Capítulo X. Hora trece - 7:00 a.m.

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Julia entró y salió de la conciencia durante bastante tiempo antes de despertar por completo. No podía decir que se sentía despejada, y sabía que no había dormido durante mucho tiempo en el duro suelo. La incomodidad y el calor familiar de Lena en su brazo conspiraron para poner fin a la siesta, no mucho después de que comenzara.

La cabeza de Lena se apoyó pesadamente en el pecho, el brazo seguía todavía abandonado sobre la cintura de Julia. Sus pechos apretados en el costado de Julia, provocaron un destello de recuerdo de su amor. Julia se estiró para poder depositar un beso suave en la parte superior de la cabeza de Lena. Aspiró la dulce fragancia de su champú mezclado con el sudor.

-¿No puedes dormir?- Murmuró Lena. Julia se sacudió un poco al sonido de su voz, se sorprendió al verla despierta. Le dio un abrazo suave.
-No, lo siento si te desperté- Lena levantó la cabeza del pecho de Julia, parpadeando hacia ella con ojos cansados.
-No lo hiciste- Dijo –Lo siento, si te pareció así. Esto tomó mucho de mí
-Vamos a ser rescatadas pronto- Miró su reloj de pulsera. Eran las siete. Rocky estaba sin duda de camino al trabajo -Incluso si se tratara de una cómoda cama, no sé si podría haber dormido. Creo que todavía estoy un poco excitada- Lena soltó una aliviada sonrisa tierna.
-¿Sobre hacer el amor?
-Sobre todas las cosas. No puedo dejar de pensar. Y no estoy acostumbrada a estar tan cerca de alguien más. Yo sólo quiero tocarte todo el tiempo- Lena acarició la mejilla de Julia con el dorso de su mano, acercándose para darle un breve beso.
-Entiendo
-¿Y tú? ¿Es eso lo que sientes, también?- Julia cubrió el oído delicado de Lena con la mano. Era tan suave.
-Lo hago- Dijo -Estoy emocionada, también
-No puedo creer que sólo hemos estado aquí durante doce horas- Susurró -Me siento como una persona completamente diferente
-Eres la misma persona. Sólo... más valiente
-No, soy diferente- Julia se adelantó, tomando los labios de Lena en un beso ligeramente más largo, más profundo. Quiso quedarse en aquel beso para siempre. Lena se sentía como un milagro, convirtiendo su vida patas arriba durante toda la noche. Ya la idea de volver a sus viejos hábitos la hacía sentirse mal del estómago -Estoy mejor por haberte conocido- Lena inició otro beso. Sin embargo, éste se prolongó durante un par de minutos. Terminó con un gemido de satisfacción, echándose hacia atrás para sonreír a Julia.
-Así que, ¿cuáles son tus planes para después de salir de aquí?
-¿Esta mañana?- Ella esperaba que la incluyeran. Incierta, pretendió cubrirse -¿Cuáles son los suyos?- Lena miró hacia abajo en el pecho de Julia.
-¿Crees que estarás trabajando en esa propuesta tuya?
-¿Qué propuesta?- Al instante, la tensión de Lena se alivió y lanzó una carcajada. Alzó la vista en Julia con ojos brillantes.
-Maldita sea, aquella oferta importante
-Oh, sí, aquella propuesta- En este punto, el trabajo que había estado haciendo, cuando Lena irrumpió en su oficina la noche anterior, no tenía sentido. O al menos, no estaba en su programa para el resto del día. Sonrió a Lena -La oferta puede esperar, definitivamente
-Cambió de prioridades, ¿verdad?- La cara de Lena brilló con el placer tranquilo. Julia le dio una cabezada seria.
-Creo que algo acaba de convertirse en más importante que la gestión de proyectos.

La sonrisa de Lena dio a cada momento que Julia había vivido alguna vez antes de aquel como deficiente, porque ellos no habían incluido aquella mirada de alegría pura en la cara de un amante. Aturdida, tomó la mano de Lena casi con miedo de dejarla ir. El miedo puso en duda todo lo que ella sentía. De alguna manera, no parece posible que puedan abandonar esta burbuja mágica suspendida entre pisos que pronto iba a tararear con la normalidad cotidiana, y dejar todo atrás. Sus ojos se encontraron con Lena, en busca de algo más que la pasión y la ternura que vio.

-¿No te sientes abrumada?- Le preguntó. Julia movió la cabeza, reacia a echar a perder el estado de ánimo con sus preocupaciones. Tal vez no era más que una pesimista nata. La mañana se acercaba a ellas, con todo lo que traería, empezó a pensar como la directora de proyecto que era. ¿Cómo funcionaría esto? Eran dos personas muy diferentes. Lena era extrovertida y cálida, y trabaja como bailarina en clubes de hombres. ¿Era algo con lo cual podría enfrentarse si ellas comenzaran una relación? Una cosa era no tener prejuicios acerca de cómo los extraños se ganaban su vida, ¿pero una novia? Julia tenía que ser honesta consigo misma. La idea la hizo sentir muy incómoda. Lena le tocó el brazo: -¿Lo estás?

13 Horas (t.A.T.u.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora