ᴋᴏᴋᴜꜱʜɪʙᴏ x ꜰᴇᴍ ʀᴇᴀᴅᴇʀ
¿Esto es amor?, ¿Verdaderamente es lo que sienten ambas partes al estar en constante contacto?
La atracción es algo que nos mueve, algo que usualmente sentimos al ver a alguien más. Sin embargo, tal vez lo que sienten no solo...
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La luna se encontraba en su máximo apogeo encima de ustedes, admirando de lejos los deseos que tenían en sus miradas, con solo una vista, podía deducir que se amaban, se amaban más que nada en el mundo. Los dos no tenían tiempo de mirar la luna, tenían otras cosas que atender, pues el beso, comenzó a subir de intensidad conforme se separaban y unían sus cálidos labios.
Ambos sabían lo que significaba esa noche, las emociones y pasiones que sentirían en unos breves momentos, sin embargo, no quitaba el hecho de que te sintieras nerviosa por lo que pasaría, pero solo dejaste que el demonio tomara control de la situación, que controlara tus emociones y tu cuerpo.
Kokushibo tomaba tus manos mientras seguían besándose, podías sentir la baja temperatura corporal del hombre a tu lado, haciendo que por ende, tus manos comenzaran a calentar a las del susodicho, un calor que para ambos significaba más que mil palabras.
El mayor dejó de tomar tus manos para comenzar a acercarte poco a poco, tus nervios se disparaban al cielo y estabas comenzando a tener un pequeño temblor en tus manos, los cuales de inmediato lo notó el mayor.
- Estás nerviosa. Podemos parar si no te sientes cómoda.
- No, todo está bien, es solo que es mi primera vez -expresaste mientras él te miraba-
El demonio no tenía idea de que sería tu primera vez entregando la parte más profunda e íntima de ti, pensó que, como tenías esposo, ustedes habían tenido relaciones sexuales desde que el matrimonio se consumó, por lo que le sorprendió las palabras que habían salido de tu boca.
- ¿Aún no has hecho nada?
- No, ni siquiera con mi esposo.
Apartaste la mirada del demonio con un poco de pena debido a lo que estaban hablando, no era lo habitual para ti, mucho menos con la persona que amabas, imaginarlo en esa posición, contigo, te hacía sentir nerviosa y, aunque no lo admitieras, algo excitada. Sin embargo, el demonio no pensaba que era algo de qué preocuparse, por lo que tomó tu mentón haciendo que lo miraras con un sonrojo.
- No hay nada de qué avergonzarse, tu primera vez será especial, para ambos.
Acercó su rostro con el tuyo hundiéndolos nuevamente en un apasionado y profundo beso, mientras que con su mano comenzaba a acercarte a su cuerpo, invadiéndolo del calor que sentías, y de la excitación que ambos comenzaban a tener.
Todo parecía comenzar con el pie derecho, y en pocos segundos, Kokushibo te levantó para sentarte encima de sus piernas, haciendo que por consecuente tu yukata quedara levantada, dejando tus muslos al aire, pero nunca dejando de besarse.
La vela dentro de los faroles estaba comenzando a apagarse, por lo que solo quedaría nada más que la luz de la luna para acompañarlos en esa especial noche. El beso no solo demostraba lo mucho que se necesitaban físicamente, sino que, por tan siquiera una sola noche, ambas almas se unieran debido a la llama eterna de amor.
