ᴋᴏᴋᴜꜱʜɪʙᴏ x ꜰᴇᴍ ʀᴇᴀᴅᴇʀ
¿Esto es amor?, ¿Verdaderamente es lo que sienten ambas partes al estar en constante contacto?
La atracción es algo que nos mueve, algo que usualmente sentimos al ver a alguien más. Sin embargo, tal vez lo que sienten no solo...
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- Hiroshi aléjate de aquí, vete, no quiero que te arriesgues por mi -dijiste mientras lo mirabas, deseabas con todo tu corazón que él no saliera lastimado por tu culpa-
- Deberías escucharla, ella tiene razón, no tienes nada que hacer aquí -dijo uno de los hombres mientras sacaba un cuchillo y se acercaba lentamente a Hiroshi-
Realmente él no tenía con qué defenderse, solamente llevaba su presencia, estaba al descuido y con cualquier movimiento, podría ser trágico para él. El hombre actuó rápidamente, a lo que Hiroshi respondió esquivándolo, pero no contaba con que el otro hombre de igual forma ayudaría a lastimarlo, así que entre los dos lo noquearon, podías ver su cuerpo en el suelo, realmente no le hicieron nada más, entonces continuarían contigo.
- Ya nadie está aquí para defenderte princesa, eres de nosotros ahora -dijo el que tenía la daga, la cual soltó para poder comenzar a verte y te lanzó al suelo, a lo que tú solo te sentaste, esperando lo peor-
Hasta que escuchaste algunos gritos, levantaste la mirada y pudiste notar como uno de estos carecía de brazos, parecía como si algo mágicamente se lo hubiera cortado. Poco después, uno de ellos terminó sin cabeza, esta misma quedó rodando hasta donde estabas tú, el mismo hombre de aquella noche se había hecho presente, pero el miedo que sentías no se podía comparar a nada, así que simplemente fuiste hasta donde estaba Hiroshi y lo abrazaste esperando lo que pudiera pasar.
Silencio, después de varios minutos era lo único que escuchaba, abriste lentamente tus ojos y te encontraste nuevamente con ese hombre, terminó con aquellos hombres tan fácilmente que te hizo cuestionarte bastantes cosas, ¿Él te había salvado?, ¿Realmente era posible? Solamente mirabas su espalda mientras sostenía algún tipo de katana, se notaba algo serio, más de lo usual.
- Me salvaste... -dijiste mientras lo mirabas- Gracias.
- No deberías de estar sola en la noche -se dignó a hablarte, por fin-
- Yo solamente quería visitar a Hiroshi, ahora por mi culpa él está... -comenzaste a llorar desconsoladamente-
- No lo está.
Seguías llorando, realmente estabas bastante sensible, él se sacrificó por mi.
- Vete ya.
- No puedo dejarlo aquí solo, necesito llevarlo a su casa.
El hombre no dijo nada, simplemente se volteó y siguió su camino. Su decisión fue clara, así que con todo y lágrimas te levantaste e intentaste llevar a Hiroshi en tu espalda, pero no contabas con que tus heridas aún estaban ahí y que él pesaba mucho, había que bajarle a los postres.
- ¿Qué estás intentando hacer? -dijo mientras te miraba de reojo, había parado de caminar porque escuchó como te esforzabas-
- Estoy intentando llevarlo cargando pero... No contaba con que aún me sentía débil por TU culpa y que no puedo levantar cosas pesadas -dijiste mientras te dabas por vencida-
