Las Flores de Cristal

La fiesta

Salimos y nos dimos cuenta que todos estaban en el centro del pueblo, cuando llegamos todos nos dieron la bienvenida, mis padres se quedaron hablando mientras nosotros mirábamos la comida.

-¡Oh! Que linda bufanda- escuché a lo lejos mientras una chica muy bonita venía hacia nosotros.
-Ustedes son la familia que acaba de llegar, ¿cierto? Soy Elizabeth y tengo 15 es un gusto conocerlos- dijo mientras nos estrechaba la mano.
-Yo soy Michael, ella es Sophie y ella es Jane, son mis hermanas- las presenté.
-Me gusta tu vestido, es muy bonito- admiró Sophie.
-Muchas gracias pequeña, a mi me gusta tu cabello, es muy brillante- le regresó el cumplido.

Estaba aburrido así que mientras Elizabeth hablaba con Sophie y Jane seguía buscando que comer, yo fui a explorar un poco los alrededores, me encamine cerca del bosque, era oscuro pero me daba calma, pero eso acabó cuando derrepente a lo lejos dentro del bosque, vi una silueta que caminaba hacia mi, esta sostenía una linterna y se acercaba cada vez más y más a mi.

-¡Ey tú! ¿Eres el nuevo?- interrumpió una voz que venía detras de mí, era chico aterrador, alto y muy grande que venía hacía mi, me asuste un poco así que mejor corrí hacia donde estaban mis hermanas.
Cuando llegué Jane ya estaba cansada y Sophie estaba a punto de dormirse, mi papá nos dejo ir solos a casa así que las acompañe.

Tenía algo de miedo al llegar a casa, ya que está junto al bosque, me apuré para abrir la puerta rápido, pero sentía algo extraño, quería ir hacia el bosque, como si este me estuviera llamando.

-¡Michael abre la puerta, tengo frio!- me gritó Sophie para que reaccionara, entonces abrí y enseguida entramos.
Cerré la puerta con seguro, tenía miedo que la silueta que había visto antes re apareciera; ya era algo tarde así que subí a mi habitación y me despedí de mis hermanas.
-Descansa hermano, yo esperaré a mis papás- me avisó Jane, para luego entrar a su cuarto.

Sabía que Jane podría protegerme de cualquier cosa o persona, pero ese día no me sentía seguro, así que para distraerme estudié un rato, pero en pocos minutos me dormí, estaba agotado por todo lo que transcurrió en el día.

-Michael..Michael- escuché entre sueños mientras sentía que una mano me tocaba el hombro.
-Michael...te necesito Michael- no reconocí esa voz así que me desperté en seguida. Me habia dormido en mi escritorio y estaba amaneciendo, así que intenté dormir un rato más, pero me resultó difícil volver a conciliar el sueño, mientras lo intentaba recordé que papá nos dijo que podíamos salir solos ya que no había ningún peligro que correr en este lugar; así que me abrigue y salí.

Luego de un rato caminando entre las calles alguien gritó mi nombre.
-¡Michael!- escuché a lo lejos, era Elizabeth y me puse feliz ya que era la única persona que conocía en el pueblo.
-Hola Eli, ¿que haces despierta a estas horas?- le dije mientras caminaba junto a ella.
-Estaba llendo hacia la escuela, tengo que ser puntual, si no mi rutina se descontrolaría, ¿Y tú?- acomodó su cabello y lo peinó.
-Oh cierto la escuela, yo entraré mañana, y estoy aquí por que me desperté temprano y no pude dormir de nuevo.- me talle los ojos mientras le contaba.
-¡Oh! yo tengo tips sobre eso si quiere saber mira...-

Eli me estuvo contando todos sus tips que se escuchaban realmente interesantes y útiles mientras caminamos hasta su escuela, estaba muy cerca del centro así que podría llegar rápido a casa.

-Bueno, fue un gusto que me acompañaras Michael, ten mi número así te podría dar otros tips de rutina- me dió su número y nos despedimos.

Miraba a todos los chicos y chicas de lugar eran muy interesantes, estaba emocionado por ir a la escuela, y hacer nuevos amigos.

Aunque ya no era lo mismo...