, leo historias, me dirijo a mujeres en línea
-¿Alguna de ellas sabe tu verdadero nombre?
-No me dirijo a nadie con regularidad- Lena tocó un lado de la cara de Julia otra vez.
-¿No quieres algo más?- Con parpadeantes lágrimas de escozor, dijo:
-Por supuesto. Quiero tanto que no sé cómo llegar- La mirada fija de Lena estaba llena de algo que nunca había visto dirigido a ella antes.
-¿Crees que alguna vez tendrás en cuenta romper tu aislamiento autoimpuesto?
-Sí- Susurró, para alguien como Lena, en un santiamén -En circunstancias extraordinarias, tal vez- Lena miró alrededor de la cabina del ascensor.
-Creo que esto califica como extraordinario
-Tal vez, ¿por qué?
-¿Puedo invitarte a cenar alguna vez?- Le preguntó, jugando con un mechón de cabello de Julia, como satisfaciendo algún deseo antiguo.
-¿Quieres decir...?
-Como una cita- Finalizó Lena.
-¿No será algo así como el polvo por compasión del que hablabas antes?- Cuando la preocupación y la duda se visualizaron claramente en la frente de Julia, Lena frunció el ceño.
-Ni lo pienses. Después de la forma en que empezamos, ¿realmente crees que yo expresaría interés en llegar a conocerte fuera de este ascensor si realmente no quisiera? Me haces reír, me gusta hablar contigo. Creo que nos llevamos bastante bien
-Sí
-Así que a cenar conmigo
-Yo invito
-Oh, no- Respondió Lena -Yo pregunté. Yo invito- Julia no admitiría esto. Si iba a una cita con una hermosa mujer, iba a hacerlo bien. Como si percibiera su resolución, Lena dijo: -Tenemos mucho tiempo para discutir quién toma el control. ¿Por qué no me haces un reto en su lugar? -Algo travieso brillaba en sus ojos -Este parece el momento oportuno- Julia se preguntó si Lena esperó que ella fuera a desafiarla para un beso. Si sólo tuviera agallas para ir por el oro así, reflexionó. Pensaba en varias acciones que ella podría hacer realizar a Lena, hasta que se encontrara con algo casi tan bueno como el beso que realmente quería.

13 Horas (t.A.T.u.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora