Capítulo XV. Un mes más tarde

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Lena estuvo de pie en el vestíbulo delantero de la casa de los padres de Julia como su amante sacándolas de su noche inaugural como una pareja con su familia. La cena había terminado, la conversación había sido forzada, y Lena estaba lista para escapar.

-Gracias a ambas por venir- Dijo el padre de Julia. Oleg Volkov era un hombre alto con un porte reservado que le hizo mirar suavemente en el dolor.
-Gracias por habernos invitado- Julia dio a su madre un abrazo rápido, torpe -Fue una gran cena, mamá
-Me alegro que te haya gustado- Larissa Volkova dirigió una sonrisa cautelosa llena de esperanza en Lena. Era una mujer delgada con el pelo castaño oscuro largo hasta los hombros.
-Fue maravilloso, señora Volkova- Oleg Volkov llevó una sonrisa amplia y nerviosa, como la mirada fija que iba de Julia a Lena.
-Fue muy agradable conocerla, señorita
-Sí, lo fue- Estuvo de acuerdo Iván desde el marco de puerta de la sala de estar -Es muy bueno conocer finalmente a la novia de Julia- Le dio una sonrisa perezosa a Lena, quien se preguntó si había imaginado su énfasis en la palabra "novia".

Para la familia de Julia, su participación con cualquiera era obviamente un concepto nuevo, sin mencionar su participación con alguien del mismo sexo. Lena resistió otra valoración persistente de sus ojos hambrientos. Si él no fuera el hermano menor de Julia, le habría reducido probablemente con un comentario cortante poniendo en duda su virilidad. Toda la noche había sentido ser el punto de mira, y podía sentir la inquietud de Julia de que ambas estaban bajo un microscopio. Lena no estaba sorprendida por el intenso escrutinio y no sentía que la familia Volkov tuvo una visión negativa de ella, o de Julia. Tenía que ser raro para ellos ver a su hija en una luz completamente diferente. Lena sonrió en torno a los tres, tratando de reunir la confianza que siempre había tenido en el escenario. Deslumbrante, cachonda.

-Vamos a tener que hacer esto de nuevo en poco tiempo- Lo decía en serio. Podía ver porqué Julia quería evitar ocasiones de familia difíciles, pero Lena sospechó que los Volkov se enfriarían si los visitaran con regularidad. Oleg le sonrió.
-Tienes razón, tenemos que hacerlo- Tiró de Julia en un abrazo con fuerza -¿Qué te parece, pastel de mora?- Lena luchó para no reírse tontamente del apodo, o del modo que las mejillas de Julia se inundaron de color rojo brillante. Cuando la pelinegra se retiró del abrazo, dijo:
-Me parece bien, papá- Tomó la mano de Lena pero no consiguieron más de dos pasos hacia la puerta principal antes de que Iván se acercara a Julia con una sonrisa pícara. Tirando de ella en un abrazo fuerte, desequilibrándola por un momento, gruñó.
-Es bueno verte de nuevo, hermanita- Dio un paso atrás y se movió para atrapar a Lena en un abrazo similar. "Oh, te encantaría, ¿no es cierto, amigo?" pensó Lena, resistiendo al impulso de encogerse lejos. Dejó escapar un suspiro de alivio cuando sintió el brazo de Julia alrededor de su cintura. Iván dio a su hermana una mirada de complicidad y se acercó a su oído, murmurando: -No hagas nada que yo no haría.
-Demasiado tarde- Susurró Julia, suficientemente bajo para que sus padres no pudieran oír. Dio un paso más allá de su hermano y deseó a cada uno buenas noches.
-Gracias de nuevo, señora Volkova- Dijo Lena cuando salieron por la puerta principal.
-¿Llámeme Larissa, de acuerdo?- Su sonrisa era genuinamente cálida, pero Lena descubrió una ansiedad persistente. Sintió que Larissa Volkova estaba tan liberada como Julia de que la noche llegara a su fin.
-Nos vemos pronto, Larissa- Dijo y sintió a Julia ligeramente tensa.

Oleg y Larissa se quedaron al lado de la puerta de entrada para verlas subir al coche. Cuando Lena se subió al asiento del copiloto, Julia la recibió con un suspiro de cansancio.

-¿Cuánto de malo ha sido?
-Bueno, todavía estoy loca por ti. Así que supongo que no ha sido demasiado malo
-¿Y mi hermano?- Julia dio a Lena una sonrisa irónica, ataron sus cinturones de seguridad.
-Siento que es un tipo tan...- Consciente de que los padres de Julia seguían observando, Lena se las arregló para no inclinarse y besarla allí mismo -Está bien- Dijo –La novedad pasará pronto, no te preocupes.
-Será lo mejor- Julia arrancó el coche con un resoplido de mal humor -Quise golpearlo aproximadamente cuarenta y ocho veces esta noche.
-Pero sólo lo agarré contemplando mis senos cuarenta y seis veces- Julia refunfuñó y salió a la calzada -Estoy bromeando- Lena curvó los dedos alrededor de la parte posterior del cuello de Julia, dándole un apretón sensible -Han sido treinta y ocho veces.
-Lena
-Pero los hombres miran mis senos todo el tiempo- Y pagaban por la oportunidad, un hecho que no dijo, sabiendo que Julia prefería no recordarlo. Iván podría haber sido un poco escalofriante, pero no había nada siniestro sobre sus ojos errantes. Era sólo prisionero de sus hormonas como cualquier otro varón de veintitrés años.
-¿Estás tratando de hacerme sentir mejor?
-¿Está funcionando?
-No, en absoluto. Estoy celosa

13 Horas (t.A.T.u.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora