ᴋᴏᴋᴜꜱʜɪʙᴏ x ꜰᴇᴍ ʀᴇᴀᴅᴇʀ
¿Esto es amor?, ¿Verdaderamente es lo que sienten ambas partes al estar en constante contacto?
La atracción es algo que nos mueve, algo que usualmente sentimos al ver a alguien más. Sin embargo, tal vez lo que sienten no solo...
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Han pasado casi más de 18 meses desde la última vez que el demonio había salido al exterior, el castigo que le había puesto Muzan había sido demasiado, incluso para un demonio del calibre como él, pues estuvo un año y seis meses sin comer carne humana, la abstinencia lo estaba matando, su dieta se basaba en comer humanos, y al dejar de hacerlo, comenzó a ser más agresivo en ocasiones. Sin embargo, Akaza supo todo lo que sucedió, así que decidió ayudarlo.
Lo admiraba, así que era lo mínimo que podía hacer en una situación así, porque él también haría lo mismo si de su amada se tratase. Por lo que cuando Muzan no estaba, él ocasionalmente le traía partes humanas para que comiera, puede ser que fuera poco, pero comparado a los meses que estuvo sin comer, era mejor algo que nada.
Después de que pasaran los 18 meses, Akaza intentó algo, estaba frustrado de que todo el peso de Kokushibo recayera en él, todas las tareas que le pedían eran cada vez más exigentes a su persona, y Muzan estaba intentando convertirlo en la Primer Luna Superior, porque era el único al que le tenía fe y en el que creía que podía convertirse en un gran demonio, como lo era Kokushibo.
Así que hoy, era ese día.
Kokushibo esperaba con tranquilidad a Akaza, hoy no era de esos días en los que por la abstinencia se volvía más agresivo, así que simplemente se encontraba reflexionando, como hacía habitualmente.
- ¿Kokushibo? -preguntó Akaza, no quería regresar sin varias extremidades de su cuerpo a la mitad-
- Akaza.
- Muzan ya no se encuentra aquí, creo que es el momento perfecto en el que puedas salir. La maldición que contenía este lugar se está empezando a esfumar, lo estuve investigando, no tiene nada que ver con Muzan, así que supongo que es mejor salir ahora que no salir jamás. No perdemos nada intentándolo.
Kokushibo tenía sus dudas, pero si era lo único con lo que podía salir, estaba dispuesto a tomar el riesgo. Intentó salir por un momento de donde se encontraba, por la única salida que conocía.
Salió.
Tanto Akaza como Kokushibo estaban sorprendidos, no pensaban que realmente pudieran ser capaces de romper una maldición de tal tamaño. Por lo que, una vez afuera, Kokushibo salió como alma que lleva el diablo, necesitaba comer y era muy evidente.
- Espero que puedas encontrarte con ella, yo hubiera deseado lo mismo para mi.
Después de salir de la fortaleza y haber matado a casi más de 50 humanos en una sola noche, decidió que iría a ver a su amada, pues no había esperado todos estos meses encerrado para no poder volver a verla, por lo que, esa misma noche iría, no importaba si Muzan lo descubría nuevamente, él estaba preparado.
