ᴋᴏᴋᴜꜱʜɪʙᴏ x ꜰᴇᴍ ʀᴇᴀᴅᴇʀ
¿Esto es amor?, ¿Verdaderamente es lo que sienten ambas partes al estar en constante contacto?
La atracción es algo que nos mueve, algo que usualmente sentimos al ver a alguien más. Sin embargo, tal vez lo que sienten no solo...
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Finalmente había llegado el día que tanto anhelabas, el día en el que regresarías a tu hogar después de estos últimos días tan desgarradores. Al haber descubierto a mano propia como tu cónyuge te era infiel con tus propios ojos, simplemente decidiste callarlo, no podías hacer otra cosa más que guardar el secreto para ti misma, pues era tu culpa que tu marido te engañara, al no haberle dado lo que él quería, lo tuvo que buscar en alguien más.
Después de descubrir el secreto, al día siguiente te habías obligado a dejar de llorar, pues no podías dejar que Kenzo te mirara de aquella forma, iba a ser evidente que ya sabías lo que él estaba ocultando, puede ser que desde hace ya varios meses, pero no podías decir ni una sola palabra, estaba en su completo derecho de hacerlo, tal y como mandaba la ley de aquella época.
Kenzo esta vez sí se encontraba en el hostal, pues había llegado temprano por primera vez desde que llegaron al viaje, así que durmieron juntos toda esa noche. Él intentaba ser cariñoso contigo, pero no podías verlo de la misma forma después de saber todo lo que le decía a esa mujer, aún así, después de unas horas, decidiste abrazarlo, sentir su calor te reconfortaba, no importaba si él te había engañado, todos sus buenos recuerdos seguían ahí y no podían esfumarse rápidamente.
- Querida, finalmente es el día en el que regresaremos a nuestro hogar, sin embargo, esta vez no podré acompañarte de regreso. Surgieron nuevas cosas y necesito ir a una nueva ciudad para seguir revisando cosas de nuestro negocio -dijo Kenzo mientras te miraba, se encontraba un poco apenado- Lo lamento.
- Está bien, yo regresaré sola.
- ¿Estás segura? Pensaba que quizás después del viaje de negocios podríamos hacer algo que te gusta e ir a ver a tus padres -dijo mientras se acercaba a darte un beso-
-le correspondiste un poco desinteresada- Me parece excelente.
- Entonces, es momento de ir empacando tus cosas de regreso, esta misma tarde volverás a casa sana y salva, me aseguraré de escribirte cartas para estar al pendiente de ti.
Se despidió de ti y salió del mismo lugar en el que entró, por lo que procediste a quedarte sola nuevamente, comenzaste a empacar tus cosas, pues era evidente que en unas pocas horas vendrían por ti para poder regresar a tu hogar que había contenido varias memorias a través de los años, al cual, ya no podrías ver de la misma forma debido a lo que ha pasado.
Así que por esta vez decidiste callar tus pensamientos y comenzaste a arreglar cualquier cosa que podría serte de ayuda en tu hogar, pues no estaba ahí simplemente para sufrir, habías disfrutado hasta donde podías, así que esa misma noche, no importaría nada más, saldrías tú sola a comer y beber algo, no importaba que tuviera esposo, esa noche eras solo tú y nadie más.
Entonces, comenzaste a arreglarte para salir y disfrutar de esa bella noche sola, pues estaba en una de las más bellas ciudades a la que cualquier jovencita podría desear estar, no importaba nada más, tal vez en una de esas oportunidades podrías encontrar nuevamente a Kokushibo. Por más arriesgado que suene, lo querías a él, lo necesitabas ahora, una sola palabra suya podría hacerte sentir viva.
