Capítulo XIII. Al día siguiente

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-Creo que debemos esperar- Dijo Lena. Sus ojos brillaban mientras que se movieron desde la boca de Julia a su pecho. Pero su voz sonaba muy seria.
-Yo no lo creo- Respondió. La cena había terminado, fueron finalmente de vuelta al apartamento de la pelirroja, y Julia no estaba segura de que podía esperar más para tocarla de nuevo -¿Se te olvidó? No voy a dejarte de ir a dormir sola
-¿En serio?- Arrastró su mirada a lo largo de la longitud del cuerpo de Julia, deteniéndose en sus muslos.
-Nunca he hablado tan en serio...- Dijo, distraída por la lujuria desnuda en la cara de Lena -...Alguna vez...
-Confía en mí, no es que yo no aprecie... tu posición- Miró fijamente con fuerza al regazo de Julia, entonces por casualidad dibujó su lengua a través de su labio inferior. Si tratara de volver a la morena loca, haría un magnífico trabajo.
-Tengo muchas posiciones que tú podrías apreciar- Abrumada por la excitación intensa que sentía, no podía menos que echar mano al humor -¿Recuerdas?- Lena cambió imperceptiblemente más en el sofá, mirándola con ojos de pesados párpados.
-No estoy segura que sea una buena idea- Dijo arrastrando las palabras, luego bajó la mirada a sus dedos, al parecer distraída -Dormir juntas tan pronto.

Julia exhaló lentamente, tratando de calmar su corazón desbocado. Nunca había sido tan físicamente atraída por alguien en su vida, y Lena rezumaba sexo esa noche. Su cabello rojizo fuerte caía en ondas justo después de sus hombros, y su piel le rogó que le acariciara. Llevaba una camiseta de forma ajustada que se aferraba a sus pechos como un amante y mostraba la definición firme de los brazos. Olía delicioso, de una manera que era únicamente Lena. Fue doloroso estar tan cerca de ella y no tocar.

-¿Por qué dormir juntas no es una buena idea?- Le preguntó. Después de un momento de vacilación, extendió la mano y tomó la de Lena. Ella trató de guardar el contacto tan casto como fuese posible, justo cuando sus dedos se quemaban por agarrar el hombro de Lena y arrastrarla para un beso largo y duro -Pensé que iba bien la última vez- La pelirroja se echó a reír, mostrando su sonrisa blanca y hermosa. Julia tragó con dificultad por la garganta, recordando el delicioso roce de los dientes en sus pechos. Sus pezones se apretaron hasta el punto de un dolor leve, y tuvo que apartar la mirada de la boca de la chica.
-Tienes razón- Murmuró, enviando un escalofrío por el cuerpo moreno -Todo salió muy bien- Las palabras goteaban con la seducción, pero Lena no hizo ningún movimiento para cerrar la distancia entre ellas. Julia buscó sus ojos, tratando de decidirse si Lena realmente decía no. Sus palabras no correspondieron a sus acciones, y Julia se encontró incierta de cómo reaccionar. No quería nada más que apretar a Lena en el sofá, tirar su camiseta sobre sus pechos, y tomar un pezón en su boca deslizando su mano en los vaqueros de reducción baja que portaba a la perfección. Volcó su atención en las siguientes palabras de Lena -No estoy segura de que sea el mejor movimiento. Sabes, el dejarnos ser barridas por nuestras hormonas tan temprano en nuestra relación- Cuando habló, remontó una uña a lo largo de la muñeca de Julia, levantando la carne de gallina en su estela. Temblando por el deseo al rojo vivo que reventaba a través de ella, Julia se ahogó.
-¿En serio?- Con un gesto sincero, Lena cosquilleó un camino en el interior del brazo de Julia.
-Yo sólo no quiero cometer un error- Los ojos de Lena brillaron con necesidad inconfundible. Su pecho subía y bajaba rápidamente, aun cuando su voz se mantenía estable. Las protestas que levantó no estuvieron de acuerdo con lo que su cuerpo decía. Y eso era todo lo que Julia necesitaba saber. Envalentonada, decidió probar las aguas.
-Puede que tengas razón- Se inclinó ligeramente lejos -No quiero movernos demasiado rápido- La cara de Lena no engañó nada, pero se alisó una mano temblorosa por el pelo y miró hacia otro lado.
-Gracias
-Lo último que quiero hacer es hacerte sentir incómoda- Lena exhaló, acción de darse una cabezada apretada. Sonrió, pero esto no alcanzó sus ojos. Sintiendo una oleada de confianza, Julia puso una mano sobre la rodilla de Lena -Pero no estás realmente incómoda, ¿verdad?- La garganta de Lena trabajada, y brillaban sus ojos.
-No sé- Dijo en un susurró -¿Qué piensas?- Inclinándose más cerca, Julia inhaló el olor fresco del pelo exuberante de la pecosa.
-Creo que eres una bromista- Lena tembló y no dijo nada -¿Me estás tomando el pelo, Lena?- Le preguntó. Cerró la distancia escasa entre ellas y dejó que sus labios tocaran el cuello de Lena, dándole un beso de plumas suaves -¿Te pone caliente tratarme de esta manera?
-Trato sólo de ser... responsable- La voz de Lena era más débil ahora, como si pudiera sacar apenas las palabras.
-¿Qué harías si yo me levantara ahora mismo y saliera por la puerta? ¿Es eso lo que realmente quieres?- Escuchó el tirón de respiración de Lena, y gimió en un susurró por la inundación de humedad en respuesta entre sus propias piernas -No creo que eso quieras
-Yo nunca dije que quería que te fueras- Julia podía oír el deseo en la voz de Lena ahora, y acercó su boca para rozar lóbulo de su oreja.
-No, no quieres que me vaya. Porque tu coño esta mojado, ¿no? Al igual que el mío. Estás tan mojada que difícilmente puedes soportarlo, ¿verdad? Me deseas, me necesitas- A pesar de que le susurró al oído, se preguntó por su nueva confianza. Sintió la naturaleza del juego de Lena, y sacó un lado de ella que nunca había conocido. La lujuria corría por sus venas, e hizo un puño con la mano libre para tratar de controlarse a sí misma. Todo en su cuerpo gritaba tomar a Lena, para reclamar el control de este encuentro.
-No se trata de no quererte - Dijo Lena. Parecía tener problemas para hablar ahora, tropezando un poco con sus palabras.
-¿De qué se trata, entonces?- Lena no ofreció ninguna respuesta, no cuando el olor de su excitación colgó en el aire. Julia inhaló profundamente, sintiendo su boca estirarse en una sonrisa predadora -Vine aquí esta noche con cada intención de follarte- Respiró en la garganta de Lena y besó un punto del pulso que la hizo saltar, luego hundió sus dientes en la carne caliente -Y no me marcho hasta que sienta tu abrigo alrededor de mis dedos otra vez- Algo en Lena pareció romperse, y se llevó una mano al agarrarse a los hombros de Julia, cavando con sus dedos.
-Entonces fóllame- Concedido el permiso, Julia se dejó perder el control. Cogió la parte posterior de la cabeza pelirroja en la mano, aplastando sus labios en la boca de Lena, quien le devolvió el beso, frenéticamente, y la trajo de la mano hacia arriba para agarrar su camisa. Arrancando desde el beso, Julia gruñó:
-Espero que quieras que sea rápido y duro

Empujó a Lena atrás en el sofá, sujetándola a los cojines. Todas las restricciones desaparecieron, tiró de la camiseta de Lena y del sujetador hasta su cuello, exponiendo sus pechos. Encontró un pezón duro como una roca y chupo con fuerza. Lena echó su cabeza hacia atrás y gruñó.

Sus caderas chocaron contra Julia, como si estuviera conectada directamente a las terminaciones nerviosas de su pecho. Julia enterró su pelvis en Lena, luego deslizó una mano entre sus cuerpos para desabrochar el botón de los pantalones vaqueros. A grandes rasgos, los empuja hacia abajo por los muslos pecosos, llevando las bragas con ellos.

-Te puedo oler- Dijo -Dime que quieres que te folle- Al principio Lena no dijo nada. Julia pasó sus dedos hacia abajo sobre su abdomen, a través de los rizos empapados. Abrió camino entre los muslos de Lena con un gemido de pura necesidad. La humedad recubría los dedos, avivando su deseo. Agarrando el clítoris de Lena con firmeza, dijo: -Pídeme que te tome. Pídeme que te haga correrte sobre mi mano- Con el pecho agitado, Lena separó sus piernas.
-Tómame, fóllame, Julia. Por favor- Julia colocó sus dedos en aquella apertura.
Con un grito salvaje, condujo sus dedos en su interior. Era tan apretado y caliente como recordaba. Tal vez incluso mejor de lo que recordaba. No estaba de humor para dibujar esto: Ellas tenían toda la noche. Usó el brazo entero para ejercer palanca, golpeando en Lena con tanta fuerza que su cuerpo se sacudía con cada golpe.
-Sí- Jadeó Lena, usando sus caderas para joder atrás contra su mano -Folla mi coño. Tómalo. Toma mi jodido coño- Julia apretó los dientes cuando Lena se apretó y se hinchó alrededor de ella. Mantuvo sus empujes rudos y deslizó su boca al otro pecho. Lena soltó un ruido gutural, se puso rígida, y lanzó un chorro de líquido caliente en la mano de Julia -Oh, joder- Gritó, agitando en círculos sus caderas en Julia mientras se corría. Salían lágrimas de sus ojos, pero Julia no se preocupó. Podía leer la satisfacción en el rostro pecoso, y por primera vez en casi una semana, se sentía como si pudiera respirar

13 Horas (t.A.T.u.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora